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Wei Zheng

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José Antonio Molina Farro

“Quien busca complacer a todos acaba por gobernar a nadie”. Jesús Reyes Heroles

Traigo a colación por su rabiosa actualidad el “Estilo personal de gobernar”, del maestro Daniel Cosío Villegas. Recordé un dictum que me ha acompañado gran parte de mi vida profesional, seguiré reiterándolo en tanto sean las amistades y no las frías exigencias de mérito las que influyan ennombramientos importantes. “Tu personal es la cara de tus principios”, pues ahí está el rostro visible del respeto a los electores y la eficacia de las políticas públicas. Por más bien intencionado que sea un gobernante, las personas que elija pueden dar al traste con todos sus buenos propósitos. Salvo honrosas excepciones, la política chiapaneca se ha caracterizado por la afamada [burbuja], que se concreta a un reducido grupo de personas de aparente confianza que opinan y orientan sobre muchas de las decisiones importantes. La experiencia no ha sido grata. Los integrantes de esa burbuja se han encargado de elogiar y no señalar, de ocultar y alejar al mandatario en turno de la percepción de la opinión pública para endulzar sus oídos. En muchos casos no han sido leales, mucho menos honestos. Por el contrario, marean al gobernante para actuar a sus anchas”. Consideré pertinente, a la luz de las reflexiones, consultar mis archivos sobre Tang y remitirme a su dinastía (618-907), considerada como la época dorada del gigante asiático. Tang Taizong fue uno de los gobernantes más importantes de la historia, junto con Augusto, Genghis Kan y Napoleón. Tang tenía como uno de sus principales ministros a Wei Zheng, quien clasificó a los gobernantes en seis categorías: “Aquellos que son lo bastante clarividentes para percibir las señales de los próximos acontecimientos y emprenden acciones preventivas para proteger al emperador antes de que surja algún problema”. “Aquellos que dan buenos consejos al emperador con los ejemplos de los reyes sabios de la historia y le recomiendan hombres que merecen la pena”. “Aquellos que son perspicaces, que son capaces de remediar los errores del gobernante y convertir los inconvenientes en ventajas”. “Aquéllos que apoyan las leyes, no aceptan sobornos ni buscan ganar mucho dinero, y llevan una vida sencilla y frugal”. “Aquéllos que no alaban al gobernante y tienen el valor de señalarle sus errores”. También clasificó a los funcionarios perniciosos en seis tipos: “Aquéllos que no se esfuerzan, que solo piensan en el poder y las riquezas y que no tienen principios” “Aquéllos que siempre dicen sí al gobernante, que intentan complacerlo por cualquier medio y asienten incluso cuando se equivoca”. “Aquéllos que son hipócritas, que tienen celos de los inteligentes, y que utilizan tretas para manipular al gobernante para que sea injusto con sus ayudantes”. “Aquéllos que son lo suficientemente listos para ocultar sus errores, lo bastante elocuentes para ganarse el favor de los demás y crear a propósito confusión en la corte”. “Aquéllos que abusan de su posición para satisfacer intereses egoístas y que intentan llenarse los bolsillos en nombre del emperador”. “Aquéllos que emplean palabras zafias para engañar al gobernante, que confunden el bien y el mal para desorientarlo y que provocan su mala fama”.

ERA. Hoy, a la distancia, y a diez meses de gobierno, las encuestadoras más serias indican que la ciudadanía percibe a Eduardo Ramírez Aguilar como el gobernante con mayor aceptación popular y con mayores avances en materia de seguridad a nivel nacional. ERA llega por decisión mayoritaria del electorado, y su único compromiso es con Chiapas y su desarrollo. De nadie más. El suyo no es un poder derivado. Tiene el respaldo de la presidenta y de los chiapanecos, por sus indiscutibles logros en muchos frentes en tan poco tiempo. Sin duda alguna está preparado para enfrentar y resolver los ingentes problemas de la entidad, los nuevos y los de vieja data. Ya lo está demostrando. Tengo para mí que es la oportunidad para corregir, sin dilaciones, lo que haya que corregir. Falta camino por andar. Aún hay tiempo para avanzar en la construcción de un futuro de dignidad para todos.

Gabriel Boric. El periódico Reforma reseñó que “el ahora presidente electo ha sido crítico de la violación de derechos humanos en Venezuela, Cuba y Nicaragua. En un texto que publicó hace pocos años, el entonces diputado fue tajante al afirmar: {No podemos permitirnos continuar con el doble estándar en esta materia, ni escudarnos en el principio de autodeterminación de los pueblos para justificar violaciones a los derechos humanos de esos mismos pueblos}”. Preocupa a críticos de buena fe, que Boric está conformando un equipo de jóvenes inexpertos. Convencido como estoy, de la meritocracia y que las posiciones deben ocuparlas los mejor dotados para los puestos, aunque concuerdo con mi entrañable amigo Javier López Moreno, “No hay que incorporar necesariamente a quienes más saben sino a quienes más rápido aprenden”.

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