
Rodulfo Reyes
La respuesta a la pregunta que titula esta columna depende de quién la dé, sin importar lo que digan las cifras oficiales.
Hay un debate estéril, por decir lo menos, en torno a si ha ensanchado o achicado la ola de terror en el edén que vio nacer al ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Lo cierto es que tiene mucho tiempo, al menos desde el mes pasado, que los hechos de sangre han decrecido en forma sensible.
En enero y febrero los medios nacionales llegaron a reportar hasta 11 homicidios dolosos por día. Las masacres eran parte de la rutina.
Hace un par de meses Tabasco llegó a “pelear” el nada honroso primer lugar en homicidios dolosos con estados como Guanajuato y Sinaloa.
Hoy ya no se tienen esas noticias. La última ejecución sonada ocurrió el lunes y fue contra el presunto integrante de un grupo delictivo acribillado en una populosa colonia cuando iba en compañía de su esposa.
Antier un policía municipal de Jonuta fue asesinado y otro uniformado resultó herido en un ataque armado que dejó también dos civiles lesionados.
En resumen puede asegurarse que la violencia, en términos estrictos, no ha terminado, pero es innegable que ya no tenemos el mismo volumen que en los últimos tres meses.
La delegada del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN) en el estado, Kathia Bolio Pinelo, aseguró ayer que la incidencia delictiva va a la baja en Tabasco, debido a las acciones que en materia de seguridad ha aplicado el gobernador Javier May Rodríguez.
La postura de la representante de la cúpula nacional del blanquiazul le valió una andanada incluso entre militantes de su propio partido.
En realidad, ha habido menos delitos de alto impacto en lo que va de este mes.
Pero la narrativa de la oposición es en el sentido de que la violencia se mantiene en los mismos niveles y que el mandatario tabasqueño está tergiversando la realidad.
Los números oficiales, que además de fríos no tienen partido, apuntan a que se está logrando, aunque a pasos lentos, el regreso de la tranquilidad.
PARA SU INFORMACIÓN…
A propósito del panismo choco, hace poco el senador Ricardo Anaya, ex candidato presidencial de Acción Nacional, recibió en la Cámara Alta a dos personajes que lo visitaron de Villahermosa.
Los susodichos llegaron a “ofrecer” sus servicios para ponerse al frente del PAN tabasqueño.
Claro, acusaron a Kathia Bolio de estar “maiceada” por el gobierno de Javier May.
Los “diligentes” tabasqueños, sin embargo, son respaldados por el senador morenista Adán Augusto López Hernández.
O sea, ellos acusan a la delegada panista de ser aliada del gobierno de May, sin reparar que sobre ellos hay el señalamiento de que trabajan para el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Si creemos las dos versiones, los cuestionados personajes quieren quitar al PAN de May para que llegue el PAN de Adán López.