Por Armando Rojas Arévalo
ADELA: Qué desilusión. ¡Otra vez!
Cuando algo o alguien en el que creías se desvía de lo que pensabas era lo correcto te desilusiona, te rompe el alma. La desilusión, dicen los cánones, es una forma de tristeza, una sensación de pérdida que se produce como en una brecha dolorosa entre tus expectativas y la realidad. Te decepcionas cuando tus esperanzas no encuentran respaldo en la realidad.
El filósofo ERIC HOFFER dice que “la decepción es una especie de bancarrota: la bancarrota de un alma que ha gastado demasiado en esperanzas y expectativas”. La decepción y la desilusión son los sentimientos más incómodos que existen. Son experiencias desagradables que cualquiera de nosotros ha sufrido en algún momento de su vida. Son, además, algo complejo, pues se nutren de otras emociones como enojo, dolor, tristeza y probablemente muchas otras demasiado sutiles para identificarlas.
La decepción a menudo parece llevarnos a un callejón sin salida. La clave es saber qué hacemos con ella y cómo la manejamos.
Estas reflexiones renacen el día de hoy, cuando veo que CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLÓRZANO sigue dando bandazos que dejan a millones de mexicanos pensando si éste, el de la 4T, es nuestro destino fatal, al otorgar su espaldarazo a la candidata de LÓPEZ OBRADOR y con ello cerrar la oportunidad que en algún momento abrigaron los mexicanos de darle un sesgo a la historia.
En realidad, CUAUHTÉMOC CÁRDENAS nunca nos traicionó. Se traicionó a sí mismo desde 1988, cuando no tuvo los tamaños de pelear por el triunfo que obtuvo en las elecciones presidenciales de julio de ese año, ante “la caída del sistema” operada por BARTLET, ayer secretario de Gobernación, hoy director de la Comisión Federal de Electricidad.
Rectifico: CUAUHTÉMOC CÁRDENAS no nos ha traicionado a quienes creíamos en él; es congruente con esa actitud aparentemente combatiente pero dócil. Quienes creímos que sería la voz que nos conduciría a la lucha por la democracia, nos sorprende con el saludo aparentemente adusto congraciándose con la candidata de AMLO, justamente el día en que la Nación recuerda la Expropiación Petrolera llevada a cabo por don LÁZARO CÁRDENAS.
Qué idiota somos. Fue una mentada de madre para los ilusos que queremos derrotar a una propuesta trasnochada que ha depredado al país.
Ilusos los mexicanos que llegamos a pensar que habría una ruptura entre CUAUHTEMOC y LÓPEZ OBRADOR. ¿Cómo iba a haberla, si entre los “asesores” del presidente está su hijo LÁZARO CÁRDENAS BATEL?
CUAUHTÉMOC fue tres veces candidato a la Presidencia de México (en 1988, 1994, y 2000), y el primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal elegido por votación. Durante su militancia en el PRD se le describió como su líder moral, aunque él cuestionó en diversas ocasiones ese título.
Ex gobernador de Michoacán en donde después impuso a su hijo, el licenciado en percusión de la universidad de La Habana, nació en plena campaña presidencial de su padre, y desgraciadamente no aprendió a ser auténtico como el General.
Don LÁZARO, eufórico de la alegría por el natalicio de su primogénito, mandó un mensaje a la nación que todavía resuena:”1º de mayo. México. A las 12 horas dirijo por radio a los trabajadores de la República un saludo, insistiendo en la organización cooperativa de trabajadores como medio efectivo para mejorar las condiciones del mismo trabajador y aumentar la producción agrícola e industrial del país… a las 18 horas dio Amalia a luz un niño. Feliz coincidencia la de su nacimiento este día 1° de mayo -en México se celebra el Día del Trabajo. Llevará por nombre Cuauhtémoc Lázaro Cárdenas Solórzano”.
CUAUHTÉMOC siempre fue esa bandera que no supo ni quiso defender. Empezando por pelear hasta con los puños su triunfo al que lo llevaron tres partidos de izquierda con registro y una veintena de agrupaciones políticas y sociales en 1988.
La victoria ante SALINAS había sido tan clara, que el 6 de julio día de las elecciones presidenciales, ante la famosa caída del sistema, él, MANUEL CLOUTHIER, que había sido candidato presidencial por el PAN y ROSARIO IBARRA DE PIEDRA hicieron a un lado sus diferencias y acudieron a protestar ante la Secretaría de Gobernación.
Todo favorecía a CÁRDENAS, quien se declaró vencedor con una tendencia de 42 por ciento, por 36 de Salinas y con 50 por ciento de casillas computadas. La famosa CAIDA DEL SISTEMA, anunciada por BARTLET, entonces secretario de Gobernación, provocó una oleada de protestas en todo el país con actos multitudinarios que se repitieron. Muchos, millones de mexicanos, se quedaron esperando el llamado de CÁRDENAS para defender el voto, pero no ocurrió, pues según sus colaboradores pudo haberse desatado una guerra civil.
Al ingeniero se le arrugaron los escasos tamaños.
Hoy, que millones quieren derrotar a un gobierno que le ha hecho daño al país, se le vuelven a arrugar.
Qué lástima. Qué desilusión…aunque él, hay que reconocer, es congruente consigo mismo. No prometió luchar, tampoco echar abajo al presidente y su propuesta que lo convertirá en el poder tras la silla.
Con frecuencia pienso que los auténticos son ellos. Ahí está CUAUHTÉMOC, como ejemplo.
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