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0El reloj político del presidente Enrique Peña Nieto, que parecía averiado, siguió marchando como lo calibró. Marcaba que primero tenía que ganar la elección en el estado de México, luego frenar a los aspirantes a la candidatura presidencial, después preparar una Asamblea Nacional del PRI que estuviera acotada y discutiera el libreto que les escribieron en forma de dictámenes, para que finalmente, como sucede en las democracias tuteladas, hacer como que había apertura para la discusión abierta sin temor a represalias, acomodar las cosas a sus deseos y obtener los resultados planeados. (Columna del periodista Raymundo Riva Palacio, en el semanario Eje Central 62, ilustrada por el caricaturista Enrique Alfaro).