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+ Vivir Muriendo; Vida y Muerte…

+ Nacemos y empezamos a morir un poco…

+ Dormido, morimos por un momento… 

                    Ruperto Portela Alvarado. 

         Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Vivir muriendo, vida y muerte; en eso se resuelve nuestra existencia, porque al nacer “empezamos a morir un poco”.  Somos carne y huesos hechos de polvo y al final del camino, en polvo nos volvemos. 

         Dormimos profundamente, y eso es nuestro ensayo de la muerte, porque dormidos morimos por unos momentos; unos instantes de nuestra vida. Día a día, noche a noche, nos morimos un poco en el sueño; a veces profundo, a veces ligero, desconectados del mundo y la realidad.  

MORIR DURMIENDO…

Dormir es 

Gozar, 

Sentir el 

Sueño… la vida.

El dulce placer

De la muerte…

Solo,

Por un poco de tiempo.

El arrullo,

El vaivén 

De la vida

Que reconforta

El placer  

De dormir.

Alimenta el cuerpo,

El alma, 

El sueño celestial.

Sentir el descanso, 

Volver las fuerzas; 

Levantar el cuerpo.

Porque,

Dormir es morir,

Vivir al mismo tiempo,

Nuestros sueños

Y recuerdos. 

19-ENERO-2019…

         Por eso no quiero flores cuando muera; flores, abrazos y querencias, en vida hermano; en vida. Siempre con el “Alma Viva” y el espíritu abierto al amor, la amistad y los buenos deseos.

DEL ALMA VIVA…

No quiero flores

Ni homenajes

Cuando muera.

No más lutos

Ni tristezas;

Que en la vida 

De felicidad 

Me invadieron.

Quiero luz,

Alegría

Y consuelo;

Alimento sublime, 

De fuerza, vigoroso

Que la vida y Dios

Me entregaron

Jubiloso.

(18 de junio de 1990)

         Pues como diría el clásico: “No Somos Nada. Simplemente nada”; donde somos pasajeros de la vida y solo como meta el destino. Vamos andando el camino y seguro, solo la muerte. Vamos todos al más allá, al infinito, lo etéreo, lo misterioso del final, de donde nadie ha regresado.  

SIMPLEMENTE NADA…

Cuando oigo el ruido del silencio,

Me despierta el rumor de ultratumba;

Te llamo con gritos que no se oyen;

Te pierdes…

Y las olas te consumen.

No estás,

Porque ya no existes;

Te haces presente,

Solo en mi mente.

Acaba,

Con lo que no empezaste

Nunca:

Termina,

Con lo que nunca construiste. 

A mi compadre Roberto A. Mancilla Herrera.

(Madrugada del 02 de febrero de 1992)

Porque, de la vida a la muerte solo hay un instante. Largo, corto, mediano; nadie sabe, porque vamos trascendiendo en las estaciones del año y de la vida, irremediablemente. Somos lo que somos, pero mañana ya no seremos lo que fuimos.   

LAS ESTACIONES DE LA VIDA.

                Sol de Primavera

        Que ilumina mi presencia.

                Alegría de Verano

        Que estimula mi esperanza.

                Experiencia del Otoño

        Que aclara mi destino.

                Blanca tranquilidad del Invierno

        Que se aloja en mi aposento;

        Que confirma mi esperanza

        Y que cumple mi destino. 

        Somos luz y sombra,

        Rocío y viento;

        Alma y carne,

        Que se lleva el tiempo.

A mi padre Celedonio Portela Sánchez. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 6 de agosto de 1990.

         El amor también mata; mata en vida y nos consume en el camino, de un destino trazado. “Lejos de Ti”, es un canto a la muerte, al amor ido; a la madre que ya no nos acompaña o el ser querido que nos ha dejado. Todo es vida, pero se consume en la muerte.

LEJOS DE TI…

                No tengo miedo a la muerte, 

        Si no, a no morirme tengo miedo;

        Al balbucear ni desconsuelo,

        De por vida no tenerte.

                No te tengo y estás aquí,

        Muy cerca de mi cuerpo;

        Eres luz y no soy feliz,

        Estás lejos,

        En el firmamento.

                Piensa mujer,

        En el amor sincero

        Que de mi corazón brota:

        Porque es mucho

        Lo que te quiero,

        Y es lo que más me importa. 

        No sufras más

        Ese vacío, 

Por falta de amor,

        Que también yo espero

        Y que desespero.

        Porque tú a mí,

        Con fervor me quieras

        Para que tu corazón,

        Mío sea de veras…

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Sábado 10 de julio de 1990.

         El fin primero de nuestras vidas es ser feliz; único objetivo de vivir porque el final siempre será la muerte. Dice la canción que “se empieza siempre llorando (cuando nacemos) y así llorando se acaba (cuando morimos), por eso es que en este mundo, la vida, no vale nada”. ¿Vale la vida; vale la muerte?. Todo vale, porque somos parte de un gran sentimiento que se llama amor y eso es lo que dejamos cuando partimos irremediablemente hacia “la otra vida”, que nadie sabe si existe. 

         Por ese amor, “Lloro a Mis Muertos”; por ellos recreo la vida y espero la muerte; pues como dijera Chavela Várgas: “todos mis amigos se están yendo…y yo aquí, sigo esperando”. Este es mi homenaje a la vida, a la muerte; a mis padres, mis hermanos, mis amigos y todos aquellos que todavía están en mi corazón y sentimiento, pero que se nos adelantaron en el camino de la existencia.

LLORO POR MIS MUERTOS.

Lloro en silencio y sin lágrimas.

Solo escurre por mis mejillas,

El agua que me baña el cuerpo.

Solo, en el umbral del baño;

Solitario, todas las noches,

Me vienen los recuerdos,

De mis queridos muertos. 

Éramos, una familia de diez,  

De doce con mis padres;

Menos ella, Gracielita,

Que se nos fue antes del amanecer,

En la alborada de su vida. 

Mamá Goya, Gregoria Alvarado 

Valerio;

Papá Cele, Celedonio Portela 

Sánchez.

Los dos grandes pilares

Que no alcanzaron a ver,

El triunfo de sus entrañas; 

A sus hijos realizados. 

Me cae el chorro de agua

Y a la vez, 

El torrente de recuerdos 

De mis padres,

Y hermanos idos. 

Cecilio “Chilo” Portela 

Alvarado. 

El niño alegre y precoz, 

De juventud dedicada al trabajo;

Se nos fue el 4 de abril de 2010, 

El mero día del cumpleaños

De mi hija Ana Lilia. 

Mario, el extraño hermano

Solitario; 

El que siempre jugó 

Sus cartas solo; 

Con la libertad del águila

Que vuela,

Y desciende al atardecer.

También te nos adelantaste

En el camino,

Un 26 de febrero de 2014.

Gabriel, el infalible “Gaby”;

El hombre alegre y

Desenfadado. 

Popular entre la tropa,

Como la Adelita.

Romántico, dicharachero,

Como su propio nombre

De batalla lo delataba: 

Wilibaldo Alfredo Epitasio

Gabriel Matías José.

Bailar era su gusto

Y cantar su devoción

Porque fue su vida 

Pura, llena de pasión.

Luz que se fue apagando

Con la agonía de la vida;

Pues todavía recuerdo

Aquel 12 de marzo

En que me avisaron

Que te nos habías ido.

No sé si lloro,

Pero las gotas del agua

O el chorro de la regadera,

Simulan mis lágrimas. 

Lloro a mis muertos;

Los recuerdo

A cada instante. 

Hoy que están distantes

Sé cuánto los he 

Querido;

Pero lloro igual, 

Ahora que han partido… 

         (12-Junio-2019).

Dejo estas plegarias para siempre; para quienes quise en vida y venero en su muerte. Quienes me hacen derramar las lágrimas de mis ojos todos los días en su recuerdo. Un homenaje para ellos con estas palabras escritas con el corazón y el alma vida, para mis muertos a los que lloro siempre… 

Se acabó el mecate… Y ES TODO… 

Para comentarios, quejas y mentadas: rupertoportela@gmail.com

Celular: 961 18 8 99 45. 

MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C. 

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