Ernesto Gómez Pananá
Cristina Kirchner. Cristina Fernández. Cristina Fernández de Kirchner. Tres nombres, un matrimonio, dos veces presidenta, una vez primera dama y una más -la actual- vicepresidenta, un intento de magnicidio.
Al igual que Chile, Argentina padeció una dictadura militar que le dejó miles de desaparecidos y familias fragmentadas, pero esa experiencia le dejó también la herencia de un enorme apasionamiento político y una frecuentemente alta participación electoral. Los argentinos son intensos.
Desafortunadamente, la nación conosureña lleva casi cuarenta años entre crisis económicas y devaluaciones terroríficas. No ven la suya, aunque siguen creyendo en los políticos -y también en el fútbol-.
Cristina Fernández estuvo casada con Néstor Kirchner, presidente argentino de mayo de 2003 a diciembre de 2007. Ambos políticos “profesionales”, Cristina sucedió a su esposo en la presidencia, bajo el auspicio claro está, del electorado de aquella nación.
El sistema democrático por el que se rigen casi todas las naciones de Latinoamérica y el mundo, establece como principio básico, la elección de los gobernantes por el electorado, por la ciudadanía. Igualmente, establece reglas para la reelección, especialmente la presidencial.. Naciones como la nuestra, donde no está permitida, otras como Chile o EEUU, donde es posible solo una reelección, o algunos otros casos como Bolivia, El Salvador o Nicaragua, donde el gobernante en turno le da la vuelta de algún modo a la ley y termina reeligiéndose metaconstitucionalmente.
Hay otros casos en los que, además e independientemente de la “reelección” personal directa, el poder se ejerce en pareja, como sucede con Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, que se acompaña en la vicepresidencia por su señora esposa Rosario Murillo. Puedo imaginar, especular bien pensadamente, que la exitosa mancuerna en la alcoba hizo pertinente su traslado a la Casa Naranja en Managua.
Para el caso de Argentina y la señora Fernández, como ya se mencionó, paso de primera dama del país, a candidata presidencial y posteriormente a presidenta que recibe el mando de manos de su esposo, el presidente saliente.
Luego de gobernar dos períodos, 2007-2011 y 2011-2015, Fernández de Kirchner entregó el poder al presidente electo Mauricio Macri, adversario que aglutina a otro sector politico electoral en su movimiento “Juntos Por el Cambio”. Macri gobernó solo un periodo. Entregó el poder al peronista Alberto Fernández, llevando como candidata a la vicepresidencia a Cristina Fernández viuda de Kirchner. Es de suponerse una eficiencia tal que el electorado argentino vota por Cristina repetidamente. Es de suponerse también que ahora, desde la vicepresidencia logre superar la crisis financiera y social que vive aquel país desde antes de que fuese electa presidenta y antes fungiera como primera dama.
La semana reciente, la vicepresidenta fue víctima de un intento de atentado del que salió ilesa. Trágico, tan trágico como que Entre casi cincuenta millones de argentinos no existan más personas capaces de gobernar.
Más allá de sarcasmos, y entendiendo que nada que no prohíba explícitamente la ley puede estar permitido y que los derechos electorales son individuales, puede que no exista impedimento para que alguien alterne entre presidencias, vicepresidencias y reelecciones; puede que efectivamente sea legal, complicado aceptar que sea moral.
Oximoronas 1. Ciclo escolar 2022-2023 en aulas. Vuelven el ajetreo y el tránsito denso por las mañanas. Lo más cercano a “aquella normalidad” que paró de golpe hace casi tres años. Pareciera que esta vez si, la pandemia se estabiliza y la humanidad cierra este capítulo. Se abren el de la Viruela del Mono y antes el de la Hepatitis Infantil. Vaya tiempos.
Oximoronas 2. Barack Obama acaba de ganar su tercer Grammy. El mejor presidente norteamericano en los últimos cincuenta años. El más mediático y también el más eficiente: un auténtico estadista.
Oximoronas 3. La columna de esta semana es patrocinada por Maderería Zacatecas. Materias primas de alta compresión y amplia gama de colores.