Sr. López
A tía Tencha todos le sacábamos la vuelta por la peligrosidad de su lengua. Deshizo prestigios, noviazgos y matrimonios, y si alguien la enfrentaba, siempre respondía: -Yo nomás digo –pues sí.
Ayer el Presidente de la república se refirió al asunto de Genaro García Luna, detenido en diciembre de 2019 en los EU acusado de aceptar sobornos del Cártel de Sinaloa, conspiración y declaraciones falsas, por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York. Está preso esperando su juicio.
Este menda no hará la apología de tal personaje, de ninguna manera, pero tampoco de la Fiscalía de allá ni de los testigos protegidos que lo metieron en el lío. En los EU hay más corrupción en ese ambiente que acá, sorpréndase.
Es un asunto enredado. Por un lado, García Luna ocupó cargos relacionados con el combate al crimen organizado, del sexenio de Zedillo hasta el de Calderón, con distintos jefes directos, entre ellos el actual Fiscal General, Alejandro Gertz Manero. Trabajó en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), en la Procuraduría General de la República (PGR), y como titular de la Secretaría de Seguridad Pública.
El Genaro recibió importantes reconocimientos: en 1996 en México, la Excelencia del CISEN y la Medalla al Valor; España en 2001, le otorgó la condecoración de la Orden del Mérito Policial; la International Association of Law Enforcement Intelligence Analysts (IALEIA), Capítulo México, Premio al Servicio Profesional 2004; el FBI le entregó también en 2004, el reconocimiento por investigaciones y arrestos de fugitivos; la DEA en 2004, le entregó otro reconocimiento por su valiosa colaboración en la lucha contra el narcotráfico; la Policía Nacional de Ecuador en 2005, la Medalla Insignia Policía Nacional; igual en 2005, la Organización Internacional de Policía Criminal, Interpol, le otorgó el Distintivo de Plata; el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en 2011 le entregó la Medalla al Mérito categoría Excepcional. ¡Vaya!
Todos esos reconocimientos de la mayor relevancia en su género, valen sorbete contra la palabra de un narcotraficante preso en los EU, que declara contra él a cambio de obtener beneficios y reducción de sentencias. ¡Vaya!
Son acusaciones muy graves las que pesan contra García Luna y sería de suponer que la Fiscalía yanqui debería tener pruebas muy sólidas… pero no inicia el juicio, mientras terminan de cuadrar los cargos y juntar las pruebas. ¡Vaya!
Se puede anticipar por cómo se las gasta el tío Sam, que el tal Genaro difícilmente sale libre, pero a ver qué dicen el FBI, la DEA y la Interpol; España, Ecuador, Colombia y los mismos EU, que lo condecoraron. ¡Ah! y México.
Obviamente para los que tienen obsesión contra el expresidente Calderón, ha sido una fiesta, porque suponen como un hecho indiscutible que fue cómplice del tal Genaro, por ser su jefe directo, sin darse cuenta que con ese mismo argumento después podrá acusarse al presidente López Obrador de cualquier ilegalidad que le descubran a
cualquiera de sus secretarios. Y no, no es así, aunque el Presidente, este Presidente, haya ordenado la liberación del Chapito y saludado de mano a su mami, eso no lo hace cómplice de los narcos, faltaba más.
Ayer el Presidente López Obrador mencionó que según las declaraciones en contra de García Luna, parte de los sobornos que recibía, llegaban a Los Pinos (a Calderón, pues). Pero agregó:
“(…) los que están atendiendo el juicio tienen que aclarar cuando menos son -sic- tres cosas: una, si es cierto todo lo que está en el expediente, si se prueban las acusaciones; es decir, si no está fabricada la acusación. (…) y si son buenas las pruebas hasta dónde va llegar el caso, ¿nada más va ser García Luna?, ¿fue sólo él o se va ampliar?”
Pues sí, de ser ciertas las acusaciones, tal vez el García Luna tuvo cómplices entre sus subordinados, pero es muy difícil de creer que nadie llegue a ver al Presidente de la república con maletas de dinero, de parte del cártel de Sinaloa, que según la acusación del testigo protegido de la Fiscalía yanqui, era el que lo sobornaba.
Y ya en esas, no se entiende que si García Luna era cómplice del cártel de Sinaloa, esto es, del Chapo, haya detenido a Víctor Manuel Félix Félix, consuegro y compadre del Chapo; a su primo hermano Alfonso Gutiérrez Loera ‘El Canelo’; a José Antonio Torres ‘El Marrufo’, líder del brazo armado del cártel de Sinaloa; a Antonio Mendoza Cruz ‘El primo Tony’, uno de los hombres más cercanos al Chapo; a Manuel Fernández Valencia ‘La Puerca’, encargado de recuperar el dominio del cártel en Jalisco, nada más; a Sandra Ávila Beltrán ‘La Reina del Pacífico’. En resumen: del cártel del Chapo enchiqueró García Luna no menos de 16 cabecillas y cerca de 300 malandrines de menor monta.
Este su texto servidor no mete las manos no al fuego, ni a la llave del agua caliente, por el García Luna que difícilmente puede explicar el origen de sus recursos, pero de eso a asegurar que era cómplice del cártel de Sinaloa, hay una distancia sideral, y más si la acusación depende de un testigo protegido por la Fiscalía yanqui, que resultó ser Jesús ‘El Rey’ Zambada, que trabajó de 1987 a 2008 para el Chapo, el mismo que a cambio de beneficios, declaró en contra del Chapo en su juicio en Nueva York.
Ya hablando de los recursos del Genaro, no se le olvide que el 19 de diciembre de 2019, el Presidente declaró: “Se conoció de una transferencia a una cuenta particular o de la familia, de un recurso que surgió de Gobernación y al parecer se transfirió una parte a una cuenta personal de un familiar de García Luna”. Y Santiago Nieto precisó que eran dos mil millones de pesos. O sea que el Genaro no tiene llenadera, con acceso a esas cantidades, encima se ponía en renta de un cártel, arriesgando todo, su vida también. Algo no checa.
Y ese mismo día el Presidente declaró que en lo de García Luna, “(…) hemos decidido cooperar en la investigación, en lo que se solicite (pero) no iniciar nosotros ninguna investigación”.
Ninguna investigación. ¡Vaya!