Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen, toma tus maletas y emprendamos un viaje con Selene y los 14 escritores que participan en la Antología “Viajes Híperbreves” de micro cuentos editada por Alma de Letras porque “en la era de la velocidad y la brevedad, la literatura también se ha adaptado para capturar la esencia de la vida en fragmentos mínimos”. Observa las maletas de la portada; en ese espacio pequeño, se lleva únicamente lo necesario y al regreso, cuando la abres, saltan decenas de cosas sorpresivas; así es esta Antología.
Hace once años, Selene deja atrás su entrañable pueblo de Tuxtla Chico para habitar en Comitán, donde vive los primeros 4 años dedicada a la crianza de sus hijos, la docencia y a publicar micro cuentos en la plataforma de Twitter. Ahí, descubrió una comunidad internacional de expertos en micro cuentos llamada “50 palabras” donde los autores debían escribir textos de 50 palabras exactas sometiéndose a la severa crítica constructiva de los expertos en ese género.
—¿Qué aprendiste en ese foro?, le pregunto.
—Con la plataforma de 50 palabras descubrí una forma de expresión a través de la literatura breve donde yo me siento como pez en el agua; aunque, para muchos, es un género muy complicado, por ser un género lúdico que te reta a la imaginación y pone en juego el vocabulario de precisión. El micro cuento pertenece a la literatura híper breve que no debe exceder más 250 palabras para que se considere micro cuento. Y te aclaro, no es un cuento chiquito ni la síntesis de una historia. Los recursos del micro cuento son la intertextualidad, la condensación de la idea y la utilización pulcra de las palabras precisas en el desarrollo de la historia para hacerla comprensible.
A Selene, como poeta, cuentista, micro cuentista y promotora cultural la defino como artista que conoce el valor de trabajar en equipo, estudiosa incansable, versátil y siempre con ideas innovadoras en la mente.
—¿Cual es la estructura de un micro cuento?, le pregunto.
—Este género no se rige por la estructura de un cuento tradicional con un inicio, desarrollo y cierre. En el micro cuento hay un recurso llamado la inmediatez, o sea, es la acción que te lleva al desarrollo y a un final que muchas veces está implícito en el mismo desarrollo o donde, muchas veces, son finales abiertos, de “vuelta de tuerca” o inesperados. Ahí radica su dificultad porque demanda de un extenso vocabulario que te permita decir en una línea o en una palabra, lo que el cuento tradicional, narraría en varias líneas.
—Para el autor la idea está clara; pero ¿es comprensible para el lector?
—Justamente, el autor debe pensar en su lector, en el contexto y la experiencia del entorno porque el empleo del sarcasmo, la ironía, el humor negro, el doble sentido, las imagines y otros recursos, requieren de la avidez de lector. El autor debe evitar ensimismarse en su obra sin considerar a quien la leerá, porque si el lector no llega a comprenderla, el trabajo queda inconcluso.
—En esa plataforma española de 50 palabras publicaste más de 200 micro cuentos bajo rigurosas críticas de los expertos, de esa cantidad, seleccionaron 6 textos tuyos que aparecen en dos antologías: “Palabras que volaron” [2017] y “Bailemos palabras” [2018]. También entiendo que con el resto de tus micro cuentos editaste con Ameht Rivera tu libro “Atún de Elefante” [2020] y también tu poemario “Flores de Asfalto” bajo el sello de Ala Ediciones y distribuido a través de las librerías de filiales de Educal. Esa experiencia, ¿te condujo a impartir Talleres de Micro Cuentos?
—No. Ni siquiera lo pensaba; pero me buscaron por mis publicaciones, críticas, recomendaciones y comentarios que hacía en mis redes sobre micro cuentos. De pronto, me preguntan que cuándo inicio con el Taller de Micro cuentos y se lo comento a Mario Torres de la “Tienda de la Verdad”. Mario me alienta y apoya a realizar el primer taller en su cafetería con 7 asistentes; el segundo fue virtual para atender a 7 interesados de otros estados del país. Como plus del taller creamos un libro objeto con los textos de los participantes.
—Tuviste otro Taller después de este, ¿cierto?
—Sí, dos meses después organizo el segundo Taller de forma virtual con 7 participantes de diferentes latitudes geográficas, pero sucede que Miguel Santigo recomienda el taller a tres escritores profesionales de amplia trayectoria como son Elena Díaz Carreón, Martha Zambrano y Luciano Díaz; en ese momento me tiemblan las piernas y al mismo tiempo, me emociona que participaran celebridades de amplia trayectoria.
—Y ¿cómo te fue en este Taller?
—Fíjate que al finalizar ese Taller, las palabras de Elena Díaz me llenaron de alegría y no sabes cuánto las atesoro. Ella me dice: “Selene, te tengo que confesar algo. Cuando yo te veo en la primera sesión, me dije, esta niña, ¿qué me va a enseñar?; pero me inscribí al Taller porque en mi vida he escrito micro cuento. Yo escribo poesía. Pero desde la primera sesión, yo me quedé encantada; no importa lo joven que te puedas ver; tu experiencia al momento de hablar y desarrollar tu didáctica a mí, me encantó.” Esas palabras las llevo en el corazón porque ni las esperaba ni las buscaba.
—Háblame del Master Class y del siguiente Taller.
—Organizo una Master Class previo al Taller anunciado; pero al ver la poca respuesta, mi esposo y Mario Torres me vuelven a animar diseñando la publicidad. A ese Taller se inscriben nuevamente 7 personas como número cabalístico y si te das cuenta, en la Antología son 14 autores, múltiplo de 7. En este Taller los exhortó a echarle ganas para publicar una antología.
Más tarde, armo un grupo general con los participantes de los 3 talleres donde abro la invitación a publicar sus obras creadas o con nuevos textos que hayan creado. La finalidad era dar a conocer a los nuevos escritores de micro cuento para difundir este género a más lectores. Así inicio el tortuoso proceso de selección, revisión y corrección. Ahí, descubro que casi todos coinciden en temáticas de ficción, terror, misterio; otros, muy reflexivos y muy pocos, hablaban de amor. Tratando de equilibrar, el grupo manda nuevos textos y así se definieron los textos en seis apartados: Microcuentos Románticos; Lúgubres; Ficción y Misterio; Dramáticos; Humor y Reflexivos.
—Y así nace la Antología de Microcuentos “Viajes Híperbreves“.
—Así es. Para ello acordamos publicar en tres meses, pero en realidad nos llevamos 7 meses con el apoyo y consideración muy amable de los autores. Entonces decidimos publicarlo con Alma de Letras Ediciones de Josué Nandayapa. El proceso fue muy pesado al grado de darme una semana de descanso porque ya soñaba con los textos y mi cabeza no descansaba. Josué, junto con los tres poetas experimentados realizaron la última revisión con mucho rigor. Mariana Solórzano concibió y diseñó la portada con el concepto de la maleta de los viajes hiperbreves donde hay condenación de lo necesario. De ahí, la maleta abierta y la maleta cerrada.
—Mencióname a los autores participantes.
—Los escritores de microcuentos son: Alex Hiram; Diana Sofía Rojas, Elena Díaz Carrión; Francisco Santiago; Gustavo Gálvez; José Luis Santiago; Lorena Castellanos; Luciano Díaz; Mariana Solórzano; Martha Zambrano; Merce RuAl; Miguel Á. Santiago; Nalle Esquivel; Rosy Maldonado.
Al finalizar la charla con Selene pienso que tendré que ingresar al género de la microentrevista porque escribir todo lo que platicamos no cabría en esta columna. Lo cierto es que me deja entusiasmado al leer las brillantes obras de los autores porque en cada una de ellas encuentro una cuestión de amor.
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