Home Columnas Calladito / La Feria

Calladito / La Feria

Calladito / La Feria
0
0
Sr. López Contaba la abuela paterna, Elena, de un tío bisabuelo suyo, Paco, casado allá a fines del siglo XIX con una señora Tina (Martina, de Tlaxcala que no se supo cómo llegó a Autlán). Decía que tío Paco era guapo, alto, delgado, rubio y con unos ojazos azules que desmayaban doncellas; su día era levantarse más bien tarde, desayunar como obispo y ya muy peripuesto, ir a dar la vuelta; cerca de la hora de comer, se bebía un mezcal en la cantina del centro, iba a su casa, hacía honores a la mesa y dormía siesta (larga); al atardecer, vestido como figurín, se iba al parque, tomaba el fresco, saludaba amigos y luego, a jugar dominó y cenar en Casa Antonia (rumboso establecimiento con música en vivo atendido por señoritas fuereñas, de trato fácil); antes del amanecer, llegaba a su casa a dormir. Tía Tina en su recámara, él en la suya. Antes de apagar el quinqué (no había electricidad), tomaba los billetes que le dejaba diario su esposa en el buró, los metía en su fina cartera y dormía como un bendito. Tía Tina, siempre a las siete de la mañana, abría su almacén, en el que había de agujas y canutos de hilo a arados, sacos de grano y medicamentos, escopetas, jarciería, telas y machetes; ganaba dinero a espuertas. Tía Tina tuvo nueve hijos, todos prietos como zapatos recién boleados. Cuando nació el primero, contaba la abuela Elena que dando pecho, le dijo a su marido: -Tú, calladito –y que su tío decía: -Entre callar o trabajar… callar –cada quien. Resulta que el Presidente López Obrador va a ir a visitar a su amigo el Trump en la Casa Blanca, porque él sí vive en la residencia oficial de allá, no sabe de la humildad del nuestro que vive en Palacio Nacional, donde vivieron virreyes, el emperador Iturbide… ¡ah! y Juárez, que habitó ahí dependencias pasadas de lujosas, que le gustaba lo bueno a don Benito y cobraba un sueldazo. Si le interesa, léase “¿Absolutismo constitucional?”, del ministro de la Suprema Corte en retiro,  Salvador Aguirre Anguiano (está en internet; páginas 15 a 19): Juárez emitió un Decreto -el 5296 del 6 de abril de 1861-, asignándose un sueldo de 2,500 pesos mensuales, 30 mil al año, lo que suena a una bicoca, pero esos pesos de entonces eran otros pesos y para saber a cuánto equivale hoy, considerando el valor de entonces de la plata, serían 851 mil pesos mensuales y comparando contra el dólar, da un millón 234 mil 822.14 también mensuales… como sea, era un sueldazo y lo cobró retroactivo, todo lo que duró la corretiza que le pusieron los conservadores, él llevaba la cuenta de lo que iba a cobrar al regresar… y lo cobró). Ya estuvo bueno de presentar como un santo civil al héroe que es héroe porque, como decía José Fuentes Mares: ‘hasta Dios era juarista’ y antes de que se quedara en La Silla más que Santa Anna o Porfirio Díaz, le mandó el infartazo (favor de no tener desmemoria selectiva: Juárez terminaba su periodo presidencial en 1865, pero como estaba la invasión francesa, se otorgó por sus puras pistolas la extensión de su mandato hasta que terminara el conflicto -¿y si no hubiera terminado?-, por eso fue el agarrón con sus seguidores quienes le dijeron que la ley tenía previsto qué hacer y no era precisamente autonombrarse Presidente). Bueno, no es importante. El asunto es que se armó la tremolina por el anuncio de la visita de nuestro Presidente al fétido Trump, aun sin fecha, pues no pocos de los que se supone saben mucho de la política de los EUA, afirman que nuestro Presidente le va a ayudar a ganar al Trump las elecciones del próximo 3 de noviembre. ¡Cosa más grande!, diría Trespatines: ahora resulta que López Obrador gana votos hasta en el extranjero. Los mexicanos que pueden votar allá, son ciudadanos de allá y de acá no quieren saber mucho y no lo ande contando, pero echan pestes del gobierno nuestro, de cualquier gobierno nuestro, que se fueron de México huyendo del hambre y las matazones, no por practicar turismo de aventura. Pero, en fin, eso dicen los que saben. Otros que están echando lumbre, dicen que es indigno ir a visitar a un tipo que se ha cansado de insultar a los mexicanos… bueno, puede ser, pero la dignidad no es el fuerte de nuestro Presidente, que si tuviera nociones de eso, trataría de cumplir algo de lo que prometió, dejaría de rifar un avión sin avión, no estaría haciendo giras políticas en vez de atender una pandemia que ya alcanza proporciones alarmantes y estaría limpiando de corrupción a su gobierno, ya que le otorgó amnistía a los anteriores. La verdad es que la visita, no es visita: le ordenaron que se presente. Nuestro Presidente primero dijo que no iba, luego que sí y la quiere disimular pidiendo que vaya también el de Canadá, como para que parezca que van a festejar el inicio del T-MEC. Trump le tronó los dedos a nuestro Presidente. El pasado 15 de junio, el Instituto de Petróleo Americano (API, en inglés), única asociación de petroleros yanquis, escribió una carta ‘solicitando’ al gobierno del Trump que intervenga en la “discriminación a inversionistas emprendida por su homólogo Andrés Manuel López Obrador”. Y no son una asociación de vendedores callejeros de hamburguesas. Tiran gobiernos. Financian golpes de estado.Esos no entienden razones y son muy de temer. Eso hace 15 días y el jueves pasado, el embajador de los EUA en México, Christopher Landau, reunido con la Concamin (Confederación de Cámaras Industriales), mandó el claridoso mensaje siguiente: “Tampoco les puedo decir que es un momento oportuno para invertir en México. Sí se ven cosas muy desalentadoras para la inversión extranjera” (‘muy desalentadoras’, póngase listo, estos no hablan por hablar, como otros); y agregó que hay incertidumbre porque:  “No se puede decir ‘queremos atraer inversión y capital de otras partes del mundo’ y también decir ‘vamos a cambiar las reglas’. Uno impacta lo otro, uno no puede tener las dos políticas a la vez”. Bueno, a eso va nuestro Presidente… ¡ah!… lo que daría uno por presenciar ese encuentro y verlo, por fin, calladito.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *