Sr. López Tía Sarita era una santa, en serio. Tío Yago su esposo, era un pico de oro capaz de vender bufandas en Acapulco. Desobligado y borrachín, mantenía a la tía y sus cinco criaturas, al borde del hambre. Tía Sarita no se quejaba: cosía ajeno, hacía gelatinas para vender, por las noches ponía un […]