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Sir Winston Churchill

Sir Winston Churchill
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José Antonio Molina Farro

“Nunca fue tan grande la necesidad de proyectarnos hacia el porvenir, cuando, en el plano intelectual, nunca estuvimos tan pobremente armados para concebirlo”. Zaki Laïdi.

Hace 53 años, el 25 de enero de 1965, a los 90 años de edad partió el coloso. Asistieron cinco reyes, cinco jefes de Estado, dieciséis Primeros Ministros y cientos de notables de todo el mundo. Gran Bretaña se desgarró en un coro húmedo. Un hombre más grande que la vida, una figura histórica gigantesca. Con audacia sobrehumana, fuerte, imaginativa, orador de poderes prodigiosos, salvador de Europa, <<Winnie>> pertenece tanto a la leyenda como a la realidad. Es considerado por muchos como el ser humano más grande de la época contemporánea. Las palabras, las soberbias frases, la sostenida emotividad, comunican su visión de sí mismo y de su mundo. Pronuncia sus frases memorables en un estilo mmajestuoso, con una luz deslumbrante, sabedor de que su obra y su persona seguirían siendo objeto de escrutinio y de evaluación para muchas generaciones.

Algo de historia. G. W. Steevens corresponsal de Daly Mail, lo calificó en un artículo como <<el hombre más joven de Europa>>, atreviéndose a predecir que a sus treinta años el Parlamento le vendría pequeño, y a los cuarenta, Inglaterra. Empezó su carrera política con una derrota y ganándose la antipatía de todos los dirigentes de su partido. De todas partes le llovieron insultos y los periódicos le dedicaron grandes titulares aconsejando a los conservadores que eligieran mejor a sus representantes. Solo un talento de su magnitud, un espíritu indestructible y un temperamento insobornable como el suyo, podía sobrevivir a tamañas adversidades desde su juventud. Desde entonces advirtió que necesitaba más kilos de prestigio encima, a fin de imponer sus ideas en un mundo de adocenados. J. B. Atkins corresponsal del Manchester Guardian dijo de él: “Nunca antes me había enfrentado a esta clase de ambición desvergonzada, francamente egoísta, comunicando su excitación y exigiendo simpatía… Podría haber sido un joven escritor o un orador extraordinario. Estaba solo y confiado en sí mismo, y su poder natural le inclinaba a ello…No es que careciera de autocrítica. Podía reírse de sus sueños de gloria, y tenía una alegría endiablada: eso es lo que era en esos días, en vez de un ingenio infernal. Era como si una luz se encendiera en su interior y súbitamente se reflejara a través de sus ojos”.

El mito comenzó cuando se alistó sin retribución en la Caballería Ligera sudafricana, en la batalla de Spion Kop, en la liberación de Johannesburgo, en Pretoria… La muchedumbre lo recibió enloquecida en las calles. DIOS BENDIGA A CHURCHIL, EL MAS NOBLE DE LOS HÉROES DE INGLATERRA. Era 1900, último año del siglo. Churchill llega al Parlamento y allí daba principio la más espectacular carrera política de Inglaterra, llena de genialidades y errores, de grandes triunfos y amargas derrotas, pero única. Le llovieron invitaciones de todo el país para dar conferencias, cobraba por ellas pues la profesión de parlamentario era muy cara- como ahora en México, pero para los contribuyentes-. Hizo una gira por los Estados Unidos, << El héroe de cinco guerras, el autor de seis libros y el futuro Primer Ministro de Gran Bretaña>>. Como parlamentario desde su primera y temprana intervención en la Cámara de los Comunes demostró la independencia que le caracterizaría siempre. Nunca se sometió a ningún partido, y a lo largo de su carrera pasó de uno a otro, no según sus cambiantes preferencias, sino en la medida en que los partidos se amoldaran a sus propias convicciones. Cuando alguien lo acusó de tanto salto él explicó: <<El cambio trae la mejora: no se alcanza la perfección sin haber cambiado muchas veces>>. Mi admiración por Churchill no me impide reconocer que, en realidad, para Winston Churchill el único partido que existió fue Winston Churchill. El entonces joven y fogoso parlamentario lanzó un ataque furibundo contra su partido por el excesivo gasto militar: <<¿Es que no existe la pobreza en Inglaterra?¿Se ha secado el Canal de la Mancha? Ni una sola voz se ha levantado para defender la economía. Que una voz se levante a favor de esta causa poco popular. Que alguien que no esté en la oposición proteste contra una política del diario aumento de la deuda pública>>. Churchil inevitablemente trajo hacia mis adentros la medida de nuestras miserias. Hoy día, a casi un siglo de distancia ¿podemos acaso imaginar una crítica  tan digna y tan elevada por parte de nuestros legisladores, cuando sus partidos gobiernan?

Tuvo terribles tropiezos y desaciertos. Su gestión en la Cancillería del Exchequer durante cinco años fue desastrosa. Se ganó la virulenta animosidad de la clase trabajadora.  Virginia Cowles dijo: “Su actitud hacia la clase obrera fue dura, arriesgada, inflexible, infuida por sus temores y desacuerdos con el comunismo”. Isaiah Berlin, el filósofo político más grande del siglo XX establece un parangón con Roosevelt. Lo dice de manera magistral. << El saber ( Roosevelt) a dónde iba, con qué medios llegaría y porqué se dirigía a ese destino hicieron de él un hombre vigoroso y alegre… Su pujanza interior compensaba con creces las deficiencias de intelecto o de carácter que sus enemigos jamás dejaban de señalar. Lo que no soportaba, ante todo, era la quietud, la pasividad, la melancolía, el temor a la vida o la preocupación de la eternidad o la muerte. Churchill se encuentra casi en el polo opuesto. Tampoco temía el futuro, y ningún hombre ha amado la vida con más vehemencia ni ha comunicado tanto sus cualidades a toda la gente y a todas las cosas que ha tocado. Sin embargo, mientras que Roosevelt , como todos los grandes innovadores,  tenía un aspecto premonitorio del aspecto futuro de la sociedad… Churchill, con todo su aire extrovertido, ve hacia dentro, y su sentido más fuerte es el sentido del pasado. Tiene una visión de la historia clara, en términos de la cual percibe tanto el presente como el futuro… Roosevelt tal vez haya sido capaz de hablar de sudor y de sangre, pero cuando Churchill ofreció lágrimas a su pueblo, pronunció una palabra que quizá hubieran expresado Lincoln, o Mazzini o Cromwell, más no Roosevelt, por valiente, generoso y perceptivo que haya sido>>. Es mucho, muchísimo lo que podemos decir de este tremendo trozo de la historia, valga solo recordar que como Primer Ministro en 1940, mantuvo en alto el ánimo del pueblo británico durante la Segunda Guerra Mundial, confiriéndole una moral de victoria, que supo apoyar prácticamente  con su conocimiento de la guerra moderna, su sentido de la estrategia militar y su gran habilidad diplomática. Me quedo con esta frase que leí hace muchos años: “Churchill salvó el futuro, interpretando el presente  a la luz del pasado”. Con virtudes y defectos como cualquier ser humano, Winston Churchill, el estadista gigantesco, el luchador infatigable, el héroe, el visionario sin par, es un ejemplo vivo para las generaciones presentes y futuras.

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