Juan Carlos Cal y Mayor
No hay que tragarse ese cuento de que quien no apoye al presidente con el tema de la intrusión ilegal a la embajada de México en Ecuador es un traidor a la patria. No es la primera vez que salen con ese tipo de absurdas acusaciones. Con ese argumento las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela han perseguido y encarcelado a líderes opositores como si Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro encarnaran a la patria en sus respectivos países. Con ese argumento Fidel Castro eliminó durante décadas todo intento de disidencia contra la revolución cubana y se instaló vitaliciamente en el poder.
DICTADORES
Maduro provocó el exilio de cientos de líderes opositores y al menos 6 millones de migrantes. Ahora ha inhabilitado a María Corina Machado quien ganó las elecciones primarias de una gran coalición de partidos de oposición y cuya candidatura quiere evitar a toda costa. María Corina encontró en sustitución a otra Corina, una catedrática universitaria de enorme prestigio y tampoco la dejaron participar. Preparan un simulacro con contendientes a modo que la harán de patiños para legitimar el triunfo madurista. Daniel Ortega cogobierna con su esposa a la que ha hecho vicepresidenta en Nicaragua. Es un monarca tropical. En el colmo de los colmos, apresó a doce de sus adversarios políticos, prácticamente a toda la oposición para quedarse por siempre en el poder.
LA IZQUIERDA AUTORITARIA
Esa es la narrativa bipolar de las izquierdas autoritarias, antidemocráticas y dictatoriales que se han ido instalando en América Latina. Por ese camino va México a decir de la manera en que se ha conducido un régimen que quiere eliminar y/o someter cualquier contrapeso institucional. Por eso quiere la mayoría en el congreso y la reforma al poder judicial para sustituir a todos los ministros con el afán de someterlos. Por eso quiso controlar al INE poniendo consejeros a modo en lo que logra que sea el gobierno quien organice las elecciones y no una institución independiente y autónoma. También al INAI para no rendir cuentas de los recursos públicos y ya lo logró con otros organismos como la CNDH que está simplemente de adorno.
POLÍTICA SESGADA
México había ganado fama por su política exterior por su defensa al principio no intervención a riesgo de una neutralidad en que ocasiones fue criticable. Todo eso lo ha hecho ahora trizas el presidente con su descarado intervencionismo en otros países. Una política sesgada en favor de sus impresentables aliados políticos ideológicos y al mismo tiempo en contra de los gobiernos con cuyos líderes no coincide. Nuestra tradición de asilo hoy opera con sesgos ideológicos y muchos mexicanos no estamos de acuerdo con eso.
Ya la OEA condenó el asalto a la embajada mexicana y ahora quieren que la ONU expulse a Ecuador de la ONU. No pasará. Bastantes problemas hay en el mundo con la escalada de la guerra en el medio oriente y la invasión a Ucrania. Si México fuera congruente con su política de asilo, debería haberla otorgado a los perseguidos políticos en Cuba, Venezuela y Nicaragua. En vez de eso trae una estrecha colaboración con los dictadores de esos países.
PATRIOTERISMO
Digan lo que digan, no pueden pedirnos ahora con su falso patrioterismo que respaldemos lo que está haciendo el gobierno. Ya nos peleamos con medio mundo. Ya estamos peleando entre nosotros. La OEA mandará observadores electorales porque la ley lo prevé y será seguramente de los primeros organismos en reconocer los resultados electorales que el gobierno no aceptará si no los favorece. Por eso desde ahora la están descalificando.
ZALDÍVAR
Dicen que mucho ayuda el que no estorba. Y es que resulta que se destapó la caja de Pandora con el exministro Zaldívar metido ahora de aplaudidor en la campaña de la señora Sheinbaum. Le están lloviendo denuncias y parece que va ocupar más tiempo en aclararlas que cumpliendo su tarea de vocero. A ver si una de esas no le piden que atienda sus asuntos antes que otra cosa porque en vez de sumar está comenzando restar y el horno no está para bollos.
EL HARTAZGO
Siendo un intelectual afín a la izquierda y simpatizante de López Obrador, al escritor Carlos Monsiváis no lo quedó más remedio que aceptar el triunfo de Vicente Fox en las elecciones del año 2000. No fue el PAN ni fue Fox según él, fue el hartazgo lo que provocó la derrota del PRI. A decir suyo el voto de castigo terminó por imponerse. Algo similar está sucediendo ahora. El grave problema de la inseguridad ya tiene harta a la gente. Ya casi no queda un lugar en el país donde a diario -de norte a sur- se presenten hechos criminales, ejecuciones y asaltos. Y claro que hay otros problemas irresueltos como el de la salud -que nunca fue como en Dinamarca- y la inutilidad del AIFA o el Tren Maya para no hablar de la corrupción que sigue vivita y coleando. Por eso cuando me preguntan si va ganar Xóchitl yo contesto, ganará el hartazgo, va perder Claudia, eso seguro…