SHEILA GARZA
El día D llegó, la tan cacareada por propios y extraños “Revocación de Mandato” será un hecho este domingo 10 de Abril, y en eso por lo menos SI cumplió el Presidente Andrés Manuel López Obrador cuando apenas recién tomado el poder anunció que en el año 2021 se llevaría a cabo.
Según el Diccionario Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, la revocatoria del mandato o plebiscito revocatorio “constituye un procedimiento a través del cual los electores pueden destituir de un cargo público con anterioridad a la expiración del período para el cual fue elegido”.
De acuerdo al Instituto Nacional Electoral es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza. Palabras del Presidente de México “se trata de un infundio y refrendar su condición maderista partidario del “Sufragio efectivo, no reelección”.
Apenas mencionó el asunto, los interesados se dieron a la tarea de investigar de que se trataba pero poco sucedió; sin embargo, acercándose el plazo ha sido trend topic y ontroversial como todo tema relevante que toca AMLO y cualquier mandatario en turno, puesto que se han suscitado todo tipo de noticias, comentarios, estudios, análisis y demás que centre su atención.
Desde la legalidad de la figura, hasta el financiamiento del mismo, el número de votantes interesados, la obligatoriedad, el acarreo, la popularidad y la polaridad. Vaya Usted a saber cuántas cosas más se han planteado a partir de la votación en urnas casi a mitad de la administración actual.
El choque habitual entre el Presidente de México López Obrador y el Consejero del INE Lorenzo Córdova no podía ser la excepción y el tema de la revocación fue también motivo de discordia. En esta ocasión el recurso económico como siempre dividiría. Ante la reducción del presupuesto al INE ese sería un problema que debieron resolver. Al final de cuentas de todas maneras se gastará un dineral, mil 567.40 millones de pesos por una votación que requiere de los recursos económicos, materiales y humanos. ¿Inversión, dinero tirado a la basura, desperdicio de tiempo?
La validez oficial de esta revocación se concreta a la totalidad de los votos sufragados, puesto que la misma Constitución Política y la Ley Federal de Consulta Popular establece que para ser sujetos de obligatoriedad y cumplimiento al menos debe votar un 40 por ciento de la lista nominal del INE, el cual contabiliza un total de 92 millones 823 mil 216 ciudadanos ¿qué sucedería si ni un 10 por ciento emite un voto?
El dato sobre la cantidad de votantes que deben salir a responder una sola pregunta en la boleta podría relacionarse con las últimas noticias sobre los famosos acarreos como prácticas recurrentes de antigüedad, las supuestas instrucciones presidenciales a sus gobernadores morenistas cuyo hábito es regular, el despliegue de las estructuras partidistas que para eso fueron creadas, las campañas (aún prohibidas por veda electoral) de los políticos descarados o de los movimientos discrecionales de morenistas.
Lo cierto es que la votación al parecer ya es un hecho porque Andrés Manuel López Obrador así lo pensó, lo programó y la investidura presidencial es la máxima figura que mande sobre cualquier orden de gobierno y punto. Dudo mucho que alguno de sus asesores le haya sugerido tal cosa porque no creo les haga caso o les escuche.
Y a Usted estimado lector, le guste o no, le parezca o no, esté de acuerdo o no, le agrade o no, salga a votar o no, la revocación está fuera de nuestro poder y de nuestro control, sólo es juego político y allá arriba hay toda una maquinaria en chinga trabajando para que así sea. Nuestro Presidente de México se salió con la suya y todo se acomoda para que así sea, como antes, como ahora y como siempre. ¡JUZGUE USTED!
