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Más allá de lo ejemplar: (im)posibilidades estilísticas en el Amante liberal

Más allá de lo ejemplar: (im)posibilidades estilísticas en el Amante liberal
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Luis Monjaráz

Idea general, desde Bajtín la teoría de la novela de Bajtín

A manera de introducción

Para Mijaíl Bajtín el lenguaje surge debido a un roce entre fuerzas que se atraen y, a la vez, buscan su unificación a través de normas lingüísticas que centralizan el pensamiento ideológico verbal en una determinada concepción del mundo. Es así como el discurso lingüístico es el resultado de estas dos fuerzas, amplificadas y profundizadas, con la peculiaridad de que esta amplificación y profundización es ejercida por un sujeto, y por los elementos que le ofrezcan su contexto histórico. “Para Bajtín, la reflexión lingüística y estilística tradicional considera que la palabra sólo se conoce a sí misma y conoce su objeto, y se expresa de manera directa por medio de un lenguaje único y unitario”. (Puig, 2004: 381). Es por eso que Bajtín al momento de reflexionar sobre la novela, afirma dos puntos opuestos. Uno es el de los géneros poéticos que se desarrollaron por el ámbito y, sobre todo, la necesidad ideológica. El segundo, el cual es la más importante en este trabajo, es el género literario en prosa, que, para el autor, nace debido a una corriente de fuerzas descentralizadoras.

Bajtín establece la asimilación del tiempo en la lectura literaria como clave fundamental, en donde distingue al tiempo del espacio, ya que ambos términos, a pesar de partir de un eje similar, se bifurcan nunca terminando en un mismo plano, mucho menos colindando, es por eso que Bajtín sugiere el término cronotopo. Aquí ambos elementos, tanto espaciales como temporales, se funden para adecuarse al discurso literario. Bajtín resalta que este cronotopo puede deslindarse de los elementos, que en un ejercicio de metonimia implica el referirse a elementos de tiempo y espacio, y centrarse únicamente en la obra literaria. Estos elementos de tiempo, únicamente, pueden ser revelados en el espacio, mientras el espacio se plasma, además de poder ser entendido, mediante el espacio, por lo que existe un trabajo de interacción, juntos revelan los demás elementos que constituyen la obra, esta correlación de términos es el origen de las características de las novelas.

Debo señalar que, para comprender la orientación de este trabajo, hay que entender la proposición de Bajtín en una orientación en cuanto el estudio del pensamiento. Bajtín sugiere estudiar el real proceso de la comunicación discursiva. Este proceso se encuentra distante a la perspectiva estructuralista de Saussure. Para él, la comunicación se trata de un proceso colectivo, en el que los puntos más importantes serían la manera en que el hablante se expresa y el pensamiento, aunque ya establecido independientemente, no aislado enteramente del proceso de comunicación. Para un análisis interior al discurso, considerado como un ente total, hay que tener en cuenta que las unidades que integran la totalidad, son, a la vez, imágenes que participan, directa o indirectamente, en la construcción de la experiencia del sujeto, este sujeto que es también un receptor de la totalidad, un receptor visto como lector, consecuentemente, creador, por lo que en el sistema “Bajtíniano sobresale la noción de interdiscursividad (mal traducida como intertextualidad, puesto que no se trata de establecer relaciones y dialogismo entre textos –meramente estructural–, sino entre discursos) y la noción de macrodiscursividad en oposición a lo microtextual. Se trata de una estética de lo universal y no de lo particular; de lo integrador y polifónico” (Aguilar, 2013: 162). Se tiene, entonces, la advertencia de Bajtín sobre los procesos de comunicación: en la discursiva real el discurso, de manera más clara el enunciado como unidad, posee una similitud de gran importancia pues se contienen en una misma esfera construida por sujetos con la capacidad de enunciar, entonces se concibe que la construcción, tanto de la esfera como de los sujetos, no es una construcción totalmente libre, pues posee una mínima porción de cooperación para los resultados de cada enunciado.

Ya mencioné el carácter bifocal del cronotopo, el cual pretende englobar en una noción tiempo y espacio. Con esto, Bajtín logra aislarse de la problemática de anteriores tratadistas, como el papel del héroe que involucra la consideración del autor y la independencia del personaje. También se aleja del debate del papel de la historia y la narración, o sea el discurso por aparte, y lo propio de la acción ejercida por el personaje. En un devenir histórico, los anteriores elementos del discurso narrativo, se han formulado mediante cronotopos, o sea desde una concepción simple, hasta una construcción más compleja. Ningún género artístico puede ser construido únicamente sobre la base de la atracción. Pero, incluso para ser atractivo, ha de poseer un cierto carácter esencial” (Bajtín, 1989: 260.)

Desde el punto de vista de la discursividad, una primera interrogante es acerca del carácter mayoritariamente contextual del relato. La voz que proporciona los escenarios son parte de una unidad, la obra como tal, se trata de una unidad total, mientras el discurso es parte de la uniformidad, de esa naturalidad con la que Bajtín dice que los elementos de la totalidad pueden adquirir diferentes significados dependiendo del contexto. “Puede adquirir una significación semimetafórica o puramente metafórica; puede, finalmente, convertirse en símbolo (algunasveces muy profundo). “En la literatura, el cronotopo del encuentro ejecuta frecuentemente funciones compositivas: sirve como intriga, a veces como punto culminante o, incluso, como desenlace (como final) del argumento. El encuentro es uno de los acontecimientos constitutivos más antiguos del argumento de la épica (especialmente de la novela)” (Bajtín, 1989: 250). La idea central de Bajtín es que el tiempo y el espacio estuvieron alguna vez articuladamente unidos, sea de una forma dialéctica o no, y posteriormente hubo un proceso de la historia discursiva de la conciencia humana tuvo un proceso de “monologización”, llevando a un punto en el que la discursividad, fundamentalmente literaria, es únicamente un enciso de este devenir.

b) De Bajtín para el Amante liberal

El cronotopo es esencial porque permite la creación del género, y evidencia el tránsito desde el campo a la ciudad, en su desarrollo, para luego profundizar en los diferentes ámbitos sociales fragmentados. Para la literatura moderna, el cronotopo significa, primero, la búsqueda de la integración de los diferentes tiempos creados por el ser humano, y, segundo, la integración de los diferentes espacios que constituyen la experiencia humana. Otro concepto clave es el dialogismo, que de manera más práctica se trata de “el proceso dialógico no implica la fusión o mezcla de un “sentido” en el otro, sino el enriquecimiento y la unidad del “sentido buscado” y del “sentido proyectado en la obra”. (Hernández, 2011: 24). O sea que para el análisis se tiene, primeramente, un trasfondo de la obra literaria, del cual comienza a aislarse el tiempo histórico. De esta manera los motivos que, manejado por medio del discurso, ya sea de índole argumental como compositivo, se rigen al margen de otros géneros. Tales motivos conforman una unidad artística, total y unificado, que al igual, como unidad homogénea, contiene unidades heterogéneas, que se descomponen en unidades mínimas, resultando un texto en el que la diacronía no es tan disimilar a la sincronía, por lo que aquí la historia no se presenta de forma lineal, y también, es por lo que se considera la lectura como una transgresión. 

En otro aspecto, la palabra en la novela es bifocal, sirve a dos hablantes y expresa dos intenciones distintas, está dialogizada internamente y potencia los diálogos en su sistema lingüístico. La dialogicidad interna de la palabra bifocal en prosa no se agota temáticamente, no puede dramatizarse o fragmentarse por completo, porque está establecida previamente en el lenguaje como fenómeno social. De forma general, para Bajtín, el enunciado se limita a sí mismo, encontrando un objeto para su orientación, entonces el enunciado se condiciona y guía a sí mismo. Un enunciado, específicamente literario, se enfrenta a diversos choques dialógicos y participa en el dialogo social. En este trabajo se tratarán dos maneras peculiares para las propuestas de un análisis: el valor contextual, que ofrece una valorización íntima, tomando como un conjunto, las ideologías y las opiniones manejadas en El amante liberal. Y la otra es la regulación, desde el punto de vista de la creación, de la organización de las unidades y las posibles transformaciones de acuerdo a su plano histórico, ya sea diacrónico o sincrónico. 

El dialogismo, entonces, se encuentra insertado en medio de las reflexiones en torno al discurso literario, si se tiene aldialogismo como una manifestación en la que las voces, que son parte de las unidades mínimas de la totalidad, son la fuente de los cambios discursivos y de la integración plural de voces, o sea de la composición junto a las otras unidades de distintos tiempos. Una propuesta para que el receptor adquiera, e inmediatamente se disperse de su realidad, hacia una posible de la novela. Bajtín determina que el dialogismo incluye un “enunciado vivo”, tratándose este enunciado de una participación del inmediata del receptor, integrante de un “enunciado vivo”, éste enunciado es la parte en la que el receptor crea y participa ya en la historia. Se tiene, por lo tanto, que hay una proposición del fundamento de la exploración de la novela que transforma consecuentemente en un dialogo social. Así es que los cronotopos poseen relaciones que estarán insertados en la novela de Cervantes, sin embargo, este puede tener un carácter variable y llegar a otorgar determinadas características de la novela. Aunque cuando varios cronotopos existen en una novela se tendría que remitir a uno que predomine para asignar un carácter más condensado, por lo que recurriré a las consideraciones que Bajtín concibe en torno a la función del pícaro-bufón, así como el cronotopo de la novela caballeresca y el hipérbaton histórico.

El hipérbaton histórico, aquí es entendido como la representación en un evento anterior (pasado), aquello que debería ser representado en un evento posterior (futuro), aunque en ningún momento se habla de realidades emergentes, sino de metas y propuestas de un futuro basadas en un pasado idealizado. Bajtín explica el dialogo narrativo con el dialogismo, y este abre las fronteras de la noción más formal del dialogo, explicando que dentro de este dialogo radica una realidad más explícita, esta realidad es otro discurso; es de vital importancia apreciar que el dialogismosea apreciado, partiendo de que las concepciones tanto cristianas como musulmanas, predominantes en las sociedad en la que fue escrita el Amante liberal, difieren, para comprender muchas de las actuaciones de los personajes. 

De manera compacta, las consideraciones de Bajtín en torno al cronotopo de la novela caballeresca son que el tiempo se estructura en fragmentos, y estos fragmentos pueden ser al mismo tiempo aventuras, sin embargo, siempre se encuentran ligadas a un espacio, los cuales pueden variar hasta romper el equilibrio del discurso, aunque por más ajenos o abstractos que parezcan, siempre el espacio será inequívoco, por lo tanto tiene la posible de insertarse en el discurso. Por ejemplo, el Amante liberal tiene un escenario principal, en donde se realizan los acontecimientos de mayor importancia, esta es la ciudad de Nicosia, la capital de Chipre, este, actualmente es país situado al sur de Turquía. 

Existe en la novela un principio, por así llamarlo, que organiza las líneas de la narración, este principio es el punto que constituye la unidad de la totalidad. Este principio es, en realidad, sobre las pruebas en las que el héroe pone en evidencia su identidad, particularmente su código de conducta caballeresco. Aparecen, a su vez, elementos ligados a la idea de identidad: el reconocimiento o no reconocimiento, las muertes ficticias, los cambios de nombre o aspecto, que podrían llamárseles conmutaciones heroicas. En el caso del Amante liberal tiene una gran importancia la fidelidad, mientras la ética se ve subleve por lo anterior, podría tener un punto importante, aunque no es ofrecido tan explícitamente. En esta novela prevalecen diversas relaciones, por ejemplo entre Ricardo y Leonisa, del primero con Mahamut, los otros personajes como Cadi y Helina, y los otros como Ali y Hazan. Pero, en todo caso, la imagen del tiempo en la novela del Amante liberal está ligada a la realidad material local. Anteriormente especifiqué sobre el hipérbaton histórico, donde la esperanza se encuentra depositada en un futuro deseado, potenciando las imágenes de una realidad más material. O sea, está medida principalmente por la función de imágenes que tienen la posibilidad de ser realizadas, en Ricardo, por ejemplo, se presenta la función del hombre de forma heroica.

En esta novela no se presentan otros géneros que superarían las pruebas del cronotopo, Bajtín comenta que “todas estas parodias de géneros y estilos (de lenguajes) forman parte del variado universo de las formas verbales que ridiculizan la sombría palabra directa, independientemente de las variedades de sus géneros. (Bajtín, 1989: 421), y aunque se hicieran presente está interacción con otros géneros no interfiere ya que las posibilidades de un análisis se encuentran en elementos que están interesados no únicamente en el discurso, o más específicamente en alguna otra unidad.

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