
Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen,
Durante el desayuno con Amanda conversamos de los temas de actualidad que se difunden a través de las redes sociales por parte de los periodistas y comentaristas independientes, que es difícil encontrar información en la mayoría de los medios formales de información; y eso dificulta tener certeza si se trata de notas falsas, amarillistas o relatos fundamentados.
—Amanda, en cualquier país informado, los LECTORES HACEN LA DIFERENCIA porque de esa forma, los editores de prensa, radio y televisión viven de la publicidad comerciales y sus ventas, sin depender del subsidio público del gobierno el cual, en ocasiones representa el 80% o más de sus ingresos para su sobrevivencia y ahí, se inicia un círculo vicioso donde el periodismo de investigación en México es muy escaso y cuando el periodista descubre importantes hallazgos, el editor censura conforme a los convenios que tenga con el gobierno.
—Es cierto. En los países donde el promedio de lectores es mayor, la prensa libre goza de mayor credibilidad, veracidad, objetividad y profundidad; pero te mostraré algunas cifras acerca del promedio de libros que se leen en los distintos países y su relación con el producto interno bruto de los mismos.
De acuerdo con las cifras oficiales de cada país, Lectopedia realiza un comparativo de libros leídos al año por persona relacionándolo con el PIB per cápita expresado en dólares. En ese rank podemos comprender por qué la prensa libre predomina donde los editores no dependen del subsidio de los gobiernos siendo su crítica más veraz y objetiva.
Los países donde una persona lee entre 15 o más libros al año son: CANADÁ Y FRANCIA CON 17 LIBROS, poco más de uno por mes. Ahí, los medios de información gozan de amplia libertad por el mismo motivo.
—Amanda, hay otros países donde sucede algo similar es en Estados Unidos con 12 libros por persona; Corea del Sur con 11, España con 10 y Portugal con 8.5.
—El contraste con Latinoamérica es bárbaro. En Chile se leen 5.3 libros por persona; en Perú el promedio es de 3 libros; en Brasil se leen 2.5 libros al año; en Venezuela se leen 2…
—Lo terrible, Amanda, es ver como Colombia con 1.9 y Argentina con 1.6 disminuyeron notablemente su promedio cuando eran países donde la lectura era un hábito entre la población y hoy, hasta su producción editorial ha disminuido.
—Pues EN MÉXICO CADA PERSONA APENAS LEE 1.2 LIBROS al año; eso nos hace comprender el alto nivel de ignorancia que prevalece en nuestro país y lo fácil que es para los medios y el gobierno manipular la información. Con ese nivel de lectores ningún periódico puede sobrevivir sin los convenios económicos con el gobierno y por tanto, su calidad de información resulta deprimente y bastante dependiente de la sensibilidad e interés de políticos, partidos y gobiernos. Por otra parte, esta situación obliga a muchos reporteros y columnistas a recibir “apoyos” o ingresar a las nóminas de estados y municipios para elogiar a funcionarios y políticos.
—Además, Amanda, hay que agregar que la escuelas no enseñan a leer ni a escribir correctamente a sus alumnos desde la primaria. Así que ante este vacío, se hace plausible la creación de clubes y círculos de lectura que tratan de fomentar el hábito de leer, comprender y aprender, al leer libros y discutirlos porque sin duda, cada lector es un libro distinto cuando se comparte la forma de percibirlo.
—Estos clubes y círculos ayudan a PERDERLE MIEDO A LOS LIBROS y cuando se lee un libro en grupo, se enriquece la comprensión de la lectura. Es increíble que de pronto, la motivación es tan efectiva que algunas personas que no leían nada, ahora, descubren que pueden devorar libros en 3 o 4 días sin dificultad. Se disfruta tanto la lectura que hasta te olvidas del celular, los jueguitos, la televisión y de cualquier cosas que te hacia perder el tiempo.
—Eso es lógico Amanda, porque mientras más lee uno, el vocabulario, los conceptos, las construcciones gramaticales y todos los elementos semánticos y filológicos se van haciendo familiares al lector logrando una mayor agilidad al leer hasta los libros más complicados.
—La importancia de leer y hacerlo correctamente, nos conduce a ser más libres, a defender nuestros derechos y conocer profundamente nuestro pasado y presente para visualizar un mejor futuro siendo críticos y no borregos carentes de pensamiento y opinión propia. LA LECTURA NOS ABRE HORIZONTES a la curiosidad; a investigar y a no creer todos los que nos dicen. Porque debo decirte que la autocensura en reporteros y columnistas los conduce a escribir cosas que ni ellos mismos se las creen.
—La erradicación de la pobreza debiese empezar por ENSEÑAR A LEER BIEN y guiar hacia la comprensión de la lectura a la gente, poniendo a su alcance estos CÍRCULOS DE LECTURAorganizados entre sus familiares, comunidades, o centros de trabajo, porque, a mi parecer, las escuelas públicas no están interesadas en enseñar y motivar, salvo excepciones de notables profesores de vocación.
—Por otra parte, debemos reconocer el esfuerzo de esos periódicos y periodistas independientes que viven de otras fuentes de ingresos para permanecer fieles a la palabra, la verdad y a sus opiniones, porque aún cuando encuentren discrepancias entre sus lectores, eso alimenta el debate, la discusión y la reflexión obligándonos a profundizar en los temas.
Como sea, Amanda, aquí y en China, leer es una cuestión de amor.