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Elba Esther, el escarnio público / La Estaca

Elba Esther, el escarnio público / La Estaca
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MARIA DE LOURDES CORZO V.

EN POLÍTICA NADA ES COINCIDENCIA.-Y el hecho de que Elba Esther Gordillo Morales “la maestra comiteca” sea liberada de la prisión en la que la mantuvo Enrique Peña Nieto durante todo su mandato presidencial, el mismo día que el presidente virtual cambiará su estatus a presidente electo lleva jiribilla.

Elba fue detenida y sentenciada a permanecer en prisión sin previo juicio, sin haber sido acusada por ninguno (ni uno solo)  de los miles de maestros a los que dicen los pericos repetidores que “robó” y de manera unilateral el Estado  le fincó delitos como el de lavado de dinero y delincuencia organizada. Repito. NO HAY CONCIDENCIAS. Elba, la poderosa líder del sindicato más grande de Latinoamérica, precisamente el sindicato del magisterio, debía ser inmovilizada, congelada, desarticulada de su gremio para imponer la reforma Educativa.

La otrora utilísima líder de masas para encumbrar presidentes representaba una roca en el camino, su poder de convocatoria era tal, que peligraba la imposición del modelo NO educativo que se pretende imponer, atropellando los derechos de la base trabajadora en el ramo educativo. A Elba no le pudieron comprobar ninguno de los cargos ficticios, sin embargo fue mantenida en prisión violando la presunción de inocencia, sus derechos humanos y  garantías individuales. El Poder Judicial torció todos los elementos y actuó bajo consigna del Ejecutivo  y con la complacencia del Legislativo. La historia de siempre.

La plebe de inmediato reaccionó al estímulo del morbo- creado por el monstruo de la divulgación de rumores-  y sin razonamiento previo hizo escarnio público de la imagen de la mujer en grotescos memes. Como si fueran los propios ofendidos endurecieron su vocabulario para referirse a ella de la manera más grosera. Sin piedad se burlaron de qué haya enfermado y enfrentado la muerte de su hija Mónica en prisión y le ofrecieron un rosario de maldiciones. La condenaron y como prueba señalaron que  vestía ropa y bolsas de marca.  Si. Tan dignos.

La otra cara de Elba Esther- la comiteca- quedó atrás de la parafernalia. Cientos de derechohabientes del ISSSTE que requerían para sí o para la atención de sus familiares  cirugías, trasplantes, equipo, traslado, viáticos, etc., recibían  a través de su equipo el apoyo oportuno. Los jubilados no tenían que lidiar con el despojo de sus pensiones. Las instituciones de beneficencia recibían de parte del Sindicato donaciones en especie, atendía solicitudes de ayuda humanitaria. Y ni qué decir del apoyo a sus allegados, la mano siempre estuvo tendida. Funcionarios de altos niveles siempre contaron con algún favor, con alguna gestión y sin lugar a dudas con ella libre los maestros jamás hubieran vivido la persecución de que fueron objeto.

Tampoco es que la vea como a la “Inmaculada”. Seguramente para lograr el poderío y la fuerza que la caracterizan debió resolver -primero que nada- que le perdonaran ser mujer en un mundo de hombres (la política) y tener las agallas de mover y dirigir a un grupo de esa envergadura. Se trata de ampliar criterios, de dejar de llevarnos por lo que el poder quiere que creamos y repitamos. La sueltan hoy, para que la masa diga-para bien o para mal- que la soltó el presidente electo. Para que el nombre de su secuestrador no se mencione como tal y para que no nos demos por enterados de que estuvo presa NO POR UN DELITO, sino por el abuso de poder. No hay plazo que no se cumpla y hoy tuvieron que reconocer que –por lo menos de los delitos que la acusaron- Elba Esther es inocente.

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