Juan Carlos Cal y Mayor
Por lo visto no se equivocaron las encuestadoras que daban una amplia ventaja a Claudia Sheinbaum. El análisis se tiene que hacer ahora desde otro enfoque. Los resultados son consecuencia de una campaña política exitosa pero no por eso legal o equitativa. Parece que el presidente no sirvió para gobernar, pero sí para hacer campaña. Fue el gran jefe de la contienda presidencial y de las campañas para las gubernaturas. No tuvo empacho en utilizar todo el poder presidencial para aplastar a sus opositores. Tampoco para influir por todos los medios en un segmento del electorado al que llama pueblo y dice encarnar.
No debe sorprender. No es inédito. Noam Chomsky en 1990 describía cómo los medios de comunicación utilizaban diferentes técnicas de manipulación para controlar el pensamiento y la conducta de las masas para beneficio del poder dominante. Doce años después, el escritor francés Sylvain Timsit publicó el decálogo “Stratégies de manipulation” que resume las estrategias mencionadas por Chomsky. Aquí algunas de ellas:
1.- Estrategia de la distracción: Consiste en desviar la atención de la gente de los problemas importantes presentando continuas distracciones e información insignificante para así, impedir a las masas interesarse en temas que puedan afectar la imagen presidencial. El presidente desde la mañanera tiene una capacidad para darle la vuelta a los problemas centrando la discusión en nuevos temas que él mismo provoca.
- Problema-reacción-solución: En este método se crea un “problema” para causar cierta reacción entre el público y conseguir así que sea la gente quien demande las medidas que se desea hacer aceptar. De otra manera no se explica como en Acapulco -después de la tragedia del huracán Otis- la gente terminó votando por Morena en tanto que después aparecieron como salvadores regalando camas y hasta refrigeradores.
- La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable en lugar de presentarse de una sola vez, se aplica gradualmente durante varios años. Así pasó con el impuesto a las gasolinas con incrementos anuales, y nuestra cartera no miente. Si el tanque antes se llenaba con mil pesos en 2018, ahora se llena con mil 400. No hubo un gasolinazo, pero sí aumentos significativos de 10% a 15% de manera anualizada.
- La estrategia de diferir: Una decisión impopular es presentada como “dolorosa” pero “necesaria” donde se requiere el sacrificio de todos para conseguir un bien mayor. La gente tiende a pensar que “todo irá mejor mañana”. Da tiempo para que se acostumbren al cambio y terminen aceptando cuando llegue el momento. Así se desmanteló el seguro popular que dejó a millones sin acceso a la salud aduciendo corrupción y ofreciendo un sistema de salud mejor que el de Dinamarca que afirma una y otra vez tendremos al final de su gobierno.
- Dirigirse al público como criaturas de poca edad: Se utilizan discursos, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, como si el público fuese una persona de poca edad o con capacidades mentales disminuidas. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. Para muestra los “amlitos” que el presidente mostró en sus mañaneras.
- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión: Hacer uso de aspectos emocionales para inducir comportamientos, implantar ideas, deseos, miedos y temores. Impide la reflexión, el análisis y la capacidad de crítica.
- Mantener al público en la ignorancia y la estupidez: El Estado muestra poco interés en invertir en la educación y la ciencia mientras que brinda nula o escasa transparencia. Así se desmanteló el CONACYT y el sistema de becas para estudios de postgrado en el extranjero.
- Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad: Promover entre el público la creencia de que es moda el hecho de ser vulgar e inculto. La meritocracia es neoliberal, todos sin excepción pueden tener estudios sin requisitos de admisión hasta para obtener títulos universitarios.
La historia está plagada de ejemplos. El libro Rojo de Mao Zedong es el segundo más publicado en la historia después de la biblia y sirvió para adoctrinar a millones a los que el líder chino manipuló a su antojo. Había millones de sus retratos por toda China. ¿Cómo explicar la popularidad de Stalin, Mussolini o Adolfo Hitler? De ahí que no nos debe sorprender el culto a la personalidad hacia López Obrador. Tampoco el hecho de que haya podido imponer a su sucesora. Lo hizo Fidel en Cuba con Díaz-Canel y Hugo Chavez con Nicolas Maduro en Venezuela. No hay una fórmula mágica ni secreta ahora que el presidente logró imponer a Claudia Sheinbaum como nuestra futura presidenta.
El poder presidencial terminó arrinconando a la prensa libre, a los medios de comunicación, a los partidos, a la Suprema Corte y hasta al propio INE. La operación para el triunfo fue quirúrgicamente planificada. Atrapados por los algoritmos y aun siendo millones, los opositores al régimen ensimismados en su propia narrativa no alcanzaron a ver el huracán categoría 5 que se avecinaba sin respetar reglas, eso sí abusando de todo el poder.