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Democracia, ficción o realidad / Al Sur

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Guillermo Ochoa-Montalvo

Querida Ana Karen, La democracia como aspiración de cualquier nación inició con los griegos quienes acuñaron el término 500 años antes de Cristo con el vocablo “demokratia” que proviene de la voz griega: “demos” que significa “pueblo, tierra o territorio” y “Kratos”que significa “Poder, fuerza, autoridad”. Democracia significa el poder del pueblo que se ejerce en función de él, es decir, un autogobierno del pueblo. Así, la Democracia se entiende como la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno, o al predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado, por ser éste la fuente u origen del poder político.

En contraposición, la autocracia, monarquía, dictadura, oligarquía, anarquía o, aristocracia suponen el predominio de una o pocas personas en el gobierno político de un Estado legítimo o no. A pesar de este significado, en la práctica, la Democracia no se aplicaba a todo el pueblo, sino solamente a una parte de él, es decir, a aquellos que tenían un determinado status o poder económico. A lo largo de la historia el concepto de Democracia ha sufrido innumerables transformaciones y, hasta hace aproximadamente un siglo, esta denominación ha sido utilizada incluso para identificar a regímenes políticos o sistemas de gobierno con contenidos totalmente diferentes u opuestos. Hoy en día, se habla también de Democracia en un sentido no-político o social.

No hay que olvidar que la Democracia en su sentido político, como sistema de gobierno, no llegó a consolidarse en el mundo sino hasta el surgimiento de los partidos políticos. Más aún, la Democracia en su larga evolución, no incluía a gruesos sectores de la población como los analfabetos, las mujeres, y las personas de bajos recursos económicos. México no es la excepción en ese proceso de integración y participación de las mujeres en los procesos electorales. Pero tampoco conviene confundir la democracia con una parte vital en ella como son los procesos electorales, pues si bien es cierto, las elecciones son parte de la democracia, ésta no termina ahí.

Todo lo anterior viene a colación por el debate en México donde se pretende vincular Partido-Estado como una sola fuerza donde la oposición es invisible.

Y la pregunta sigue latente: ¿qué es la Democracia? Hoy en día la Democracia sólo se entiende como un proceso amplio y creciente de participación e integración de las mayorías en la vida política, económica y social de un Estado. En este sentido, toda Democracia deberá buscar los mecanismos apropiados para hacer viable la participación y la integración de todos los sectores sociales, sobre todo en un país tan diverso y con tantos problemas como el nuestro. 

La participación democrática significa garantizar la participación del pueblo en el proceso de toma de decisiones políticas que afectan la vida del Estado; es decir que, al menos como posibilidad cierta, todo ciudadano pueda tener capacidad de intervenir en la gestación, deliberación y aprobación de las principales decisiones de gobierno al interior del Estado. De ahí, la importancia que reviste la elección de ciudadanos para ocupar los cargos de representación popular así como los cargos del Ejecutivo federal, estatal y municipal.

La participación del pueblo, al menos en teoría, se efectúa a través de los ciudadanos a quienes elige para que lo representen tanto en los Congresos de su Estado como en el de la Unión (Diputados federales y Senadores) donde se habrán de dictar las leyes y reglas que regirán a al sociedad en su conjunto. Esta es la democracia política.

Desde otro punto de vista, la Democracia es también una forma de vida que penetra todas las relaciones sociales, una forma de organizar la vida social y, en este sentido, más que un sistema político o forma de gobierno, es un conjunto de valores compartido por las mayorías de una comunidad, país o Estado. En esta red social, a nivel familiar y en todas las organizaciones sociales (sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales de base, colegios profesionales, universidades, clubes deportivos o culturales, etc.), deben darse relaciones sociales igualitarias entre todos sus miembros, sin discriminaciones de ningún tipo. Esta es la democracia social cuyas reglas y normas suelen ser más flexibles y modificables que las de la democracia política.

De cualquier forma, la Democracia social alimenta a la Democracia política y la hace más sólida, idea que refuerza la condición que establece que, para que una Democracia funcione es necesario que esté respaldada en instituciones sólidas que funcionen y, sobre todo, que sus miembros crean en ellas y en las reglas establecidas. Lo contrario supondría eliminar los canales de intermediación entre pueblo y gobernantes, y además, caer en la tentación totalitaria de concentrar todo el poder en una o pocas manos. 

La Democracia, como ideal o forma de vida, no se enseña, sino que se practica. Pero esta práctica debe estar encuadrada dentro de reglas básicas establecidas en la Constitución y en las Leyes o simplemente en los usos y costumbres sociales. Por encima de todo, estas reglas deberán buscar como fin último el bienestar colectivo, es decir, la satisfacción de las necesidades básicas de la población. Sólo así cobran sentido. La democracia real es aquella que cuenta con la fuerza participativa de la sociedad y sus pobladores. La democracia de ficción se nutre de la apatía, la indiferencia y de la actitud pasiva de los ciudadanos mismos. La participación no la brinda un gobierno, la conquista un pueblo. 

Por eso la Democracia se organiza bajo los principios del equilibrio de poderes, la mayoría relativa, los procedimientos electorales y la transmisión o alternancia en el poder. Se ejerce generalmente por medio de representantes (Presidente de la República, Congresistas, etc.), quienes gobiernan en nombre de los representados (pueblo). Se tiene que dar el ejercicio periódico de algunos derechos (como el sufragio universal por ejemplo), y el desarrollo de un sistema institucional sólido que dé soporte al Estado. El sistema representativo debe complementarse con la creación de nuevas instituciones de participación política ciudadana como: el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular para la formación o anulación de las Leyes, la revocación del mandato legislativo (o presidencial inclusive), los sistemas de descentralización y regionalización, la elección de los miembros del Poder Judicial, etc.

Cuando todo esto deja de existir, entonces surge la tiranía, la dictadura, la autocracia o cualquier otros sistema distinto a laDemocracia. 

La democracia es una aspiración legítima de los pueblos que encuentra sus límites en la voluntad y participación de la propia ciudadanía. En la democracia no existen los espectadores, sólo son posibles los actores. El perfeccionamiento de la democracia es un trabajo por realizar cada día mediante el ejercicio de los derechos ciudadanos enmarcados en la ley. Su ficción o realidad es una cuestión que resulta de la capacidad de organización y participación que demuestre una sociedad determinada. De ahí, el surgimiento de la democracia directa, la democracia representativa y la democracia popular. Al final, participar es una cuestión de amor.

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