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De risa / La Feria

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Sr. López 

Tía Beatriz, la que de todo hacía tragedia, tuvo una hija única, Beatricita, que tenía el don increíble de llorar a voluntad -en serio, derramaba cataratas de llanto si le daba la gana-, pero tenía un gran sentido del humor e imitando los dramas de su mamá nos hacía retorcernos de risa. Una Cuaresma, siendo este menda un mocoso, en la escuela de monjitas en que estudiaba Beatricita el último de Prepa, se iba a representar como todos los años, el drama del Vía Crucis, el Calvario, y ella iba a ser la Verónica, la que enjugó con su velo el rostro a Jesús cargando la cruz. Ese año las monjitas habían conseguido a un bien plantado y famoso actor profesional, para hacerla de Cristo y el resto del elenco era de alumnas (también los soldados romanos, nomás que con bigotes postizos… aunque había algunos centuriones pechugones, estupendos). 

Los ensayos los dirigió el actor quien mucho molestó a Beatricita insistiéndole en que no sobreactuara, porque soltaba unas lloradas que lo dejaban frío. Ya desde días antes de la presentación, Beatricita decía que la obra era una cursilada y que además, no quería salir de Verónica porque Jesucristo le caía gordo (el actor, se entiende), pero su mamá la obligó. 

Fuimos muchos de la familia. El auditorio del colegio estaba a reventar, como nunca, por el actor que hacía de Jesús con tal talento que había un silencio emocionado (eran otros tiempos), hasta que llegó el turno a la prima de limpiarle el rostro a Cristo, y Beatricita berreó, berreó sin interrupción y de una manera tan desaforada que el público empezó a inquietarse y luego, los legionarios dejaron de azotar a Jesucristo y éste, dejó la cruz en el suelo y puso los brazos en jarras viendo muy molesto a la ‘Verónica’, empezaron las risitas y cuando ella, llorando con desconsuelo, se sonó las narices con el velo, Jesucristo aventó la corona de espinas y se fue. Carcajada general, se suspendió la función, largos aplausos aunque muy inapropiados. Casi expulsan a Beatricita. Su mamá la obligó a confesarse. 

El viernes pasado, en una edición más de su gustado programa de variedades, ‘Los monólogos de rutina’, en Campeche, uno de la claque hizo al Presidente la pregunta que le correspondía -según el guión- sobre los grupos ecologistas que se oponen al Tren Maya y han solicitado amparos. 

El Presidente, honrando su vocación por la pedagogía de masas, explicó paciente: 

“Una de las cosas que -los neoliberales- promovieron en el mundo para poder saquear a sus anchas, fue crear o impulsar los llamados nuevos derechos (…) el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos, la protección de los animales, muy nobles todas estas causas, pero el propósito era crear o impulsar estas causas para que no reparáramos o volteáramos a ver que estaban saqueando al mundo y que el tema de la desigualdad en lo económico y social quedara afuera del centro del debate”. ¡Zambomba! (si usted prefiere, ponga aquí una que rima con sustrajo). 

Según ve las cosas el Presidente, los que se oponen al trenecito Maya son neoliberales creadores de ‘nuevos derechos’ para robar a dos manos. A reserva de determinar la 

relación del saqueo con el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos y la protección de los animales, pongámonos todos en estado de alerta, porque no es cosa de dudar de la palabra presidencial y gracias a él ahora sabemos que son parte de una conjura de atracadores, los 25 grupos ambientalistas que integran la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar; Amigos de Calakmul A.C.; el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad A.C.), y muchas más organizaciones, entre ellas el EZLN (¡neoliberales!). 

Extraña que el Presidente no haya recordado a su atenta audiencia, que el trenecito se sometió a consulta popular (¡sí, señor!), realizada del 14 al 15 de diciembre de 2019, y que estuvo de acuerdo el 92.3% de los participantes, aunque tal vez ese olvido involuntario se deba a que para la consulta se imprimieron 800 mil boletas, pero resultó que se usaron solo cerca de 100 mil… y esa es la mejor versión que se nos pudo dar, imagine cuántos participaron realmente, imagine que aparte de todo, esa consulta fue casera, fuera de toda norma legal. ¡Pelillos a la mar!, si el Presidente sabe que le conviene a la patria, con más razón sabe qué es bueno para la península de Yucatán. 

Lo que no es muy buena idea es esta nueva versión presidencial sobre los opositores neoliberales al trenecito Maya, creadores de ‘derechos nuevos’ como el feminismo, el ecologismo, los derechos humanos y la protección a los animales: 

El neoliberalismo hizo acto de presencia en el mundo en las décadas de 1979 y 1980, mientras que el feminismo desde fines del siglo XIX, dio inicio con mucha fuerza y tuvo presencia en la Gran Bretaña, EUA y Latinoamérica; el ecologismo tiene antecedentes muy formales en la Conservación Ambiental que incluyó en la agenda política de los EUA, el presidente Teodoro Roosevelt, entre 1901 y 1909; la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se ratificó en la ONU el 10 de diciembre de 1948; y la protección a los animales la inició el Parlamento de la Gran Bretaña en 1822 y para 1824 se fundó allá la primera organización para la protección de los animalitos, la Society for the Prevention of Cruelty to Animals y el 24 de noviembre de 1933, Alemania fue el primer país en implantarlo como ley al decretar la Tierschutzgesetz, la Ley de Protección Animal, lo que puso a ese país a la cabeza en protección de animales. Todo esto antes de que fuera parido el primer neoliberal tenochca. 

Se le sugiere en buen plan al Presidente que mejor se regrese a su explicación a la oposición a su trenecito de enero del año pasado, cuando dijo que los que no lo quieren son “conservadores y desquiciados”. 

O todavía mejor: que ya deje de quejarse de neoliberales, conservadores, fifís, clasemedieros, jueces, universitarios y tantos otros, porque se anda arriesgando a que un día de estos, su madrugadora sea de risa.

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