* Organizaciones civiles reportan un aumento de hasta 50 por ciento en trastornos como ansiedad, depresión y esquizofrenia entre migrantes varados en la frontera sur
Redacción / Alfaro Noticias
La salud mental de personas migrantes que permanecen varadas en esta ciudad fronteriza enfrenta un deterioro acelerado. Organizaciones que brindan asistencia humanitaria han detectado un repunte de casos graves de ansiedad, depresión, esquizofrenia y estrés postraumático, en medio de un contexto de incertidumbre, violencia y abandono institucional.
Fabiola Díaz Rovelo, directora de la Fundación Chiapaneca de Mujeres Migrantes A. C. (Chimumi), explicó que en las últimas semanas han atendido a decenas de mujeres con episodios depresivos severos. La organización estima que los casos de trastornos mentales entre personas migrantes han crecido hasta en un 50 por ciento, en comparación con meses anteriores.
Las principales afectadas son mujeres hondureñas, salvadoreñas y haitianas, muchas de ellas expulsadas de sus consulados sin protección ni acompañamiento. “La situación es tan crítica que ya hay personas que podrían morir por inanición o por un infarto cerebral, porque no comen, no se hidratan y no reciben atención médica”, advirtió la activista.
Médicos Sin Fronteras también documentó un alza del 36 por ciento en casos de salud mental ligados a episodios de violencia extrema durante el primer trimestre de 2025. La organización internacional atribuye este incremento a las agresiones sufridas en el trayecto migratorio por parte de grupos armados y al impacto de las políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos y otros países de la región.
Tapachula, a pesar de ser uno de los principales puntos de concentración migrante del país, carece de infraestructura de salud especializada para atender esta emergencia. Las personas en situación de movilidad que no logran regularizar su estancia se enfrentan, además, a la marginación laboral, la discriminación y condiciones de vida precarias.
Desde su experiencia, Isabel Méndez Hernández, de la organización Mujeres en Movimiento por la Liberación Nacional, considera que el trauma empieza desde que las personas migrantes dejan su país. “Muchos vendieron todo por un sueño, y ahora enfrentan violencia, muerte, violaciones y una meta rota”, expresó.
A esta situación se suma el temor generado por la amenaza de nuevas políticas de deportación masiva en Estados Unidos. Organizaciones humanitarias advierten que, si no se garantiza atención médica y protección adecuada, la salud mental de la población migrante podría seguir agravándose en los próximos meses.
