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Con M de México / La Feria

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Sr. López

Contaba la abuela Elena que allá en Autlán, a principios del siglo pasado, su papá fue a platicar con un ranchero vecino para decirle que necesitaba recuperar un numeroso hato de reses que se habían metido a su propiedad y que le dijo que no, que lo que estaba en su rancho era de él. Punto. Su papá no dijo ni sí, ni no, regresó a su rancho y mandó llamar a todos sus hijos varones, que eran 37 por lo que no le va a explicar este menda y no le importa (pero se imagina… eran los tiempos). Les ordenó que se metieran a la casa del vecino, a como diera lugar (o sea, armados). Lo hicieron y como el vecino se fue a quejar, le dijo: -Si están en su casa, son de usted… ahícuide a su señora y sus hijas -el vecino arreó la manada de regreso, calladito.

Para empezar por el principio: usted hace la digestión, naturalmente, pero hacer la digestión no es un derecho. Derecho, sin confundir con la ciencia jurídica, claro.

Hay derechos humanos, derechos civiles, políticos,etc., un galimatías, por lo que (sin entrar en eliusnaturalismo, el contractualismo ni el iuspositivismo, para dilucidar si existen o no los llamados derechos naturales), podemos decir so riesgo de simpleza, que los derechos de la persona son todo aquello que le corresponde y puede hacer o exigir legítimamente, porel solo hecho de ser humano.

Por otro lado, hay un abuso de la palabra derecho, derechos, como eso de los derechos de la naturaleza y los animales. No existen. El sujeto de derechos está sujeto, aunque sea potencialmente (como los niños), acumplir obligaciones. Lo demás es verso.

Lo cierto es que no hay derecho a emigrar de un país a otro sin cumplir los requisitos legales del país receptor. Así se emigra, pero no es un derecho.Llamarlo derecho en parte, es idealismo del bueno y en parte, discurso ligero apegado a la corrección política y a veces, discurso perverso, instrumentalización criminal que se traduce en beneficios infames, otro tema, largo.

Como este junta palabras solo dispone de dos cuartillas (seis mil caracteres, espacios incluidos), solicita su comprensión por ni intentar resumir lashipótesis de las migraciones desde la prehistoria (teorías de casi imposible comprobación). Lo que al tema interesa es que desde los tiempos en que se inició el registro escrito, que llamamos historia, se consignan emigraciones; no escaparon al fenómeno Mesopotamia, Egipto, Persia, Grecia, Macedonia, Fenicia, Cartago ni Roma; del Lejano Oriente no le comento nada, no por economía de palabras sino por ignorancia.

Se puede afirmar que la transmigración ilegal, el fenómeno emigratorio ilícito, como lo conocemos, el meterse a otro país para residir en él por las puras pistolas del excursionista, en Occidente fue posible a partir de la definición del estado-nación y la soberanía territorial, cuando los tratados de Westfalia en 1648.

Ya con fronteras bien dibujadas en los mapas y reconocidas por el vecindario, nace el concepto de nación, de nacionalidad, que es otro galimatías en el que no piensa entrar su texto servidor, baste decir que todavía después de la Segunda Guerra Mundial, se seguía discutiendo que es nación y qué es nacionalidad (en el fondo por el problemita del pueblo judío entonces sin territorio ni nación). Como sea, aquí para efectos prácticos, digamos que no hay que hacerse tarugo: todos sabemos que es una cosa y la otra, además de que nación viene del latín ‘nasci’, nacer.

Así las cosas, una lectura a volapié del asunto permite concluir que -en la historia-, las emigraciones ilegales solo se contienen a sangre y fuego, como la invasión mongola a Europa o las intentonas del Imperio Otomano de adueñarse de buena parte de Europa, de donde fueron expulsados a cañonazo limpio por el imperio Habsburgo y los zares de Rusia.

Fuera de ese método, a lo bestia, no hay manera. O se persigue y se aniquila o nada contiene las emigraciones, nunca, entre otras cosas por la manía de reproducirse que tiene la gente, viera usted.

México en los territorios que vendió a los EEUU en 1848 (Tratado Guadalupe Hidalgo), dejó a su suerte a un estimado de cien mil mexicanos. Los gobernantes de entonces para taparle el ojo al macho pusieron en el Tratado, cláusulas que los protegían, el Congreso yanqui las eliminó y nuestros dignísimos próceres no movieron un dedo para protegerlos… y sufrieron lo que no está escrito, violaciones, asesinatos, despojos, de todo. Así fue.

En esos entonces, la población en los EEUU, eranunos 23 millones 200 habitantes; de ese total, el 0.43% eran mexicanos. Para el año 2023, según la Oficina del Censo de EEUU, la población de origen mexicano es de poquito menos de 38 millones, el 11.34% de la población total de allá, aparte de los mexicanos inmigrantes ilegales (sin trapitos calientes), que parece son arriba de 5 millones (‘parece’, porque como usted comprenderá, no se dejan censar).

Los EEUU no pueden de ninguna manera deshacerse de 38 millones de personas (ni les conviene), y con Trump y todo, tampoco de los 5 millones de ilegales.

El tipo este Trump, no es el campeón echando gente, en su primera presidencia, de enero de 2017 a enero de 2021, entre deportaciones y expulsiones, sumó a 1.5 millones. El tal George Bush, llegó a dos millones;el simpatías Obama, a 3.2 millones. No es sino discurso de campaña eso de que va a expulsar a 11 millones, que luego matizó y dijo que solo va a sacar a los que carezcan de estatus legal y después que empezaría por “los criminales más peligrosos”. ¡Ah!, bueno, que empiece por esos.

Antes que otra cosa: ¿cuándo nuestros gobiernos van a aceptar su responsabilidad en eso de los mexicanos que huyen del país?, porque huyen del hambre y la inseguridad. Parece que nunca. Ahora, el lema es que van a recibirlos con los brazos abiertos. ¡Qué lindo, qué bueno!

Sin embargo, el Trump va a hacer ruido y a cometer barbaridades, pero la realidad es que en algunas décadas, al paso que van las cosas, aparte de Golfo de América, los USA podrían ser los USAM, eso, con M de México.

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