Rodulfo Reyes
La reunión que sostuvo ayer el gobernador Javier May Rodríguez con el secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, muestra por si sola que la espiral de violencia que daña a Tabasco es un tema que ya se analiza en la dependencia a cargo de la estrategia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para el combate al crimen organizado.
En la foto difundida por el mandatario en sus redes sociales también aparece el brigadier Víctor Hugo Chávez Martínez, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, actor en el problema por ser el blanco mediático de la delincuencia.
Fuentes de esta columna aseguran que May y el militar llevaron un informe preciso sobre el origen del problema, y una propuesta para resolverlo.
En el fondo, la idea de la visita al cercano colaborador de la Presidenta es buscar el visto bueno y el respaldo del gobierno de la república para atacar de raíz el asunto.
Es probable que en la carpeta entregada vaya la relación de los generadores de violencia y los apoyos con que cuentan.
¿Se incluirá en la lista los nombres de los tabasqueños señalados en privado como los responsables de que el conflicto haya crecido hasta el punto de ser el principal obstáculo para el desarrollo del estado y la marcha de la nueva administración?
Sobre la postura del gobierno federal en torno a la violencia en suelo tabasqueño deben precisarse dos puntos: 1) Es indudable la cercanía de Javier May con Claudia Sheinbaum; y 2) Pero es cierto que no se ha sentido el apoyo resuelto.
Ayer, en un desayuno con columnistas, la delegada del CEN del PAN en Tabasco, Kathia Bolio Pinelo, comentó en charla informal que no se veía el apoyo desde la capital del país a Tabasco.
Apenas va un mes del nuevo gobierno, dijo, por lo que es muy temprano para hacer una primera evaluación.
Pero lo que salta a la vista es que no se advierte el respaldo total de la federación al estado, agregó.
Cuando el conflicto está por entrar a su cuarta semana, los actores de la oposición siguen sin pronunciarse a fondo para resolver la temática, y en cambio continúan lanzando arengas más con el fin de aprovechar con fines publicitarios sus declaraciones.
Mas tampoco la dirigencia estatal de Morena ha salido en respaldo del gobierno estatal.
El presidente del partido gubernamental, Joaquín Baños, parece más ocupado en buscar un espacio en la administración que en asumir su rol como dirigente de la principal fuerza política de la entidad.