* Advierten que la falta de un plan de manejo integral amenaza con comprometer estos avances, especialmente en la protección de especies.
Daniela Alfaro
Las recientes lluvias torrenciales han generado un respiro para los humedales y manantiales de San Cristóbal de Las Casas, que han sufrido severamente por la escasez de agua en los últimos años. Nicolás Gómez Velasco, prominente ambientalista local, destacó que estas precipitaciones han comenzado a restaurar parcialmente estos vitales ecosistemas acuáticos.
“Con casi 48 horas de lluvia continua, día y noche, esto nos está beneficiando enormemente. Los humedales actúan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando el agua de lluvia. Aunque es un alivio, no es suficiente después de tres años de déficit hídrico”, comentó Gómez Velasco en una entrevista para medios locales.
Sin embargo, a pesar de estos signos prometedores, residentes de la ciudad como Alejandro Alarcón, defensor de derechos humanos y promotor cultural, señalan la urgencia de un plan de manejo integral para proteger estos ecosistemas vulnerables. Alarcón lamentó la gestión pasada que llevó al declive de especies como el pez popoyote (Profundulus Hildebrandii), ahora al borde de la extinción en la región.
“En el Parque de los Humedales, hemos presenciado una tragedia ambiental. Miles de popoyotes murieron durante la sequía debido a la falta de una gestión adecuada de los flujos de agua. Ahora, con la recuperación de los humedales, es imperativo implementar medidas efectivas para proteger estas especies y restaurar el equilibrio ecológico”, expresó Alarcón.
Las autoridades locales enfrentan críticas por promesas incumplidas de reparación de infraestructuras dañadas en el pasado, lo que ha exacerbado los problemas ambientales en la región. Alarcón instó a las autoridades competentes a actuar con responsabilidad y a implementar un proyecto multidisciplinario para gestionar de manera sostenible los recursos naturales de San Cristóbal.
Los humedales de San Cristóbal de Las Casas, conocidos por su fragilidad y riqueza ecológica, representan un desafío urgente para la comunidad y las autoridades. “El problema no es solo la falta de agua, sino la falta de un plan integral de manejo. Es fundamental que las autoridades se comprometan con medidas a largo plazo para garantizar la supervivencia de estos ecosistemas únicos”, concluyó Alarcón.