Por Manuel Ruiseñor Liévano
Suele referirse que en el ámbito creativo de la humanidad, existen artes mayores y menores; entre las primeras, se cuenta a las llamadas bellas artes, pintura, escultura, literatura, arquitectura, danza y teatro, Una convención aceptada generalmente aunque, a mi parecer, injusta y excluyente. Recuérdese cuánto tiempo costó que en el escenario de la cultura se apreciara al cine como el séptimo arte, en compendios enciclopédicos y debates aún no superados en academias tradicionales.
Lo mismo ha sucedido y marcadamente con la fotografía, pero también con la caricatura política y de autor; una variante descrita por el saber y los aportes de Eduardo del Río García, ampliamente conocido por su firma RIUS, acaso uno de los más grandes exponentes del género no sólo de este país sino del orbe creativo.
Decía el maestro Rius y con sobrada razón, que no existen artes mayores o menores. Y es que, como toda expresión estética, el cartón, la caricatura, la ilustración, son y representan una cruzada sensible en busca de la verdad por medio de lo bello, lo bueno y lo justo.
Esto viene a comento, tras la visita que hice a la muestra del artista plástico ENRIQUE ALFARO SANTOS, denominada “De Cronopios, amistades y querencias” en el espacio de la Fundación Maestro Zoé Robledo Santiago. Respecto de la cual agradezco la atención y guía de mi querido amigo, aunque oriundo de Arriaga, Chiapas, ya patrimonio de la cultura nacional.
Debo resaltar, que el poder del gesto plástico de deslumbrante destreza impreso en los 43 ejemplos de caricatura personal de Alfaro, comienza con el recordatorio de quienes se han ido de este mundo; enaltece el valor de la amistad y el aprecio a las contribuciones de grandes personajes de lo cotidiano pero emblemático de Chiapas, como resultado de un camino que para el arriaguense señal en el curso de su vida 35 años de compromiso con la inteligencia, que es la llave del humor y la agudeza, decía Aristóteles. ¡Enhorabuena y me incluyo entre los centenares de personas que pudieron adentrarse en la ventana de un arte mayor!
Confieso sin escrúpulo, que el sentimiento me dobló al ver ahí plasmados a Rius y Salvador del Toro, maestros de la caricatura política; a los periodistas Ricardo Rocha (Televisa y DDN), Francisco Núñez López (El Gitano) y Tito Gallegos, de la vieja guardia de Chiapas; los poetas Octavio Paz, Óscar Oliva y Efraín Bartolomé; a los cantautores Carlos Macías y Reyli Barba. Confieso que en mi recorrido por la muestra, me pasaron dos momentos intensos y complementarios; primero, porque el arte de Enrique Alfaro me permitió recordar momentos clave de la vida política, social y cultural de Chiapas y, segundo, pero no menos importante revalidar mi percepción en cuanto al poder de la expresión plástica.
Enrique Alfaro, tiene mucho camino por delante. Esperamos con ansia su próxima entrega, a condición de que no la dilate tanto. Se lo debe a sí mismo, nos lo debe a todos nosotros.