Ernesto Gómez Pananá
Es un lugar común afirmar que el poder corrompe y que el poder absoluto enloquece, pero trágicamente no por lugar común resulta menos cierto y en un mundo que no se detiene, los ejemplos se presentan permanentemente. En el Galimatías de hoy, tres casos patológicos y en algún sentido preocupantes.
El tuitero. De Nayib Bukele ya se ha escrito en esta columna en al menos un par de ocasiones desde que buscó la presidencia de El Salvador en la primera ocasión. Recientemente la constitución de aquel país se modificó para permitir su reelección, tiene el control absoluto del poder legislativo y se hizo también del poder judicial. No sobra recordar que en una democracia funcional estos dos poderes son autónomos y regulan al ejecutivo-el presidente-. En El Salvador todo recae en una sola persona, el influencer Bukele.
La más reciente “acción de gobierno” que Bukele presume al mundo es que ha encarcelado a casi la totalidad de los pandilleros -los Maras- que asolaban a aquella nación. Cientos, miles de varones encarcelados, sin respeto a sus derechos, semidesnudos, hambreados, hacinados. Y no, no se trata de abogar por delincuentes. Se trata de mirar con preocupación a un gobernante que supone que es el poseedor único de la verdad y que le asiste la razón en todo, porque entonces puede entenderse que así como ayer fue la afirmación de que la reelección es necesaria o de que hay que despedir a los jueces corruptos y designar otros incondicionales y a modo, a instaurar el bitcoin como moneda corriente para luego pasar a encarcelar pandilleros de este modo; de ahí a imponer políticas penales antiabortivas y enseguida, muy posiblemente de nuevo la reelección: receta para un desenlace desastroso. Al tiempo.
El ex-espía. De Putin también ya he expuesto mi opinión en esta columna. Su primera debilidad, su prolongada y demagógica permanencia en la primera magistratura rusa, cargo al que fue electo por primera ocasión en 1999, hace 24 años a lo largo de los cuales ha buscado recuperar la presencia de su país frente a los Estados Unidos -Putin nació y se formó en un mundo bipolar en el que el Gran Oso Ruso desafiaba al país de las barras y las estrellas en todas las esferas-. Pero para mantener el poder y el control, Putin ha aplastado -literalmente asesinado- a sus opositores, ha limitado las libertades personales -la diversidad sexual y el el aborto son delitos penados con cárcel- y en un extremo de demagogia, se ha inventado una invasión a Ucrania, primero la región de Crimea y el Donbaz y ahora, desde hace un año, intenta arrasar con Kiev, Kharkov y Danietsk además de notificar al presidente Biden que Rusia dejará de respetar el tratado de eliminación de armas nucleares. Más allá del riesgo de un colapso planetario, una locura demagógica. Un alarde.
El desenlace no será sencillo. La salida de Putin tendrá que articularse desde adentro, cuando sus propios aliados se agoten y lo traicionen. Pero mientras ello sucede los rusos y en este caso también los ucranios seguirán pagando los costos. Lo dicho, el poder necesita equilibrios y contrapesos.
El patán. De los tres antiejemplos de hoy es por por mucho el más patético. Se trata de un octogenario cuya ignorancia es tan grande como su fortuna, un expresidente conservador, mentiroso compulsivo, ambicioso y tendiente a la auto conmiseración.
Donald Trump ha roto límites inéditos del sistema democrático norteamericano, ha llevado al borde del precipicio sus instituciones, manipulando a sus seguidores más fieles. Jamás antes un candidato hablando de fraude o de robo de la presidencia. Jamás antes una irrupción violenta en el congreso. Jamás un expresidente buscando la reelección y argumentando que sus adversarios quieren sacarlo del camino. Jamás tampoco un presidente expresándose con semejante demagogia de México y de su presidente. Y por desgracia, son la “democracia” y sus instituciones en ese país las que posibilitan que semejante personaje técnicamente pudiera repetir como candidato y eventual presidente. In God we trust que eso no suceda. Por lo pronto, se especula que en días próximos Trump podría ser detenido por mandato de una autoridad judicial de Manhattan y debido al pago ilegal a una actriz a la que sobornó para acallar su relación. Elegante mecanismo institucional para sacarlo de la jugada. Ojalá alcance.
Galimatías 1. Ochenta y ocho años vivió Chabelo. Sumó tres espantosas equis, se trepó a su avalancha. La vida nos catafixia su presencia por su recuerdo. Televisión del siglo pasado. Personajes cuasi eternos.
Oximoronas 2. Desde aquí un saludo para mi amiga Selene Domínguez. Todo pasa. La verdad siempre sale a flote. Abrazo.
Oximoronas 3. Enorme felicitación y abrazo para Ana y Alberto que ayer formalizaron su vida juntos. Enorme abrazo también para toda la primada. Gracias Lourditas por tu siempre puntual lectura.