Sr. López
Una malhadada tarde, la madre de este menda (claro que tuvo, no sea así), se aprestaba cinturón en mano, a cobrarle el precio de un inocente experimento que hizo con un novedosísimo -en aquellos años- polvo de color azul, el detergente, que revolvió con otro polvo, anilina violeta, por ver la cara que pondría Margarita la lavandera al sacar la ropa del remojo. Ante la evidencia de sábanas, camisas, calzones y manteles, teñidos ya para siempre, y considerando el abultado expediente de su texto servidor, se le señaló como seguro responsable y sin debido proceso, se le declaró culpable. La aplicación de la pena corporal -cueriza- se aplazó por la inesperada visita de la mamá de Pepe (el más impresentable primo que tenerse pueda), quien, llorosa, contó “la última de Pepe”, que terminó con dos vecinos en la Cruz Roja. Se fue la tía y la mamá-ejecutora jaló de una oreja al reo, le dio un beso en la cabeza y dijo en un murmullo: -Ya pórtese bien -¡uf!, las barbaridades de Pepe salvaron el magro trasero de este junta palabras. Dios existe.
Confiesa el tecladista a condición de que no lo ande contando, que el viernes pasado, alarmado, se sorprendió a sí mismo extrañando a Zedillo, Chente Fox y al Quique Copete. Se siente feo.
Sobresaltado por tamaño fallo de su sistema neuronal, revisó con premura qué podía haber provocado tan extraña nostalgia, qué lo pudo haber hecho ver como gigantes a esos personajes (y a Calderón -‘mea culpa’-, clarito lo vio en un monumento al primer mexicano vivo en la Rotonda de las Personas Ilustres), y encontró la causa: ¡la prensa!… bueno, no la prensa, las noticias… no exactamente las noticas, sino las andanzas de nuestro Presidente.
Sí, mire usted: hemos tenido presidentes de varias calidades, unos decentes, otros pillos; hemos tenido presidentes cultos y refinados, otros silvestres y gandules; también algunos frívolos y dados a la francachela, pero tampoco han faltado los morigerados y parcos. Por supuesto también hemos tenido en estos primeros 200 años de ser México, algunos barbajanes y hasta asesinos.
Así descubrió este menda que nunca habíamos tenido un Presiente refractario, absolutamente insensible ante el dolor y las penas que siendo evitables, no le evita a la gente (entre otros asuntos, está el caso paradigmático de los niños con cáncer y sin medicamentos… ¿sabe usted qué le cuesta al Presidente resolver eso?: nada, NADA, es dar una orden que no ha dado en tres años y pico).
Pero ni lo anterior hace único a nuestro actual Presidente, sino que es el primero en violar abiertamente la ley, públicamente, con descaro y jactándose de su manera de trastocar el uso del poder unipersonal que la Constitución le otorga. No ha de ser el primero que viola la ley, pero sí el primero que lo presume.
Por supuesto se refiere su texto servidor a que en su conferencia madrugadora del viernes, desde Sonora, informó los ingresos que según él, tuvo el año pasado el periodista Carlos Loret de Mola, comparándolos con los de él y diciendo que los recibe no por ejercer su oficio sino por “golpeador”, para, acto seguido, señalar con extrañeza que
(según él), Televisa le pagó ese año a Loret, 11.8 millones de pesos, advirtiendo ominoso: “(…) y me lo va a tener que aclarar Televisa (…)”… ¿de veras?… ¿Televisa le tiene que dar explicaciones de a quién y por qué razón le paga? (si es que es cierto, porque según Loret, no)… ¿o tiene arreglos privados con Televisa respecto de Loret?
Y encima, declaró que le va a pedir informes sobre ese periodista a Hacienda… ¿en calidad de qué?… o sea, para él no vale el artículo 16 de la Constitución: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento (…) Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al acceso, rectificación y cancelación de los mismos (…)”. Nada, letra muerta. El amo habló. Bonita cosa.
Él mismo Presidente aclaró que exhibía los datos sobre Loret para demostrar que no tiene autoridad moral para señalar la posible corrupción de él y sus hijos, bueno, de uno de sus hijos. ¡Chulada de ‘máiz’ prieto!, ahora resulta que quien gana bien pierde autoridad moral. Que se ande con cuidado porque en su gabinete son varios los que pueden ser considerados ricos, con la diferencia de que tal vez no todos lo sean por el ejercicio de alguna profesión u oficio.
Más le vale al Presidente que a Loret de Mola no le caiga un rayo ni lo secuestre un ovni, porque a él, al Presidente, voltearemos a verlo 126 millones de tenochcas simplex. Más le vale.
Y ya estamos en su juego: el INE es una mugre, los órganos autónomos los va a fumigar, la pausa de relaciones con España, lo que gana Loret… está bien, España que toque gaita, pero la casa en Houston de su hijo… Loret y sus sueldazos, sí, pero los hermanos del Presidente recibiendo paquetes de dinero… Panamá ya ni la friega por no aceptar a Salmerón, sí, pero su Secretaria de Educación robando en Texcoco sueldos “para la causa”… Jesusa para embajadora, sí, pero López Gatell… las empresas españolas saquean a México, sí, pero su acuerdo para no rendir cuentas de sus megaobras, porque son de “seguridad nacional”… y estelarmente, la consulta de revocación de mandato, sí, pero la liberación del hijo del Chapo y tantos y tantos otros asuntos que prueban la incapacidad de este gobierno para conducir sin extravíos a la nación.
Y si le parece exagerado lo del extravío de los asuntos nacionales, recuerde -para calibrar de qué estamos hablando- que el Presidente dijo el 29 de septiembre de 2020: “(…) a la primera manifestación de cien mil y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación del mandato, ahí nos vemos, porque tengo principios, porque tengo ideales”. Chulada de ideales: más de 30 millones que votaron por él, por cien mil se irían a chiflar en la loma.