1. Home
  2. Cultura
  3. Yo inventé la primera palabra

Yo inventé la primera palabra

Yo inventé la primera palabra
0

Uvel Vázquez

El hombre fascinado por la naturaleza, tuvo la necesidad de hablar y le fue difícil servirse de las palabras. El hombre se comunicó con gruñidos, gesticulaciones, gestos, señas, gritos, ruidos, sonidos onomatopéyicos. Los gritos y los gruñidos tenían sentido, significación. A fuerza de inventarse a sí mismo el ser humano, se hizo social, iluminado por el verbo. El verbo volvió humano a los primitivos.

El ser humano buscó vivir en colectividad. Por miedo tal vez, se halló obligó a asociarse con seres de la misma especie para organizarse. La tribu es la primera forma de organización del ser humano. La utilización de las palabras lo hizo racional. El hombre al hablar se distinguió de los animales. A medida que el hombre fue avanzando en la comunicación plasmó lo que imaginaba, lo que hacía. 

En la vida cotidiana, usamos las funciones del lenguaje sin darnos cuenta en el proceso de comunicación. La función denotativa, indica, es objetiva, es decir, es que utilizamos para comunicarnos comúnmente. 

El niño poeta estaba fascinado con las definiciones que Román Jakobson planteaba en el modelo de la teoría de la comunicación. Y que las definía de la siguiente manera: En la función expresiva, manifestamos nuestra actitud respecto al objeto con la función denotativa, embellecida con signos de admiración e interrogación.

La función conativa, trata de mover al receptor; esta función centra la relación entre los signos y el receptor, desde el emisor: a través del uso específico de sus enunciados significantes, trata de influir sobre la conducta, estado de ánimo o concepciones del mundo del receptor.

La función fática, (femi, decir, hablar) en esta función el contenido de los signos reduce su importancia, cediéndola al hecho de la presencia y reafirmación del receptor, ya que su objetivo es mantener la comunicación.

La función estética ( del griego: aisthétikós, percepción de los sentidos) es la más usada por los poetas o escritores.

Es, según Jakobson, la función estética, la relación del mensaje consigo mismo. En la literatura, en la pintura o en cualquier arte, el objeto del que se habla es el mensaje mismo y la función metalingüística, está más allá de la lengua, enfatiza y ubica el mensaje.

Por otra parte, según Jakobson, la función metalingüística: la orientación de esta función del lenguaje va directamente a la lengua, a ciertos signos de ésta dentro de un enunciado. El emisor prevé una posible incomprensión, entonces se anticipa, enfatiza y ubica la significación de lo expresado en su justa dimensión.

La vida cotidiana del niño poeta, se hacía compleja con los códigos estéticos, que se asocia con la función expresiva del lenguaje y atañe directamente a las representaciones que la naturaleza y la sociedad, por gracia de la creación artística.  “La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono”, Octavio Paz, en el Arco y la Lira, pág. 13, ed. FCE, méx. 1983. Leí muchas veces el soneto de Miguel Hernández, que me llenó de infinita paz e inspiración. 

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *