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Y mientras tanto en un país muy muy lejano… / Comentando la noticia

Y mientras tanto en un país muy muy lejano… / Comentando la noticia
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Alfonso Carbonell Chávez

 

Ante el asombro que para la mayoría de los mexicanos ha provoca el conocer, desde mero dentro del monstruo llamado gobierno, la podredumbre que lo alimentaba es decir la corrupción; es más y es mi punto, en un país acostumbrado a que esa era la razón de ser del propio sistema político imperante, ante el exceso de información que cada mañana el presidente de México revela con lastimosa realidad y que para millones, es menester considerar, resultaba más conveniente no saber.  Ante tal cúmulo  de información se insiste, no ha sido posible procesarla al menos no a la velocidad de lo que antes se escondía, por lo que a cada descubrimiento de los robos perpetrados a la nación, los ánimos por sí encendidos ante la inseguridad y pobreza imperante, los anuncios mañaneros de actos de corrupción cometidos por pasados gobiernos por sí solos, ya no están resultando suficientes y lo que ahora reclaman del presidente es, precisamente, que se aplique la justicia plana y llana. Porque justo decir que antes de este nuevo gobierno de la 4T, la gente sabía del robo que la clase política gobernante y sus aliados venían cometiendo. Porque resultaba así impensable no entender, que mientras millones de mexicanos se debatían entre la falta de oportunidades, la inseguridad como creciente pobreza nomás porque sí, en contrasentido la riqueza se iba  acumulando entre de un puñado de privilegiados y que ambas realidades así pudieran coexistir. Las  evidencias de corrupción y su expresión superior la impunidad resultaban obvias. Y sin siquiera tocarse con el pétalo de una rosa. Por ello el cambio y su razón de ser.

 

Así entonces y sin dudar lo que hace cada mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador, es un verdadero ejercicio de transparencia, libertad y democracia pero al parecer, ya no está bastando o al menos no del todo. Y lo digo porque al tiempo de que su arenga de combate a la corrupción resulta  ser su mayor fortaleza, ante la sequía de resultados en términos de aplicación de la ley, la frustración y la desesperanza contenidas por décadas, también empiezan a convertirse en el combustible principal  que sus opositores sobre todo a través de los medios de comunicación, recrean para atizar dicho descontento. Considero así y no sé hasta qué punto haya sido conveniente, haber compartido tantísima información en específico sobre casos y niveles de corrupción. Porque si bien esta acción de transparencia le ha llenado los ojos a la gente, no es difícil considerar que al mismo tiempo, al no haber consecuencias por los actos de robo cometidos, igual insisto, la desesperanza y frustración entre el pueblo bueno empiezan a “regenerarse” creando huecos, no sólo de la real y efectiva aplicación de la justicia, sino que para el presidente López Obrador, la real significación de combate a la corrupción es aquella consigna popular que reza; “hágase la justicia en los bueyes de mi compadre”. Espero equivocarme.

 

Finalmente les comento que traigo el tema a colación, ya que en las últimas horas la inhabilitación de Emilio Lozoya ex director general de Pemex por diez años para ejercer un cargo en la administración pública federal, no está resultando suficiente ya que se le acusa de cargos menores, pero nada que ver con su presunta participación en el caso millonaria de la compañía petrolera  Odebrech. Recordará, fue sindicado por la propia empresa de haber recibido durante la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, de menos 10 millones de dólares. Igual el caso de la estafa maestra así llamaday que ha vuelto a ser tema, fue documentado que desde las secretarías de Desarrollo Social y Desarrollo Urbano del gobierno de Peña y pues, tampoco parece merecerle al ahora independiente Fiscalía General Gertz Manero, acciones más contundentes cuando el daño documentado asciende a poco más de 7 mil millones de pesos. Insisto y ello, ya empieza a ser combustible puro para el ataque de sus adversarios políticos.

 

Es cierto y coincido en lo sustancial con la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de no desgastar fuerzas ni tiempo en una cacería de brujas que pudiera resultar contraproducente, entendido que llevar acciones jurídicas amén de convertirse en litigios prolongados y desgastantes en lo político, sostiene es mejor optar por mirar hacia adelante y dedicarse por completo y de tiempo total a la reconstrucción de la vida pública del país. Son muchos los pendientes declara e insiste que demanda el país, y que los mexicanos no pueden esperar se les brinden los satisfactores mínimos de bienestar y oportunidades de desarrollo. Por ello los programas de bienestar que desde el primer momento de su administración ha puesto en marcha. Sin embargo y con ello cierro, la existencia de sólidas evidencias sobre casos que desde antes de su gestión ya estaban en curso como los mencionados, no pueden ni deben quedar sujetos a la voluntad presidencial. Entonces lo que debe empezar a empujar desde su responsabilidad política el presidente, es que los casos abiertos y en trámite judicial, sin más dilaciones empiecen a dictaminarse. No actuar bajo esa lógica lo único que se seguirá alimentando es el hartazgo social al ver  frente a sus narices a muchas figuras públicas del pasado paseando su impunidad y créanmelo, eso sí calienta. Mientras tanto en el país muy muy lejano… del Conservadurismo, parecieran relamerse los bigotes sobre de cada anuncio que evidencia corrupción pero que no es castigada. ¡Sí se relamen los bigotes! ante la ansiada y azuzada caída de un país muy muy cercano a la gente. Me queda claro.

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