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Xóchitl, orgullo nacional / Código Nucú

Xóchitl, orgullo nacional / Código Nucú
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César Trujillo

 

Que gusto, Xóchitl querida, que entre tanta oscuridad, entre tanta deshumanización y desinformación, entre tanta guerra mediática, aparezca tu nombre como una luz que, a tus once años, se abre paso en el tan complejo mundo de la ciencia.

No imagino la algarabía de tus amigos. El orgullo que deben sentir tus abuelitos, tus padres, tus tíos, los vecinos y todos aquellos que seguro ven en ti a una gran científica: esa pequeña que empezó jugando y que hoy tiene claro hacia dónde quiere ir.

Y es que eres la niña catalogada por la revista Time como una de los siete jóvenes inventores con una mejor visión del mundo, en el marco de la reunión Anual del Foro Económico Mundial 2020 en Davos, Suiza. ¡Uff!

Pude escucharte, lo recuerdo bien, hace unos meses en el Museo Café en 2019. Vi tu nerviosismo y la forma en que frotabas tus manitas y movías tus piecitos escondidos dentro de tus zapatos, y recordé a mis hijos. No pude evitarlo. Claro, te cuento que ellos tienen un poquito más de edad pero igual los abrazan los nervios cuando les toca hablar en público.

Sin embargo, como a muchos niños que conozco, cuando fue tu turno de tomar el micrófono, cuando te dieron el tiempo de participar rodeada de académicas, legisladoras e investigadoras, las palabras brotaron de tu corazón y conmoviste a la audiencia. Yo lo vi.

Recuerdo que explicaste lo feliz que te hacía la ciencia, lo mucho que te gusta ayudar a la gente y eso me emocionó. Ahora que lo pienso, me pasaba lo mismo. Sólo que yo elegí la literatura. De hecho, seguro estoy que todos los ahí presentes —tenías sala llena y muchos medios transmitiendo— se conmovieron igual.

Quizá muchos no prestan atención a tus discursos porque se sienten serios, y grandes, y adultos, pero siempre has dicho que tienes muchas ganas de hacer más por la gente, de ayudar y estoy seguro de que así será. Hablas de la necesidad de servir, de la unidad, del tiempo y puedo ver cómo se teje la empatía en tu semblante.

Si no me equivoco sueñas con ser doctora e inventar las nuevas curas a las nuevas enfermedades. Tienes conciencia de que este mundo en su evolución trae consigo nuevos retos. Sueñas con crecer y con formar parte de esa nueva generación que seguirá poniendo su granito de arena para que este mundo pueda ser mejor, y te felicito por eso.

Cuando escuché cómo se te había ocurrido inventar el calentador, te ganaste parte de mi corazón. Que, te confieso, aunque es un poco hosco, es grande y tiene espacio para seres extraordinarios como tú.

Que te preocupen las personas de bajos recursos, que te ocupe que en la zona de San Cristóbal de Las Casas —la familia de mi padre es de ahí— muchos niños y abuelitos, principalmente, deban bañarse con agua fría y puedan enfermarse de las vías respiratorias por lo adverso del clima, habla de tu conciencia y de tu sensibilidad por los demás.

Justo hoy que buscaba el tema de mi columna, que pensaba en qué debería tocar en estas líneas pues me he cansado de tanta negatividad, pude ver tu foto. Tu sonrisa es parte de esa esperanza que uno requiere ante tanto caos y frivolidad que imperan en el mundo.

Recordé que te han reconocido en foros y que el mismo gobernador Rutilio Escandón platicó contigo sobre tus logros, y que últimamente has sido figura pública por tu corta edad y por todo lo que has conseguido. ¡Que gusto!

Según me cuentan algunas notas que he leído sobre ti, para poder escribirte hoy, has tenido participación en ferias estatales y nacionales. Y me acabo de enterar que antes del calentador tu primer proyecto se llamó “La Esencia de Xóchitl”.

Cuentan que montaste un laboratorio casero con el objetivo de poder extraer la esencia de las flores. Y aunque tú eres un polo de luz, así lo creo, pensé en la novela Das Parfüm (El perfume) del escritor alemán Patrick Süskind. Me refiero al ímpetu de invención de Grenouille y a la extracción de la esencia de las flores, aunque la novela tome matices diferentes y oscuros. Léela más adelante, seguro te gustará.

Hasta ahora sé que tu segundo proyecto fue el calentador de agua, mismo que realizaste a partir de materiales reciclados en pro del medio ambiente y de los que menos tienen. ¡Maravilloso!

El nombre, incluso, de tu proyecto, es muestra de tu esencia y de tu ternura. “Baño Calientito”, se llama e, igual que vos, espero que éste pueda llegar a los hogares de los que menos tienen, que el gobierno ponga interés en apoyar este tipo de inventos que son indispensables y que están pensados para tender la mano a las personas de escasos recursos.

Seguro estoy que veré tu nombre algún día en las revistas de ciencia y que traspasarás fronteras con tu ingenio. Quizá la vida me alcance aún para ello, pero más que eso, ojalá que el gobierno pudiera apuntalar tu camino para que mañana este país pueda cosechar lo que en ti siembre.

Por lo pronto, te abrazo en la distancia y espero que sigas regando esa luz en tu interior que te permite estar donde estás. Al mundo le hace falta amor, lo sabes bien, y ese brota de muchas acciones.

Al mundo le hace falta más gente como vos, querida Xóchilt. Sigue brillando.

 

#Manjar Aprovechando que al Partido Acción Nacional le brotó el oportunismo. Perdón, digo, la conciencia social. Podría ser que de una vez, aprovechando el viaje, la diputada de ese instituto político conservador en Chiapas se contagie y promueva el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, en lugar de andar jugando con un espacio legislativo y posicionarse como Provida. Digo, ya que andan en México de conscientes sus líderes, ya que se ponderan como luchadores sociales, como acomodadizos en movimientos que nunca les han interesado, puede ser esta una buena oportunidad para ello. De lo contrario, de mantenerse con posturas particulares como las que abandera la diputada Janette Ovando y su iglesia, sin importar que debe legislar para todos, sería la muestra simple para seguir señalando que al PAN le interesa el arribismo y todo lo que choque contra el presidente López Obrador. #QueLástimaMeDan // “Cerrar los ojos no va a cambiar nada. Nada va a desaparecer simplemente por no ver lo que está pasando. De hecho, las cosas serán aún peor la próxima vez que los abras. Sólo un cobarde cierra los ojos. Cerrar los ojos y taparse los oídos no va a hacer que el tiempo se detenga”. Haruki Murakami. #LaFrase // La recomendación de hoy: el libro Serpico de Peter Maas y el disco Dose de Gov’t Mule. // Recuerde no comprar mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.

 

* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.

 

* Delegado en Chiapas del Sindicato Nacional de Redactores  de la Prensa.

 

Contacto directo al 961-167-8136

 

Twitter: @C_T1

 

Facebook: @CodigoNucu

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