- La escritura poética y la música de guitarra caminaron de la mano
Manuel Zepeda Ramos
La Casa de Doña Falla, la anfitriona.
En el parque de los Berros, a las cinco de tarde, la cita se consumó.
Muchas mujeres, seguidoras de Renatta Vega Arias, asistieron a la presentación de su último libro: Decir de Amor.
Educadora, docente de artes por más de 30 años, Renatta es artista plástica con 34 años de trabajo en las artes visuales y egresada de la Academia de San Carlos, de la UNAM.
Ha tomado cursos de escritura creativa con Raúl Parra, Lilia Ramírez, América Femat, Daniel Medina y Pura López Colomé. Forma parte activa de la REAL A.C. y del colectivo Café Literario, en la ciudad de Xalapa.
Renatta Vega Arias no llegó sola. La acompañaron tres espléndidas declamadoras, todas profesionistas: Ada Castañeda Nevares, Maricarmen Delfín Delgado Y Rocío Vidal Barradas, también cantante y compositora. Estas espléndidas mujeres ofrecieron con su voz, los poemas de Renatta en sus voces bien timbradas, articuladas y con gran presencia escénica de todas. Cada lectura de varios poemas contenidos en el libro, eran acompañados con la guitarra de cuatro alumnos de la facultad de música de la Universidad Veracruzana: Braulio Alonso García Martínez, Braulio Winahel Becerra Castillo, Manuel Alfonso Valencia Zepeda y Juan José Martín Cornelio Cruz, citados de izquierda a derecha como estaban ubicados frente al público.
A propósito de Decir de Amor, el libro de Renatta Vega Arias, va un primer poema de su contenido de la sección Lista de Presentes:
Y, ya que estamos aquí frente a frente,
aprovechemos la ocasión.
Mírame a los ojos;
solo tus ojos y mis ojos,
mirando solo lo que unos ojos
pueden hallar
después de un tiempo de mirarse.
Arremanguémonos la piel
y pongamos a trabajar al corazón.
He dicho en mis palabras que dan nombre al texto, que Xalapa se vistió de arte porque, al menos yo, nunca había visto un espectáculo lleno de sonoridades distintas de voces femeninas que vibraban como las cuerdas de estos futuros grandes guitarristas que acompañaban los dichos, integrantes todos de la orquesta de guitarras de la UV, dirigidos magistralmente por Alfonso Moreno Luce, el gran guitarrista xalapeño considerado desde hace muchos años como el mejor guitarrista de México.
Arrancó el programa con una improvisación en la menor de cuatro guitarras que sonaron, dentro de la variedad que da la creación libre, un remanso de tranquilidad como si se preparara el escenario para oír escritura en español, armónica, muy bien articulada.
También de Lista de Presentes, otro poema breve:
Dos extremos se tocan
cerrando un círculo perfecto.
Dos círculos se acercan
-tal vez-
la vida lo preparó para nosotros.
Coincidir,
parece que le dicen.
Braulio García acompañó el poema leído, con la gran creación de Leo Brouwer: Un día de noviembre.
Braulio Becerra tocó, al lado de la declamadora: Una limosnita por amor a Dios, de Agustín Barrios Mangoré.
Manuel Valencia acompañó a la espléndida lectora, con: Capricho Árabe de Francisco Tárrega.
Martín Cornelio tocó uno de los 24 Caprichos de Goya para guitarra de Mauro Castelnuovo Tedesco, mientras la declamadora emitía palabras bien escritas, bien dichas.
Para terminar este artículo, un poema más de Renatta:
Prométeme el mar,
dime que eres sal,
que eres agua
y penetras en mi piel
por cada poro que se abre.
Promete un platanal urgente
que dibuje sombras
con la paz de tus hojas.
¿Verdad que tenía razón?
Ayer ofició el arte de la mano de la poesía y la música de guitarra.
Ayer sucedió en Xalapa una gran experiencia estética.
Que vengan muchas más.