Maria De Lourdes Corzo V.
Margarita renunció al PAN…Margarita renunció a ser “la esposa de”…Margarita renunció al dinero del INE…Margarita renunció a su candidatura independiente.
La única candidata presidencial de éstos comicios renunció entre otras cosas a permanecer en la inequidad política y de género. Nos faltan años luz para tener una candidata y otros más para que esa se convierta en presidenta de la república mexicana. No veremos a una Dilma Rousseff como la de Brasil o Michelle Bachellet de Chile, Cristina Fernández de Argentina o Portia Simpson de Jamaica y una decena más de países sin duda complejos en sus condiciones políticas y sociales con grandes diferencias culturales entre ellos que sin embargo han dado paso a la equidad de género. Esas mujeres tuvieron la oportunidad de competir en procesos de elección, de gobernar y concluir su periodo de mandato con todo y sus bemoles.
A pesar de militar 33 años en el Partido Acción Nacional (PAN) a Margarita le fueron cerradas todas las puertas para acceder a cualquier cargo dentro de la estructura partidista y por supuesto que cuando manifestó su intención de ser candidata a la presidencia de la república el bloqueo y el brutal golpeteo fue absoluto. El cancerbero en el PAN es Ricardo Anaya cuya obvia y evidente razón de hacerlo fue posicionarse sin mediación de ninguna elección interna y manipulando el padrón interno de militantes como el único dueño, representante y candidato panista.
El presidente de ese partido -Damián Zepeda – inició a la orden de su amo una perruna persecución en contra de Margarita, una vez que ella renunció a ese partido y se lanzó como candidata independiente, argumentando ante el INE “inconsistencia en las firmas que la respaldan” y solicitando que se le negara el registro, siendo que el mismo PAN tiene documentadas por millares las mencionadas inconsistencias. No lo consiguió pero la persecución de ese sabueso no tuvo tregua.
Hay que “ler” entre líneas.
El episodio de la participación de Margarita en la contienda presidencial nos deja muchas lecturas: Indudablemente ella creció en todos los sentidos de su vida, salió fortalecida con la experiencia. Dio batalla, en realidad una gran batalla y al mostrar su trofeo muestra los putrefactos reductos de la política machista mexicana, mientras que Anaya en éste momento es un rey ahogado en el tablero y su partido de por si desprestigiado queda abierto al escrutinio del pueblo, pero sobre todo de sus propios militantes decepcionados. Decepcionados los de todo lados, especialmente los panistas chiapanecos y quienes tuvimos alguna vez la amarga experiencia de colaborar con ellos y su gente ruin, el cono del infierno de Dante se queda corto en medio de ese hoyo político en donde los militantes y candidatos son relegados y estafados.
Hay quienes ven a Margarita como una pieza del rompecabezas que al final del camino en éste proceso embonará con uno de los “punteros” para concretar su triunfo y es una posibilidad- por supuesto- pero en ese camino nos dio luces en el tenebroso túnel político y destapa una cloaca que guarda lo que ya muchos suponíamos o sabíamos de cierto, pero que ahora la inmundicia queda a cielo abierto. Los que la denostaron –líderes “morales” de las cúpulas que hicieron gala de su machismo y sus complejos , ahora se la pelean, empezando por el contradictorio López Obrador quien de faul la descalificó “porque carga con los crímenes de su marido” según él.
Margarita desnuda lo concerniente a las candidaturas “independientes”: ¿Qué son? ¿Utopía? ¿Espejismo? ¿Quimera? ¿Engañifa? ¿Burlesque?… con solo saber la diferencia de spots televisivos a los que tiene “derecho” un partido en comparación con los que le conceden a un independiente da para entender que éstos últimos no llegarán a ningún lado. Sin lugar a dudas gracias a Margarita constatamos que la candidatura independiente es una figura electoral fracasada y viciada de origen a la que-al igual que la esperanza de ver a una mujer competente como primera presidenta de México- les falta años luz para cuajar.
Y para cerrar con broche de oro: se exhibió la ausencia de equidad de género, la nula paridad de género en los procesos políticos, la violencia de género que nos prohíbe visibilizarnos y que promueve que los atropellos contra los derechos femeninos se vean como algo normal y que a la postre todas las atrocidades que padecemos para acceder a cualquier pódium queden en la impunidad. También se hizo presente el canibalismo de género, infaltable. Nos falta mucho… y les sobra tanto.
