Home Columnas Un seis de tecate / A Estribor

Un seis de tecate / A Estribor

Un seis de tecate / A Estribor
0
0

Juan Carlos Cal y Mayor

Tenía rato que no disfrutaba tanto un programa de televisión como el de “Tercer Grado” ahora que le tocó participar al candidato independiente, Jaime Rodríguez “El Bronco”. Con el lenguaje llano y franco que caracteriza a los norteños, el Bronco puso en su lugar a los Divos del periodismo mexicano, que con el dedo índice acostumbran siempre a arrinconar  a quien se les pone al brinco.

Por otra parte vimos el claro contraste entre la visión chilanga (y “Fifí” como diría el clásico); de la política nacional y la franqueza y hasta desparpajo que caracteriza a la gente de provincia que conserva con orgullo sus expresiones coloquiales. Y, con todo respeto, muy mal por parte de los entrevistadores que se comieron más de la mitad del programa con el tema de “mochar las manos” a quienes cometan delitos graves en nuestro país. Había muchos temas de interés nacional que se pudieron haber desarrollado y que interesan a los electores.

En lo personal no estoy de acuerdo en una medida tan drástica pero si de endurecer las penas para que los delincuentes de ese calibre no terminen liberados al cabo de unos años por fallas en el debido proceso o por la atenuación de las condenas por buen comportamiento.

Sin embargo países muy desarrollados –y no por eso incivilizados- se han visto en la necesidad de aplicarlas. Para no ir muy lejos en el estado de Texas persiste la pena de muerte. El Bronco puso el ejemplo de Singapur, considerada por sus ingresos per cápita, el país más rico del mundo; pero que aplica sanciones ejemplares. Antes del 1960 ese país asiático era uno de los más violentos del mundo y ocupaba uno de los lugares con el más alto índices de criminalidad. Desde 2004 el gobierno implementó grandes cambios que se pueden catalogar de  represivos y radicales, pues atacó fuertemente las drogas, la corrupción y las violaciones de las mujeres, lo que produjo una reducción fantástica de la inseguridad, siendo actualmente uno de los países más seguros de Asia. Se adoptó la pena de muerte y el trabajo forzado para los criminales confesos, narcotraficantes y violadores probados. Pero el gobierno fue más lejos todavía. Se decreto que toda figura pública corrupta; políticos, policías, militares, etc.; fueran condenados a muerte siempre que se contaran con pruebas solidas. Son reglas muy drásticas quizás, pero aprobadas por la mayoría de los ciudadanos en esos países que han visto sus beneficios tangibles.

En México hasta el 2005 existía, en algunos casos, la pena de muerte en la Constitución, pero fue derogada de acuerdo a los tratados internacionales suscritos por México en materia de derechos humanos.

Pero vamos al tema. El Bronco les dijo a varios de los periodistas lo que quizás muchos piensan pero no se atreven a decir. A Leo Zuckerman le dijo que se portaron (todos) muy blanditos con López Obrador y francamente fue la opinión generalizada después de ver ese programa. No lo provocaron y lo trataron, por si las moscas, como si fuera ya el presidente electo. A lo mejor temieron a sus diatribas o pensaron que en una de esas se paraba y los dejaba hablando solos. O, como muchos pensamos, la televisora ya esta cuidando sus propios intereses. El despido del periodista Ricardo Alemán  fue un claro caso de censura a pesar de que sus comentarios fueron vertidos en twitter. Igual le paso a Carmen Aristegui con la diferencia de que uso su espacio en MVS para denunciar el tema de la Casa Blanca. De todos modos censura al fin.

A Rene Delgado, que lo acusó de ser candidato del gobierno, le dijo que tenía la “percepción” de que era un “palero”, respuesta que jamás imaginó el inmaculado periodista; por cierto otro más que ha mostrado cierta proclividad hacía Amlo. A Denisse Maerker también la tundió cuando retomando una nota periodística, le señaló que muchos priístas lo apoyaron para recabar firmas para su registro. Le dijo con toda razón que fueran priístas o de cualquier otro partido, estaban en su derecho como ciudadanos. La gente no tiene “fierro” dijo, y Denisse seguramente salió corriendo después del programa a consultar su diccionario.  Le señaló que el hecho de que estuviera publicado no significaba necesariamente que fuera cierto.

Y al que de plano puso en su lugar y lo dejo callado por el resto del programa fue al afamado “Teacher” Joaquín López Dóriga. El periodista le dijo que lo de “mochar manos” era simplemente una ocurrencia, a lo que el Bronco le reviro que él también, tenía muchas ocurrencias. Ante su cara de asombro e indignación, “No seas sentido” le dijo diáfanamente.

De no ser porque la elección esta polarizada y muchos utilizarán su voto útil, el Bronco me parece un buen ejemplo que puede sentar las bases para terminar, no con los partidos, pero sin con la partidocracia. La crisis que enfrenta la clase política se debe a que en muchos casos los partidos han restringido la participación ciudadana y se han convertido en clubes de accionistas que se reparten para sí, los cargos de elección.

Los llamados Regios se han caracterizado por ser una sociedad que ha construido su prosperidad a base de su propio esfuerzo. En mi opinión son ejemplo de lo que México debiera ser, si en vez de lucrar políticamente con la pobreza, nos dedicáramos a generar condiciones para premiar el talento y la energía de los mexicanos. Por eso los chilangos que han centralizado la riqueza del país no los comprenden. Por eso las personas del sur, migran al norte en busca de mejores oportunidades de vida…

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *