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Un lindo gatito / La Feria

Un lindo gatito / La Feria
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Sr. López

 

Contaba la tía Marcelita, que los primeros años de su matrimonio, su esposo la aterrorizaba diciéndole cuando tenían alguna discusión: -¡Tú, no me quieres ver enojado! –pero que el problema se acabó el día en que ella fue la que se enojó y le gritó con todas sus fuerzas: -¡A ver, te quiero ver enojado… a ver! –a lo que el marido respondió: -Yo ni me enojo -¡bendito sea Dios!

 

El viernes pasado en Acapulco, se celebró como cada año, la Convención Bancaria de la Asociación de Banqueros de México (la 81). Como estamos en el “periodo de intercampañas” y los precandidatos a la presidencia de la república tienen que estar como si no fueran candidatos y no estuvieran en campaña, se presentaron ante los directivos de la banca en México, para platicar nomás, no para promoverse (revisar las normas del Manual Nacional de Apariencias).

 

Desfilaron los tres más visibles (y otros de menor pelaje). El C.Anaya para insistir en que es un perseguido del gobierno, diciendo que la PGR es una casa de campaña del PRI (bueno, está bien que su tema principal sea desmentir con babas los señalamientos abrumadores en su contra, que políticamente da lo mismo si es o no cierto que es un ladrón de siete suelas: para la gente ya quedó manchado; ni modo, no es justo, pero así se juega ese juego en esa cancha).

 

José Antonio Meade estuvo como en su casa y con sus cuates: todos los banqueros lo conocen, lo respetan y quieren que gane (habla su idioma y confían en él… ¿o cuántos de ellos cree que van a votar por el Pejecutivo Legítimo o por el exchico maravilla, del que todos rumoraron que el gobierno de los EUA está pidiéndoles información?)

 

El que se llevó el día, para no variar, fue el Pejesús, quien, seguro como está de que ya trae el triunfo en la bolsa, soltó las siguientes declaraciones (citas tomadas de la nota de Misael Zavala, en el portal de El Universal, de las 17:07 horas del viernes 9 de marzo):

 

“Yo por eso deseo con toda mi alma que las elecciones sean limpias y sean libres, y que sea el pueblo el que decida quién va a ser el próximo presidente, yo estoy bien y de buenas porque ya llevamos algún tiempo en primer lugar, estamos como 15 puntos arriba en las encuestas, ya falta poco, y me va a dar mucho gusto trabajar con los banqueros de México”. O sea, ya es un hecho para él que se ha de comer esa tuna.

 

Pero, en caso contrario, si no ganara por algún extraño fenómeno atmosférico-social, dijo:

 

“Yo tengo dos caminos, ya lo he expresado, Palacio Nacional o Palenque, Chiapas. Entonces, me quiero ir a Palenque, Chiapas, tranquilo, si las elecciones son limpias, son libres me voy a Palenque, Chiapas, tranquilo. También si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy también a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre, el que suelte el tigre que lo amarre, ya no voy a estar  deteniendo a la gente luego de un fraude electoral. Así de claro”.

 

Por si no lo sabe o no lo recuerda, estimado lector (en humilde singular), esa frase se le atribuye a Porfirio Díaz, quien supuestamente la dijo el 31 de mayo de 1911, ya trepado en el vapor alemán Ypiranga, rumbo al exilio: “Madero ha soltado al tigre, a ver si puede domarlo”, refiriéndose a lo que llamamos ahora Revolución Mexicana.

 

Un profesional de la política, cualquier profesional de la política, lo sabe: “soltar al tigre”, se dice para referirse a cualquier cosa que pueda desatar la violencia generalizada en el país. Esa frase escogió el Pejehová para que le quede claro a los banqueros del país, que si le ganan, más nos vale a todos que él crea que le ganaron a las derechas, porque si no, se va muy tranquilo a La Chingada (su rancho en Palenque), y deja al país en llamas: “A ver quién va a amarrar al tigre. El que suelte el tigre que lo amarre, yo no voy a estar deteniendo a la gente luego de un fraude electoral. Así de claro”.

 

Sí, así de claro: es una amenaza cobardona: “(…) si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy también a Palenque (…)”; esto es: yo no le entro, ni tendré nada que ver. Negando la evidencia que con solo decirlo, azuza a la gente.

 

El problema, aparte de la extraña manera de promocionarse mediante amenazas, es que ninguna elección en nuestro risueño país ha sido nunca pasteurizada, químicamente pura. Siempre hay negritos en el arroz y a veces el arroz ha sido cocinado con tinta de calamar… aunque, cuando don Pejesús el Amorosito, ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, como sumó los votos suficientes para que no hubiera mapachería capaz de bajarlo, ganó, se trepó y gobernó nada menos que la capital del país. Y sin mencionar que amenazar es táctica de inseguros y de vencidos.

 

Llegó inspirado a entusiasmar a los banqueros don Pejeremías. Otra frase bombástica que soltó fue que no va a disolver al ejército, refrendando que va a fusionar a las fuerzas armadas, Ejército, Armada y los cuerpos policiacos en una sola institución: la Guardia Nacional, a sus órdenes (5 de diciembre de 2017, Expansión)… y la oficialía de la Defensa Nacional, la Marina y el estado Mayor Presidencial, se van a quedar tan campantes, revueltos con todos los policías del país. Fácil.

 

El diario El Financiero (nota de Carlos Mota), “cabeceó” la presencia del Pejeconomista en la Convención Bancaria del año pasado: “En la Bancaria, AMLO estuvo sin estar”, porque no sabe de economía ni conoce el tema financiero y su aritmética es muy rudimentaria (el presupuesto alcanza para todo). Y en la de este año, estuvo peor, porque afirmó cosas que le ponen los pelos de punta a la concurrencia, como que no va a quitar la autonomía del Banco de México (¡fíu!…) y: –No vamos a confiscar bienes, no se va a llegar a expropiaciones, nacionalizaciones” -que junto con su promesa de no reelegirse, es de preocuparse mucho… ¿qué lo estaba -está- pensando?

 

No le preocupe su estrategia de amenazar… en el 2006 (cuando todo apunta a que sí le hicieron trampa), “el tigre” fue tomar avenida Reforma y no pasó nada en el país, porque la verdad, es un lindo gatito.

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