Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen, Acepté la invitación de Amanda para cenar en un restaurante de moda. Llegó luciendo un elegante y costoso vestido negro; la sonrisa como de Luna y una mirada triunfante. Sin consultar la carta pidió calamares a la romana y una botella de Rose D’Anjou de la Petite Croix.
—Amanda, y ahora, ¿qué celebramos? ¿Dónde quedaron los tacos de cabeza, sudadero y tripa?
—Mirá, te explico: Ya comprendí que del lado de la política romántica se alinean los soñadores, los activistas, intelectuales, artistas, los espectadores pasivos y las víctimas de aquellos que practican la Política Real. Y acentúo lo de Real no como realidad sino como la realeza en el poder.
—¿Y que con eso?
—Me contrataron en el nuevo Congreso con tanta paga que ni imaginas. No te enojes, pero ya es tiempo de batear del lado de los vencedores. Sí. No me chupo el dedo. Este Congreso tendrá una sobre-representación. ¿Es ilegal? Lo es, como lo fue el Congreso de 1963. ¿Podrá cambiar la Constitución y el Régimen de Gobierno? ¡Claro que podrá hacerlo! Por esa razón, dejaré de soñar en un país donde reine la armonía, la paz, la tranquilidad. Ya no me importa soñar.
—¡Me dejas circunflejo, perplejo y turulato!
—La República murió con la decisión del Tribunal Electoral y con las inminentes reformas al Poder Judicial. Conquistar el Poder ha sido la máxima ambición de los humanos y cada sistema político lo expresa a su manera. Gobiernos legítimos, democráticos, usurpados, totalitarios, dictaduras blandas o duras, buscan lo mismo: riqueza y poder. La cúpula del Poder y sus seguidores dibujan y desdibujan escenarios nacionales a su antojo.—Me dejas circunflejo, anonadado y turulato; explícame qué te sucede.
—Amanda, ¡te desconozco! Será el derrumbe de la República. Este Congreso se propone reformar los artículos 17, 20, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 107, 110, 111, 116 y 122 de la Constitución. Acabarán con los organismos autónomos dejando sin transparencia todos sus actos de corrupción y autoritarismo; harán polvo al sistema y al Poder Judicial dejando en manos de Morena juzgar en los tribunales con jueces ungidos a su conveniencia. ¿Dónde quedará el Estado de Derecho? Y tú serás cómplice de tal desastre.
—Estoy de acuerdo, pero viajaré, ganaré mucho dinero, tendré poder. Mi vida cambiará. Con la reforma electoral se modificarán los artículos 35, 41, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 60, 63, 73, 99, 105, 110, 111, 115, 116 y 122 de la Constitución. Con eso, se elimina el acceso de las minorías a la Cámara de Diputados. Lo sé. Y cuando eso suceda, ¿dónde quedaremos los soñadores, los románticos de la política? Este es un país de agachados donde todos protestan y al final… Al final ¿qué? Al final, todos a sus casas.
—Supongo que estás consciente del poder que adquiere la delincuencia organizada, de su impunidad, su expansión nacional y las consecuencias de contar con un Congreso sobre-representado que podrá legitimar la persecución judicial contra los adversarios; que controlará los bienes patrimoniales de los ciudadanos y fortalecerá a los cárteles asociados a la política Real.
—Estoy consciente de todo eso y más. Lo estoy de la complicidad del INE al asignar a los diputados plurinominales de forma fraudulenta para contar con una mayoría calificada ficticia con el poder suficiente para cambiar la Constitución y el Régimen de Gobierno. Estoy consciente que México caminará hacia un rumbo desconocido a partir del 1 de octubre cuando Claudia Sheinbaum tome posesión de la presidencia de México.
—Te escucho y no lo creo. Fuiste crítica severa del gobierno del señor López quien con sus misas durmió a los mexicanos y ahora te duerme a ti. Este fue un gobierno fallido con las peores cifras en la historia de México que avanza al totalitarismo. Y aún así, te harás complice de la destrucción. En las elecciones legislativas, Morena, PT y Verde obtuvieron 54.7 por ciento de la votación, y con una trampa a la Constitución se le pretende asignar 74.6 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados.
—Y lo conseguirán. Los diputados son sumisos, disciplinados y encima, ignorantes; así que controlar el Congreso será un juego de niños. Ese es el Poder Real, y ya verás a los empresarios lamiendo botas. La oposición alcanzó el 46% de los votos y sólo obtendrá el 26% de las curules.
—¿Comprendes que no habrá forma de ganarle un juicio al gobierno? El Poder Judicial se queda sin poder alguno y los juicios los ganará el narco, el funcionario o el político adscrito a Morena.
—Lo sé, lo sé. Y Morena nombrará a modo a los representantes del INE, a los jueces, a todos quienes tengan que ver con transparencia y seguridad. De hecho, el argumento de Morena en el pre-dictamen se argumenta que en “En México los órganos constitucionales autónomos carecen de legitimidad democrática, pues fueron creados como respuesta a la venta de paraestatales”. ¡Imagínate esa gran falacia! Todo eso lo sé y como no puedo cambiarlo, acepté el jugoso contrato que me ofrecieron. Ya me podré comprar un esposo.
—Pues no sé que decirte. Ya se acerca septiembre y de seguro veremos grandes reformas que el pueblo no lee. Grandes cambios que a nadie le importan hasta que los padece. Septiembre será la antesala al 1 de octubre y esta fecha marcará el más grande parteaguas nacional. Pero en algo estoy de acuerdo contigo, Amanda: en este país nunca pasa nada.
—Pues brindemos por el país de las maravillas; brindemos por la caída de la República, por la muerte del Estado de Derecho; por la extinción del Poder Judicial. Brindemos por soñar que nada de esto sucederá; brindemos por los sobrevivientes del totalitarismo. Pero lo más importante brindemos porque el jugoso contrato no proviene del Congreso sino de una fundación ambientalista.
—¡Pinche Amanda! De verdad, me asustaste. Lo terrible es que esa postura la tendrán muchos que se decían defensores de la democracia.
—Devoremos estos calamares que al salir iremos por unos tacos.
Salimos imaginando el destino de México y convenimos en cerrar ese tema porque disfrutar de los tacos, mientras podamos, será siempre una cuestión de amor.