Sr. López
Hace mucho le conté de una prima de la abuela Elena, de allá en Autlán, que se casó con un señorito de Guadalajara, guapo de hacer boquear (decía la abuela), y encima, hijo de un rico muy rico. El matrimonio perfecto. Como el doncel era hijo de rico muy rico, el viaje de bodas fue a Europa, cosa entonces poco vista y en Autlán, primera vez. Pero al regresar su hijita del largo periplo, su mamá la notó rara y señora de rancho que era, supuso qué pasaba y su niña se lo confirmó: regresaba como se había ido, intocada, virginal como salió de su casa. Y la señora, revólver en mano, la divorció: -Hizo bien mi tía -decía la abuela-, pa’ lo mero bueno, el que no sirve al principio, no sirve nunca -decía la abuela.
Quiso nombrar a su gabinete, no pudo (el que NO vive en Palenque le colocó a sus incondicionales en los cargos que más le interesan, entre otros: Rosa Icela Rodríguez en Gobernación, donde se acuerda con gobernadores y se dirige la política nacional; Ramírez de la O en Hacienda, en el manejo del dinero -qué dejó el cargo cuando a él le dio la gana, antes del derrumbe-; Ariadna Montiel ratificada en la Secretaría del Bienestar, donde está la danza de los millones; Raquel Buenrostro en la Función Pública, donde se persigue la corrupción… no fuera a pasar algo raro).
Quiso poner al frente de las cámaras del Congreso a los suyos, no pudo (su guía y faro, nombró a “su hermano” Adán Augusto López en la de Senadores y a Ricardo Monreal en la de Diputados… y le juegan las contras).
Quiso tener el control de Morena, no pudo (su antecesor impuso a su adicta Luisa María Alcalde en la Presidencia y a su hijo, Andy López Beltrán, en la Secretaría de Organización; el partido no es de ella, no nombrará candidatos… y en una de esas ni sucesor).
Quiso enderezar la Comisión Nacional de Derechos Humanos, nombrando a Nashieli Ramírez, no pudo (su padre político impuso su autoridad y se quedó Rosario Piedra Ibarra, la peor evaluada de 15 candidatas, la que entregó una carta de recomendación falsa, sí,pero es la reina de la complicidad y la tapadera).
Quiso matizar la reforma al Poder Judicial (10 de junio de 2024, su primera conferencia de prensa después de ganar la elección), proponiendo que antes de que se discutiera en el Congreso, se hiciera “una discusión muy amplia (…) en un proceso de diálogo y consulta pública”; se aprobó tal y como la mandó el oriundo de Macuspana. No pudo.
Quiso a su Batman Harfuch como jefe de Gobierno de la capital nacional, no pudo. Quiso pararle el alto al nepotismo en cargos de elección popular, no pudo.
Quiso reformar (bien o mal), la Ley del Issste, no pudo; ayer retiró su iniciativa hablándole por teléfono a Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, delante de los representantes del CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), la peor expresión del sindicalismo del magisterio, gran extorsionadora del Estado mexicano.
Antes de que asumiera la presidencia de la república, el que le entregó el bastón de mando (ni la burla), dejó claras las cosas al declarar el 10 de junio de 2024, que conversaría con su sucesora (la señora del segundo piso), para “planear cómo vamos a trabajar, qué vamos a hacer, con cuántos recursos contamos, cuáles van a ser las prioridades porque hay muchas demandas”. ¿Leyó bien?… “cómo vamos a trabajar, qué vamos a hacer”… “vamos”, no ella.
Así está: sin gabinete, sin Congreso, sin partido, sin poder. Y no ha podido.
Así las cosas, lejos de ver movimientos estratégicos de la Presidenta, para tomar las riendas, usando el enorme poder del cargo, se le ve muy satisfecha y más incondicional que nunca.
En su discurso de toma de posesión del cargo, la señora Sheinbaum, dijo: “(…) lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo ha juzgado; (aquí dijo el nombre del señor de los abrazos), uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna (…) el mejor presidente de México”. Para que nos vayamos entendiendo.
Apenas este 13 de enero, declaró: “Anhelan que yo rompa con el presidente (aquí dijo el nombre del innombrable), se van a quedar con las ganas (…) es mi convicción darle continuidad a la transformación que inició en diciembre de 2018”. Vaya…
El viernes pasado, hablando de lo del rancho del exterminio y los señalamientos de que el anterior Presidente fue omiso, dijo: “ya déjenlo en paz, todootra vez contra el Presidente”. Y lo llamó Presidente, parece que ni bajo tortura le llamará como lo que es:expresidente. No lo hará, él es el que es (para ella,con perdón del Buen Dios y de usted).
Este fin de semana, en su gira por Tabasco, en Huimanguillo, en su discurso arengó: “A ver, que seoiga hasta Palenque el aplauso (…) el mejor presidente de México, tabasqueño” (la gente coreó: ¡Es un honor estar…!, ya sabe con quién).
Hay quien piensa que es su estrategia para llevar la fiesta en paz, que está “operando” y ya veremos de repente sus manotazos en el escritorio presidencial.Hay quien piensa que no, que es sincera, que seguirá sujeta a la admiración que profesa al que NO vive en Palenque, sin que le incomode la autoridad mocha que recibió. Hay quien piensa que está aprendiendo, que seamos pacientes.
Pero hay quien piensa que su admirado es un forajido. Habla inglés. Se pinta el pelo (Miss Clairol 71, rubio cenizo).
Ahí la puerca tuerce el rabo porque doña Claudia no se juega hacer o no un papelón; no es cosa de que disfrute o no las mieles del poder; no estamos hablando de que la primera mujer al frente del Ejecutivo, quede como criada de un patrón necio y mandón; no, estamos hablando de un país que se puede ir o no al caño… y para allá va si este gobierno es la continuación de la catástrofe del anterior. Sobran indicadores e indicios.
Por algo los presidentes de este país desde Cárdenas, siempre han tomado las riendas desde el principio, porque termina mal arrancar mal. El tío Sam acecha. Última llamada.
