Guillermo Ochoa-Montalvo
Querida Ana Karen, Mientras en México se defienden los derechos humanos del migrante, tanto en el Congreso federal como en el de Chiapas con sendos discursos de golpe de pecho, y en la realidad, las organizaciones denuncian redadas en la Frontera Sur de México, persecución y extorsión, del otro lado de la frontera, el pelirrojo Trump propone medidas extremas contra las caravanas de migrantes e indocumentados en la Unión Americana. Con el deseo de comentar las políticas migratorias en México y Estados Unidos, me reúno con Amanda para conocer su opinión.
Hoy, Amanda luce muy invernal con una elegante bufanda gris, un suéter de Kashmir estilo Oxford; zapatos finos de cerrados de medio tacón y una falda muy corta de lana gris. Pide un café salvadoreño Pacamara certificado como Taza de Excelencia al obtener 91.29 puntos por los mejores catadores. Le pregunto su. Opinión acerca de la iniciativa del Trump sobre desconocer la ciudadanía por nacimiento.
—Pues conozco lo que escuché en una larga entrevista concedida a la cadena NBC donde reiteró que buscará poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento.
—¿Eso es posible o es una de sus ocurrencias, Amanda?
—Su postura xenófoba es indiscutible, aunque forma parte de su estrategia económica para reducir salarios y prestaciones a los indocumentados con la constante amenaza de deportación. Pero, en mi opinión, lo considero muy complicado de lograr porque esa medida supone reformar la Constitución de los Estados Unidos y ese trámite es complejo y bastante lento.
—Yo entiendo, Amanda, que tanto la ciudadanía por nacimiento conocida como jus soli, es un derecho consagrado en la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos por el que se concede automáticamente la ciudadanía a cualquiera nacido en el país, incluso si sus padres no son ciudadanos.
—Sí, pero lo más grave es desconocer la ciudadania por nacimiento conocida como del jus sanguinisque es el “derecho de sangre”, que otorga la ciudadanía en función de la ciudadanía de uno o más padres. En los sistemas de derecho civil, como son los de la mayoría de naciones europeas, el principio dominante es el de jus sanguinis, el “derecho de sangre”. Sin embargo, muchos países también adoptan una combinación de jus soli y jus sanguinis, garantizando la ciudadanía a niños nacidos en el país y a aquellos nacidos de padres que son ciudadanos, pero viven en el extranjero.
—Trump habló en agosto pasado sobre inmigración y seguridad fronteriza donde aseguró que Estados Unidos es “el único país que lo tiene”, en referencia a la ciudadanía por nacimiento. Sin embargo, esto no es cierto, Amanda.
—¡Claro que miente! Más de tres decenas de países otorgan ciudadanía automática a personas nacidas en su territorio, incluidos los vecinos de Estados Unidos, Canadá y México, y la mayoría de los países de América del Sur.
—Además, aunque Trump salga con esas ocurrencias, ningún presidente tiene la potestad para modificar por decreto un derecho consagrado en la Constitución. Encima de eso, parece olvidar que cualquier enmienda constitucional, de acuerdo con su artículo V, debe contar con el respaldo de dos tercios de la Cámara de Representantes y del Senado o ser propuesta por una Convención Constitucional convocada por dos tercios de la legislatura estatal, según entiendo Amanda.
—Por supuesto, no es sencilla una medida de esas; pero desea provocar miedo, confusión e incertidumbre con el “petate del muerto”. Como te digo, se trata más de una estratagema de enfoque político y económico que favorece a la comunidad hispano americana así como a las grandes empresas industriales, agropecuarias y comerciales quienes se verán beneficiadas al reducir salarios a los indocumentados bajo la amenaza de denunciarlos ante las autoridades migratorias.
—Lo complicado para México, Amanda, será mantener en armonía con Estados Unidos esa feroz política migratoria de Trump quien al sellar su frontera Sur, provocará la necesidad de reacomodar a las masas de migrantes en el territorio nacional. Toma en cuenta también que esta medida de miedo, reducirá el envío de remesas a México y de seguro, la repatriación de miles de mexicanos en Estados Unidos a sus poblaciones de origen.
—El efecto de la reducción de remesas es un golpe incalculable a la economía nacional y familiar de esta gente quienes, en muchos casos, se encuentran endeudados financiera y económicamente confiados en esas entradas mensuales que les proporcionaban una vida cómoda. El retorno de los paisanos será complicado porque México no ofrece oportunidades de empleo.
—Amanda, también debemos considerar la amenaza de Trump para elevar las tasas arancelarias si México no responde a sus demandas. Eso me parece una locura siendo nuestro país su principal socio comercial. Esta medida afectaría a la población de ambos países. En conclusión, la política migratoria de Donald Trump se caracteriza por ser una de las más restrictivas y controvertidas en la historia de Estados Unidos. Su amenaza relativa a la deportación masiva de 10 millones de mexicanos, es para ponernos a imaginar qué hacer con esa cantidad de repatriados en caso de llevarla a cabo.
—Por otra parte, Trump propuso también otorgar automáticamente la “green card”, que es la tarjeta de residencia legal a los ciudadanos extranjeros que se gradúen en las universidades americanas.
—Como sea, estamos de acuerdo en que la migración es un derecho humano que debe defenderse por encima de cualquier postura xenófoba y respetar ese derecho es una cuestión de amor.