Sr. López
Dijo la teibolera en la Convención Anual de Marinos Mercantes: -Señores, todo tiene límites –sí, también nuestra confianza en las autoridades de este país porque han agotado hace mucho su cuota de mentiras permitidas. Se lo digo por el más reciente accidente evitable del Metro en la capital nacional. Todo tiene límites.
Es en serio que la opción preferida del Presidente para sucederlo en el cargo, es Claudia Sheinbaum, quien -si así lo decide la encuesta unipersonal de Andrés Manuel López Obrador-, sería primero candidata y luego, según sus planes de él (y ella, claro), Presidenta de México.
No están en duda sus prendas intelectuales: licenciada en Física por la UNAM; con maestría y doctorado; egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable de El Colegio de México; miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias; e investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM; entre otras cosas. De su inteligencia está muy difícil dudar.
Lo malo de la inteligencia es que es neutra, como dice querida amiga de este menda. Y sí, se puede ser muy inteligente y malo de meter miedo; o muy inteligente y del todo inútil para lidiar con los asuntos domésticos de la vida cotidiana; y también se puede brillar de inteligente y simultáneamente, carecer de toda virtud. Nada más un ejemplo: Victoriano Huerta deslumbraba de inteligente, fue un respetado matemático… ¿y? Sí, la sola inteligencia no garantiza nada.
Por el contrario, hay medianías, personas de inteligencia promedio que han sido de inmensa ayuda a nuestra especie, como Winston Churchill, que de niño pasaba de panzazo en la escuela (la St. George’s School), y que reprobó dos veces el examen de admisión a la Real Academia Militar (Sandhurst), y a él se debe en gran medida que Hitler no haya conquistado la Gran Bretaña y viera frustrados sus planes que abarcaban un milenio (ese sí que no se andaba con chiquitas).
De regreso a nuestra barriobajera realidad. La carrera política de doña Sheinbaum empezó en el 2000, cuando fue nombrada Secretaría de Medio Ambiente por el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, hoy CdMx, Andrés Manuel López Obrador; y desde ese cargo la Claudita asumió la responsabilidad de la construcción de los segundos pisos del Periférico, obra que rechazó ejecutar por cosas que se cuentan en voz baja, el decentísimo César Buenrostro, quien era el responsable de Obras Públicas del D.F.
Luego la doñita fue la vocera del equipo de campaña de López Obrador en el 2006, y después de perder las elecciones, asumió el cargo inexistente de Secretaria de Defensa del Patrimonio Nacional del gobierno legítimo del presidente de mentiritas Andrés Manuel López Obrador. O sea: nada. Un Ejecutivo de fantasía con un gabinete de juguete.
A finales de 2015 doña Sheinbaum ganó la elección y asumió como jefa de la Delegación Tlalpan, dos años después el 6 de diciembre de 2017, dejó el cargo para irse de precandidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por la coalición Juntos
Haremos Historia, formada por Morena, el PT y el Partido Encuentro Social (PES), sí, ese, el evangélico. Como sea, en julio de 2018, ganó la jefatura.
En resumen: en 22 años ha tenido dos cargos de elección popular, Jefa de la Delegación Tlalpan y Jefa de Gobierno de la CdMx. Y ahora resulta que el Presidente de la república considera que la distinguida dama puede gobernar todo el país. ¿En serio?.., sí, en serio.
Doña Sheinbaum parece no darse cuenta que los dos cargos de elección popular que ha desempeñado, los ha ganado a remolque de su Jechu (Jefecito Chulo), quien de ganar elecciones algo sabe. Sin esa locomotora de levantar votos que es López Obrador, nada asegura que gane en 2024, cuando su Faro y Guía no será candidato a nada. La popularidad no es transferible y doña Sheinbaum es anticlimática, no enciende los ánimos y es muy capaz de enmudecer el malecón de Veracruz en su noche más loca de carnaval. En fin, muy su asunto.
Lo otro que habría de tomarse en cuenta es que los opositores a los designios del Presidente, nomás esperan que cuaje la candidatura de doña Sheinbaum, para desempolvar asuntos un poquito relevantes como el derrumbe del Colegio Rébsamen el 19 de septiembre de 2017, siendo ella Jefa Delegacional de Tlalpan, que costó la vida a 26 personas, de ellas, 19 niños; horrible asunto en el que doña Sheinbaum participó pues siendo delegada de Tlalpan, se determinó que el colegio debía clausurarse, cosa que evidentemente no sucedió, en tanto que para irse de candidata a Jefa de Gobierno, decidió que la información sobre el Rébsamen “sería clasificada como restringida en su modalidad de reservada”. El abogado defensor de los padres de los niños fallecidos alega que la delegada Sheinbaum se abstuvo de actuar y permitió que el colegio continuara. Muy feo asunto. Triste y feo.
Y sigue la mata dando: ya siendo Jefa de Gobierno, el Metro ha tenido varios accidentes. El del 9 de marzo de 2016 (terminal de la Línea 5, Politécnico, descarrilaron dos trenes, sin lesionados); el del 11 de marzo de 2020 (Estación Tacubaya, Línea 1, colisión de dos trenes, sin lesionados); el del 9 de enero de 2021 (el incendio en el Centro de Control del Metro); el del 3 de mayo del 2021 (desplome de la Línea 12, entre estaciones Olivo y Tezonco, 26 muertos y 100 lesionados); y el de este sábado 6 de enero de 2023 (colisión entre trenes en la Línea 3, con una fallecida y 58 heridos). Y todo esto entre constantes denuncias del sindicato del Metro asegurando que es una bomba de tiempo por falta de presupuesto.
Y doña Sheinbaum, solo atenta a no perder la preferencia presidencial todo tapa, todo niega. Y no, ya se va a enterar que sí, que todo tiene límite.
Mientras, el Presidente la ha defendido y ha dicho que habrá de averiguarse si no fue intencional el accidente porque es tiempo de zopilotes. Y acierta, sí, es tiempo de precandidaturas ilegales, campañas ilegales y sí, tiempo de zopilotes.