Home Columnas Terreno de muchas manos

Terreno de muchas manos

Terreno de muchas manos
0
0

Carlos Álvarez

 

Dudo que empezar un trabajo frío, que marche con belleza, sea adecuado cuando el ensayo se refiere a un movimiento del periodismo, pero en la época de la posmodernidad, de vastos manifiestos de carente congruencia, sería aceptable, incluso apelable. Es eso. ¿Una crítica al autor que dio nombre al movimiento del nuevo periodismo? Una crítica al nombre, una crítica a la obra publicada bajo ese nombre, una crítica un poco agresiva que se defiende atacando. Eso es. A lo que me refiero es el (creo que anteriormente se refirió a él) nuevo periodismo. No es una crítica, porque etimológicamente (para esto tomé varios diccionarios de etimología) me encargaría de separar lo bueno de lo malo de lo que conlleva el movimiento, que nuevamente como cualquiera que ha surgido en este siglo ha retomado todo lo que las teorías tiempo atrás le dijeron que no retomara. Demetrio formuló cuatro estilos fundamentales: el llano, el elevado, el elegante, el vigoroso como los cuatro fundamentales, y los demás son la combinación de estos; sus antónimos: lo accidentado, lo bajo, lo vulgar, lo impotente, son las cuatro clases de nuevo estilo para una nota periodística. De hecho, con estos cuatro antónimos se podría crear un nuevo movimiento. No veo este movimiento como un caudal de agua sucia sino como un charco estancado. Eso es. La sociedad diabética busca su lechuga en algún periodista que en su nota emplee adjetivos peyorativos, implicando inmediatamente una interpretación malévola, y un lapso entretenido de conversación entre dos personas que leyeron la misma nota y han olvidado lo que tocaba la nota, porque encontraron un aforismo divertido. ¿Dónde queda el nuevo periodismo y la crítica (malévola o benévola o ambas)? Ahora me obligo a usar una de las características del nuevo método de hacer periodismo: practicidad: no crítico el movimiento ni el término, aunque creo haberlo dicho antes. Lo que busco es ejemplificar y ofrecer al lector un ejemplo extremadamente lúdico (ofensivo para los partidarios). Leibniz dijo acerca de ciertas ideas, de carácter tácito, “cuyo opuesto encierra una expresa contradicción”, esto es simple, pues en la concepción inmediata del nuevo periodismo está el desvarío social que hay detrás para que algo así haya aparecido. Tampoco digo que este movimiento “ha destronado” el reportaje, como dijo el mismo Thom Wolfe refiriéndose a la novela. Los elementos del reportaje son imposibles de retomar cuantitativamente. Algunos tiernamente pretenden contener toda la elocuencia posible en un solo reportaje, olvidándose de lo opaca que resulta olvidarse del hecho real. Dispara más la letra no escrita que la bala referida.  Los nuevos términos han luchado mientras más, y más, y más términos similares a ellos aparecen con la promesa de responder más adecuadamente a lo que ya se ha respondido adecuadamente quizá siglos de precedencia. Nuevos y nuevos términos se acumulan y no les queda más que seguir luchando, mientras más términos se desnudan entre sí, los viejos términos ya han pasado el ridículo y quedan solo para una que otra cita textual de los nuevos términos. Los términos posmodernistas visten más a la moda mientras los viejos siguen peleando entre escombros de terminología anticuada y los nuevos esperan el mismo destino. El nuevo periodismo se añade a la recreada sala de terminología paremiológica. A continuación, un ejemplo con tanta validez debido a estar inscrito en el siglo donde todas las interpretaciones son subjetivamente válidas:

 

En la última hora recibí una noticia que me llevó a escribir un texto para nada sincrónico a la misma noticia, pero con suficientes episodios. No hube dicho sobre la noticia que me obligó a reflexionar, porque además de no existir tal lectura, si existió tal noticia. Prevalecen, diariamente, suficientes encabezados en cualquier periódico y, peor, en ninguna parte del oficio del periodista. Las noticias son de todos para nadie. La nota merece tres senos para adquirir un poco de verosimilitud (¿incoherente?): “tal persona anuncia el aumento de asesinatos debido a la ineficiencia de tales personas”. Una noticia impracticable, un fondo inaccesible, un título inverosímil, un relato que intenta asentarse, pero vuela sujeto al polvo. Curiosamente, una vez publicada, en el cuerpo de la nota hay más desatinos, mismos que hacen más largas sus alas, imposibilitando su labor de establecerse en la tierra, donde habita la gente de verdad. Nunca ha habido verdadera distancia entre ficción y realidad. La nota vuela bien cuando adquieren velocidad; el despegue o mantenerse en el aire quieta requiere un esfuerzo que apenas pueden soportar los redactores durante un corto espacio de tiempo. El periodismo, en un orden social, se encuentra oprimido por la libertad que el mismo fundamentó.

“La mujer tuvo su primera relación sexual tres años antes que su madre”:

La introducción ha perdido su brevedad, ya no azota el suelo y ni su huella queda en el mármol. Mediante el uso de paradojas, con la suposición de conferir tensión y energía peculiar, la inmediatez le sonríe a la realidad, sin llegar a la provisión de información. Entre ellas se encuentra (esta parte supone ser una introducción) un esfuerzo inerte por sobresalir entre la muchedumbre, manteniendo abiertas las objeciones y activas las contradicciones que debieron haber sido denunciadas. La nota tiembla desde los pies hasta la cabeza, sin memoria y sin tiempo de recepción. La nota recibe al lector o es el lector, imitando al pájaro, el que se ve en la obligación de llevar la nota como la lombriz, de boca en boca. Alguna inquietud invita a que los lectores intenten resolver o redondear esa paradoja; en algunas notas la inquietud más grande se encuentra en la que el redactor afirma tener por compromiso, los afanes de la cabeza son ilusiones, por lo que las piernas caminan por pura inercia. Sucede una doble negligencia del hecho referido: el que visualiza calca el hecho, abandona su fondo, le priva de cierto fulgor, propio de cada acción por más que en la historia se haya descrito un suceso similar; la nota no deja de renovar, aunque sea la misma mujer referida, con el mismo nombre, con los mismo rasgos, y la misma situación que la de una mujer en el siglo XVII, la nota no deja debe de dejar de renovar aunque este texto sea parte de un oficio que solo profiere y en sus cimientos no está la innovación.  La otra negligencia es ejercida por el que lee el calco únicamente con los ojos, con engaño a sí mismo y olvida rápidamente porque en la siguiente plana hay otra nota latiguea con más intensidad. Al fin comprendo a Diderot (¿a quién refiero hablando en primera persona del singular? ¿Por qué concluyo en lo que se trata de un juego de referir una introducción en la nota haciendo una misma introducción en lo que paree ser una nota?) al referirse al aniquilamiento de la energía de la naturaleza debido a la obligación. Cuando esta naturaleza, que la filosofía de Diderot ha tenido en su misión transformar, se pierde antes de llegar a un estado ontológico. No se puede hablar de un retroceso en el espíritu sin haber conocido lo que pudo ser éste: referir a la nota actual es inenarrable, la superficie no tiene ritmo, el contenido está abandonado y me obligo a decir que la animadversión que presenta un reportero hacia la sociedad, o sociedades, le permite distinguir lo que habita entre un autócrata bueno y demócrata malo: su insufrible opinión. “Los dos métodos más usados en la actualidad son el condón y la píldora. Esto obliga a considerarlo el método ideal: emplear ambos a la vez”.

“Cuatro obispos holandeses abusaron de una chica durante su mandato”: quienes insisten en el segundo párrafo de la nota defender su papel con algún aforismo para completar los caracteres requeridos, más que contemplar el hecho con una proyección en sí mismo, elaboran un esfuerzo completamente ajeno a la practicidad que atrae al lector. Al hablar de la desmesura del cuerpo, o quizá de las consecuencias de la poca información acerca de los hechos actuales y sus consecuencias sobre el cuerpo, o quizá las imposibles concepciones en el siglo de la sobreinformación que han obligado a personas a desinteresarse en la información y guiarse por la practicidad, provocando impactos lascivos en su cuerpo y mente. Así sucesivamente hasta llegar, si no a la incongruencia, a la desmesura de la nota, producto de la desmesura del cuerpo humano o de la mente. Y pareciera que es mejor concluir cualquier texto con un aforismo. En mi caso me resguardo en uno de Bacon del Novum Organum, el aforismo VI: “Sería una locura y una incoherencia el suponer que cosas que nunca han sido realizadas, se puedan realizar sin emplear algunos medios hasta ahora no probados”. Es imposible desviarse del principal hecho que era una crítica poco certera escrita en el párrafo dos, desviándose a las justificaciones empleadas por algunos periodistas, que posteriormente se usaría para defender el desvío que se criticaba, sin antes recordar tener que hacer redonda la nota, asegurando que la desmesura del cuerpo humano en la actualidad ha propiciado la aparición del título donde los que reciben el nombre de miembros de la Iglesia que han recibido la plenitud del sacerdocio ministerial por el sacramento del orden, paradójicamente han abusado de una mujer. “La experta apunta que la ocultación de los abusos ha oscurecido la buena labor de la Iglesia”.

 

Personajes

Primer periodista

Segundo periodista

 

Escenario sencillamente indecoroso. Una mesa emparejada a otra mesa cubiertas con un mantel negro que cubre los desniveles. Sala poco decorosa con la imitación de un cuadro de Alfredo Ramos Martínez.  Una luz sumamente demasiado tenue que lastima a los dos periodistas.  Puerta a la izquierda y una sábana que imita una puerta a la derecha.

El primer periodista lidia con el telón, mientras se oye la voz del que supone ser el segundo periodista, diciéndole que aguarde en la silla. Se escucha una risa prolongada de uno de ellos al empezar a subir el telón, sin distinguir quien es el primero y el segundo debido a que son gemelos. Ambos sentados sobre sillas de madera frágiles. La risa se detiene y el de la silla derecha juega suavemente con el mantel negro mientras el del izquierdo solo observa la pata de su silla que parece ser muy frágil al igual que la de la derecha. El de la derecha tiene el vicio de escupir y el de la izquierda alterna sus movimientos debido a su nerviosismo.

 

Primer periodista (insistente): ¿Qué haría el nuevo periodismo en el caso de encontrar un caso demasiado ficcional?

Segundo periodista (monólogo, evadiendo la vista del otro): Es importante reavivar una sensibilidad de la memoria y de la historia local, la capacidad política y de memoria histórica que tiene el ser humano para enfrentar estas situaciones, ya que la política es la traducción de las preocupaciones morales y existenciales en una acción racional y legítima para beneficio de la sociedad y la humanidad.

Primer periodista (enfadado de espaldas): El caso es que Antje, una mujer transexual fue rechazada de Begijnhof, esa iglesia, desatando una plaga de rumores en Holanda. (Pausa.) ¿Puedes explicar mejor lo de la capacidad política?

Segundo periodista (imita la posición de espaldas): Imagina que publicas esa nota.

Primer periodista (estupefacto): Imagino que publicaría un título algo así como “una mujer de un perfil sexual dudoso se encuentra sin vida en su departamento.

Segundo periodista (mira de frente al otro y se cruza de piernas): ¿Por qué es de Holanda tiene que vivir en un departamento? (Reta al otro con la mirada.) Imagino que en tu nota también alegarías que fue suicido sino un exceso de Arsénico en su café dejando en mal a la empresa, y siguiendo las convenciones sociales vigentes. Recuerda que ya no está tan de moda el café.

Primer periodista (ve a los ojos al otro con indignación): Pero si está de modo la invención de tendencias sexuales. (Pausa.) No ha ocurrido el hecho y empiezas a azorarme así.

Segundo periodista (alzando la voz e irguiendo la espalda): Mientras que tu historia es entendida por ti, nada más, y uno que otro compañero, sigues incitando la aparición de nuevos diseños simbólicos de la existencia y las decisiones morales que adoptamos cada día. (Pausa.) Como el nuevo periodismo (juega con su silla a caerse) que atenta con la condición de los verdaderos periodistas.

Primer periodista (agotado): Trato de explicar que una noticia puede ser dicha sin que sea hablada.

Segundo periodista (negligente): No sé si has sentido la amnesia colectiva (Se voltea de espaldas.)  Una amnesia que hace posible hablar de periodismo y su actual transformación del pasado en un recipiente que se actualiza cada segundo. Que hace posible una breve y proterva obra de teatro (Pausa.)

Primer periodista (atónito): No te entendí mucho. Pero si buscaba ayuda para la redacción de una nota.

Segundo periodista (resignado): El nuevo periodismo del que me hablaste permitiría, incluso, hacer una nota en forma de obra teatral. (Pausa.) Que tu nota no de espacio para la reconstrucción de un nuevo acontecimiento similar. Y listo.

 

“Cientos de médicos y científicos piden a Sanidad que actúe contra las pseudoterapias”: A veces me preocupo bastante. Siempre procuro, particularmente en el principio, abarcar todas las posibilidades que contenga una idea, lo que resulta es olvidarme de la practicidad, y me obligo a esforzarme más, en lugar de corregir si hable en primera o tercera persona. Lo que me calma la impaciencia es el axioma de que el todo que pretende ser cualquier ciencia está construido en puras abstracciones que son la naturaleza tan alejada. Ya casi han pasado cien años de los que pensaba Sábato en los que parecerían “monstruosas las operaciones cometidas por los médicos del siglo XX en los ulcerosos”. Retomando el proceso de transmutación de Dogma en equivocación como interminable, retomo (más bien plagio) a Monterroso: Antes de que la cita hubiera aparecido, apareció un texto de transición de poca cordura que tenía la misión de justificar las anteriores citas que igual tenían poca cordura, pero recordó que en el cuento de Monterroso la ambigüedad del mal salva al bien (quizá es al revés), fue entonces cuando le dio miedo la ambigüedad y vio a lo lejos la cita: “se van a tomar muchas medidas en paralelo a la petición de cambiar la regulación de la homeopatía”.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *