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Tepache o champaña / La Feria

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Sr. López

 

Usted no lo sabe pero este López es como un “clon” de su abuelo paterno, don Víctor, idéntico hasta en el modo de andar. Una vez, yendo en un ascensor en la CdMx, todos callados, viendo fijo los foquitos que informan que del 1 sigue el 2 y luego el 3 -pues es de muy mala educación ver a la gente-, de repente una señora muy mayor a la que se le notaba que de joven debe haber sido de alto riesgo para el varón de la especie, dijo: -Tú eres nieto de Víctor López -sorprendido, contesté que sí- eres igualito -agregó y se identificó: -Soy tía abuela tuya, prima hermana de tu abuelo –y nos quedamos en el ascensor, subiendo y bajando un buen rato: qué simpática y qué buenas historias se sabía de la familia. Como sea, una duda quedó a este menda: ¿por qué jamás había oído de ella?, cosa que aclaró la abuela Elena, la esposa de don Víctor, fiambre hacía mucho: -Esa María hizo de su vida un batidillo, la familia de tu abuelo nomás dejó de tratarla y ni la mencionaban…- y todo porque la santa mujer se casó con tres hermanos -de uno en uno, se entiende-, empezando por el mayor del que se divorció para antes de un año, casarse con el que le seguía en edad y así, hasta agotar existencias. De los tres tuvo hijos, que eran medio hermanos y primos. Y entre los tres exesposos hubo de bofetadas a balazos. Tremenda la Mariquita.

 

Se entiende a cabalidad el gustazo de tanta gente por el triunfo electoral de AMLO. Triunfó sin sombra de sospecha y recibió cataratas de votos (él y los suyos). Se entiende.

 

Lo que ya se entiende menos es que siendo el tenochca estándar tan avispado como es, parezca que no sé da cuenta que el próximo gobierno federal será en alguna medida, no del todo, pero sí algo más de lo políticamente correcto, una versión renovada de una versión antigua del PRI, con unos cuantos de la Corriente Democrática, liderados por Cuauhtémoc Cárdenas, que abandonaron al otrora partidazo en 1987 y fundaron el PRD, hoy en liquidación, que es hoy Morena.

 

Por cierto, en 1987 AMLO militaba en el PRI y no lo dejó sino hasta 1988, pasado un mes de la elección de Salinas de Gortari, que le voló la elección a Cárdenas… dicen.

 

Graco Ramírez reclutó a AMLO, quien lo presentó con Cárdenas. No le crea a uno, ahí lea por su cuenta las memorias de don Cuauhtémoc, “Sobre mis pasos”, en las que anota: “Hacia finales de julio (de 1988), no tengo clara la fecha, me reuní en la oficina de Andes (una calle de las Lomas de Chapultepec en la CdMx), con Graco Ramírez, que me había anunciado iría acompañado de Andrés Manuel López Obrador, joven dirigente del PRI en su estado (…) La impresión que tuve de aquellos dos primeros y breves encuentros fue la de un joven despierto, conocedor de su estado, quien a pesar de que aún militaba en el partido oficial, reflejaba una visión progresista y coincidente con nuestra lucha”. Bueno.

 

Por supuesto también hay muchas señoras y señores entre los de Morena, militantes de esa izquierda mexicana con fe a prueba de bomba (dan envidia). Por supuesto. Pero no es cosa de hacer como que no están los que están y muy cerca de ya saben quién. Unos ejemplos:

 

Porfirio Muñoz Ledo: priista 33 años; subsecretario de Presidencia y secretario de Trabajo, ambos cargos con Echeverría; luego, presidente del PRI; secretario de Educación con López Portillo; al que nadie le recuerda los encendidos y patrióticos discursos que en su momento hizo defendiendo el modo como resolvió lo del 68 su mero mero, Gustavo Díaz Ordaz.

 

Manuel Bartlett: secretario General del PRI, secretario de Gobernación con Miguel de la Madrid -por lo que lo calumnian diciendo que le robó la elección presidencial a Cárdenas, cosa tan falsa como el Monumento a la Revolución o la columna de la Independencia, que como usted bien sabe, no existen, faltaba más-; secretario de Educación con Salinas de Gortari; gobernador de Puebla por el tricolor.

 

Esteban Moctezuma: secretario de Gobernación y de Desarrollo Social con Zedillo.

 

Marcelotzin Ebrard: priista durante 18 años, luego del Partido de Centro Democrático, después del PRD, también de Movimiento Ciudadano y hoy de Morena; secretario general del PRI en el entonces D.F., de 1988 a 1992; secretario general del entonces Departamento del Distrito Federal de 1992 a 1993 y subsecretario de Relaciones Exteriores de 1993 a 1994, siendo priista; y diputado federal por el PVEM, aunque no se afilió nunca: ¡chin!, se le fue uno.

 

Ricardo Monreal; priista 23 años -de 1975 a 1998-; ni pío dijo en 1988, cuando le pasaron por encima la aplanadora electoral a Cárdenas, para que Salinas fuera presidente; luego, diputado federal dos veces por el PRI (1988 a 1991, con Salinas de Gortari y de 1997 a 1998, con Ernesto Zedillo), para abandonar al tricolor porque le negaron ser candidato a gobernador de Zacatecas, que no fue otra la razón (y se fue al PRD y ganó la elección, bobo no es, nada).

 

Leonel Cota Montaño: priista 13 años; diputado federal de 1994 a 1996 y de 1996 a 1998, presidente Municipal de La Paz, Baja California, todo por el PRI; renunció por lo que Monreal: no le dieron la candidatura a gobernador. Con el PRD la ganó; fue presidente del PRD; después renunció y con Nueva Alianza se postuló para la alcaldía de Los Cabos. Ahora, aterrizó en Morena como enlace de AMLO en Tabasco… poquita cosa.

 

José Antonio Álvarez Lima: diputado y gobernador de su estado, Tlaxcala, por el PRI, hoy senador de Morena.

 

Y el propio AMLO, priista 18 años, de 1970 a 1988.

 

Pero todo mundo tiene derecho a cambiar de religión o de cónyuge: no hay fe más sólida que la del converso, lo que cuentan son los actos.

 

Por eso cuenta mucho la boda que ni Obama del ultra morenista César Yáñez: alarde de dispendio y mal gusto (‘art nacó’ puro), que a gritos nos dice que son lo mismo.

 

Usted conserve la ilusión de que no significa nada la turba en torno a AMLO, luego la gente cambia, hay quien deja a las Chivas por el América… sí, son de esos a los que no dejar de chupar es lo que importa, y da lo mismo si es tepache o champaña.

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