Sr. López
Mica (Micaela), era una de esas primas de Autlán de ¡y retiemble en sus centros la tierra!, así de guapa. Bueno, pues Mica se casó con un doncel a su altura (guapo como de Hollywood), y se fueron de luna de miel a Veracruz que en esos tiempos estaba de moda. Al regresar del amatorio periplo, tía Micaela (la mamá de Mica, claro), algo notó y supo por su hija que aparte de los rituales gimnásticos propios del viaje, todo se les fue en discusiones y peleas, sin ponerse nunca de acuerdo en nada. Tía Micaela, casada tres veces, viuda dos, divorciada una y arrejuntada otras tres (que se supiera), algo sabía de la vida y con cariño, la aconsejó: -Mándalo a la… (aquí dijo un adjetivo que rima con fregada)… si en lo mero bueno te echó pleito, imagínate después, ya aburrido de… (aquí va un verbo transitivo que rima con mujer) –y la prima Mica, candorosa ella, respondió: -Sí, al fin que el gusto ya me lo di -¡y a volar el galán!
A ayer, la Presidenta llevaba en el cargo 77 días, que parecen ser años, a la vista de la vorágine de reformas constitucionales y legales con que el cuatrotero Congreso ha arrollado al país (se le recuerda que en el diccionario oficial del español, arrollar en su sexta acepción es: “Atropellar, no hacer caso de leyes, respetos ni otros miramientos ni inconvenientes”). Pero a la vista del poder real que tiene en sus manos, parece que estuviera en su sexto año, la mañana del día en que se entrega la banda presidencial… nada de poder. Bueno, no exageremos, casi nada.
Dirá alguien que ella manda. Y sí manda a los de su gabinete… mmm… no a todos, hay algunos que van a su aire, construyendo con inaudita anticipación sucederla en el cargo (se dice que hay uno que a escondidas se apoya en republicanos yanquis que bien conoce, para tensar la revisión del T-MEC en 2026 que se negociará desde el año que entra… dicen que quiere ser el Superman que arregla todo… dicen).
Doña Sheinbaum manda, pero no en la Cámara de Diputados ni en la de Senadores, que a trancas y barrancas han empujado las reformas constitucionales que les encargó el que se supone reside en Palenque (se solicita información), desdeñando sus llamados a la prudencia, como el del 11 de junio pasado, sobre la reforma al Poder Judicial, cuando pidió “que se abriera un diálogo con las barras de abogados, las facultades de derecho, los ministros y trabajadores del Poder Judicial”, y no, nuestros tribunos hicieron lo que les ordenó el anterior arrimado en Palacio Nacional, la aprobaron para disgusto de todos y a ella tocaapechugar, por poner un ejemplo de algo que quiera o no, está obligada a defender ante el mundo contra toda razón (ya sin comentar la reelección de la señora Piedra en la CNDH, contra la voluntad de la Presidenta, ni el coro de diputados de Morena & Cía.,de “¡es un honor estar con…!” -ya sabe quién-, a la hora de aprobar el presupuesto de egresos del año próximo… a centavo le debe haber sabido la boca a la Presidenta).
No abona a la imagen de autoridad y mando que debe proyectar la señora Presidenta, su constante llamado a la unidad del “movimiento”, ponga usted en el buscador de su computadora, “Claudia Sheinbaum, llamados a la unidad”, ya en la página píquele en ‘herramientas’, se va a llevar una sorpresa, son cerca de un millón de referencias. Y francamente, no se pide lo que se tiene y ella sabe que no hay unidad y debe sospechar que más de cuatro le juegan las contras porque no la ven como líder ni que tenga el mando.
El escandalete entre el líder del senado, Adán Augusto López (obradorista de tomo y lomo), y el líder de los diputados, Ricardo Monreal (enquistado en el morenismo muy a pesar del anterior Presidente y de la actual Ejecutiva), es cosa seria no por el asunto -don López, en resumen, dijo que el Monreal hizo travesuras con los dineros del Senado-, sino porque se ventiló públicamente y no solo eso, sino por la amenaza de ayer mismo en X (tuiter, pues), de don Monreal: “(…) Así comienza el deterioro estructural”.
Mensaje claro pero no para el tal Adán sino para la Presidenta y su antecesor: puedo hacer mucho daño, ese es el recado. Y para que la señora abuelitaPresidenta, sepa que es en serio, don Monreal, especialista en mangonear diputados y sacar a las volandas reformas constitucionales, anunció ayer mismo que la reforma a la Ley del Infonavit que en un solo día aprobaron en la Cámara de Senadores y se remitió a la de Diputados para su refrendo, va a esperar.
Dijo don Monreal que no habrá periodo extraordinario para aprobarla al vapor porque según él, empresarios, sindicatos y grupos parlamentarios, la quieren revisar. ¿De cuándo acá los cuatroteros le hacen caso a nadie?
Y a cierta persona que quiere mandar, le dolió en la mera salidita del sistema digestivo, porque es SU iniciativa, de ella, para poder cumplir su promesa de campaña sobre el millón de viviendas para trabajadores que construirá el Infonavit, aunque claro, fue un balde de agua helada para empresarios y trabajadores, porque la reforma deja bailando el control tripartita (trabajadores, empresarios y gobierno), de los dineros aportados por los tres.
Estamos hablando de 2 billones 400 mil millones de pesos que están en la panza del Infonavit, aunque en rigor ese dineral debería ser intocable: casi 763 mil millones están en un fondo de inversión a largo plazo; y el resto, son garantías de crédito; pero la burra no era arisca y nadie confía en el nuevo director del Infonavit el tal Octavio Romero Oropeza, el mismo de desastroso desempeño en Pemex.
Es largo el asunto pero justificadamente se desconfía de esta reforma que don Monreal no puso en pausa por lindo, sino para hacerse valer ante la Presidenta: aquí estoy y puedo dar mucha lata.
La Presidenta ayer mismo reaccionó sobre este descobijadero entre el López y el Monreal, diciendo que se trata de “un mal entendido” entre ellos, que “se va a resolver”, que tengan “cabeza fría”. Toda una muestra de absoluta autoridad y mando.
Palacio, tenemos un problema.