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Tanto y tan pronto / La Feria

Tanto y tan pronto / La Feria
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Sr. López

Este menda nunca supo el nombre de tía Bonita, pero era bonita, de vieja también. Y era un pan de Dios. Su marido, tío Rubén, era bajo, ruin, despreciable y avaro.Manejaba a tía Bonita con la mirada y ella lo atendía como si fuera el rey de Francia. Lo veneraba. Ya ancianita y largamente viuda (hay un Dios), otras viejas de la familia, si salía el tema de los maridos,siempre le preguntaban por qué lo aguantó y siempre decía: -No sé… no sé -y rezaba por él todas las noches. Hay así.

Se le solicita atentamente no dejar de leer para siempre a este junta palabras. No le va a gustar lo que sigue: la masa es estúpida, la masa de gente, se entiende, no la del pastel. Los seres humanos estando en eso que llaman “masas populares”, somos necios, cretinos. Disculpe las molestias que esto le ocasiona.

Eso no significa que la masa sea necesariamente mala. No. Vamos por partes. El estudio de lapsicología de las muchedumbres, es más o menos reciente, parece que el primero que le entró al asunto fue Gustave Le Bon (1841-1931), en su obra‘Psicología de las Masas’, de 1895.

Otros han estudiado el asunto (Freud por ejemplo), coincidiendo o no con Le Bon, y hasta creando la nueva disciplina de la psicología social y sus ramas, psicología multitudinaria y teoría de facilitación social. Lo obligatorio es recomendar ‘Masa y poder’ (1960), de Elias Canetti, léaselo.

Siguiendo a Le Bon, resulta que la persona individual no se comporta igual que en masa y que la muchedumbre puede tener algunas características que más o menos todos sabemos ciertas: impulsividad, inconsciencia, credulidad, y se comporta de maneraacrítica, voluble, intolerante. Y siempre con Le Bon: en la masa predomina la ilusión sobre lo real. Bueno, él no dijo que la muchedumbre sea estúpida pero, la verdad, la verdad, es.

Para entendernos, hágase de cuenta que la persona individual, estando en masa, es como una célula de un cuerpo y su comportamiento pierde autonomía, se subordina a ese cuerpo, a la masa.

Antes de entrar en materia de esta parrafada: según Le Bon (no es cita), hay masas estables y masas efímeras; no es lo mismo estar en un concierto multitudinario que en un mitin político que conforma un movimiento social, al que habrá gente que consagre su vida aun sin estar en masa pero necesariamente debe tener reuniones masivas en las que se nutre, se retroalimenta. Algo interesante es que la conducta individual se altera hasta en grupos menores. Escribe Le Bon:

“(…) podemos ver como un jurado dictaría un veredicto que cada uno de los miembros desaprobaría individualmente (o) a una asamblea parlamentaria adoptar leyes y medidas que rechazarían particularmente cada uno de los miembros que la componen”. ¡Qué cierto!

Tal vez a resultas de las revoluciones rusas de 1905 y 1917, Le Bon escribió (no es cita), que la era de las masas tiene consecuencias inquietantes, pues su dominación siempre representa una fase de desórdenes. No en balde perdura su fama.

Nuestro autor no se andaba con chiquitas y escribió (fíjese bien): “Una masa latina, por revolucionaria o conservadora que se la suponga, invariablemente apelará, para realizar sus exigencias, a la intervención del Estado. Es siempre centralista y más o menos cesarista. Una masa inglesa o americana, al contrario, no conoce al Estado y no se dirige más que a la iniciativa privada. Una masa francesa tiende ante todo a la igualdad, y una masa inglesa a la libertad. Estas diferencias de raza engendran especies distintas de masas y de naciones”. De la masa latina… pongámonos el saco: papá gobierno, todo es la presidencia y la palabra presidencial es ley.

De regreso a eso de que la masa no necesariamente va a lo malo, escribió Le Bon: “La masa es siempre intelectualmente inferior al hombre aislado. Pero, desde el punto de vista de los sentimientos y de los actos que los sentimientos provocan, puede, según las circunstancias, ser mejor o peor. Todo depende del modo en que sea sugestionada”. Es verdad, no conduce a la masa, no la inspira igual Marilyn Mansonque el Santo Padre ni Madonna que la madre Teresa de Calcuta.

Esto es: todo depende del líder, que es el que arrastra,sugestiona a la masa y agrega Le Bon (tampoco es cita), que la masa no existe sin un líder que debe tener fuerte personalidad, creencia firme (en lo que sea), voluntad poderosa y prestigio, que si el líder lo pierde, la masa lo abandona. La masa es voluble.

Aparte hay algo a resaltar: el individuo al unirse a la masa adquiere las características de ese colectivo de manera muy rápida. Y ya llegamos a Pénjamo:

La masa que sigue al Señor de los Abrazos y a doña Sheinbaum, es la misma que bramaba en los mítines de Vicente Fox, que vitoreaba a Peña Nieto. Son los mismos. Esto no es futbol, no hay banca de ciudadanos, no hay reserva. Somos aproximadamente, el mismo 60% que vota y son los mismos miembros del gallardo peladaje nacional los que van a mítines políticos… y si nos visita el papa León XIV, los veremos aclamarlo, como los vemos cantar el 12 de diciembre: “Desde el cieeelo, una hermooosa mañaaana…” Los mismos.

Así las cosas, parece que la presidenta Sheinbaum está consciente de su lánguido carisma y de que no tiene el liderazgo nacional. Tal vez por eso se aferra a la figura del que la puso y lo ensalza a la menor provocación.

Encima, escandaletes, escándalos y escandalazos, van deshilachando el prestigio ficticio de su “movimiento” y su fortaleza “moral” (ese “no somos iguales”).

Lo más reciente es lo de el huachicol marinero, pero antes ya tuvo que poner la cara por las vacaciones de magnates de cuatroteros destacados y tiene que capotear con las sospechas crecientes sobre algunos de sus gobernadores (Baja California, Colima,Guerrero, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Nayarit yMichoacán).

La señora está a tiempo de soltar lastre y cortar amarras. Si se aferra al Peje y a su herencia maldita, cuando sea viejita dirá que no sabe por qué decidió desperdiciar su sexenio ni cómo la raza cambió tanto y tan pronto.

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