Sr. López Hace mucho le conté de la prima Carlota, ¡esa!, la de piernitas chorro de leche, cuerpo de manguera y cara de promotora del celibato. También le comenté que era la adoración de tío Daniel, su papá, adinerado ferretero que cada año compraba todos los boletos que emitía el colegio de la niña, para […]