Sr. López Tía Emilia, ya sabe usted, era una señora de pelo enpecho, brava como un Miura, a la que ninguno de sus doce hijos varones temía, porque a pesar de gritarlescosas que hubieran encanecido al más templado sargento, no se las cumplía porque no eran malos sino traviesos, solo que siendo doce… ya se imaginará. Pero había una situación de excepción que ponía en alerta máxima a los […]