Sr. López
Tío Quique (Enrique, claro), fue por sobre de todas las cosas un profesional del optimismo. Cuando pidió a la que fue su esposa que fuera su novia, ella le confesó muy atribulada que estaba embarazada de uno quenomás se fue y él dijo: -Bueno, ya sabemos que puedes tener hijos –una vez se les incendió la casa y la consoló: -Anímate mujer, que vas a estrenar todo –cuando enviudó dijo que le daba alegría no haberle dado el disgusto a su mujer de morirse antes. Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, un día que se hablaba del optimista tío, apostrofó: -No era optimista, era tonto -bueno, según se vea.
De veras, no nos la merecemos. A veces este menda siente remordimiento por no haber ido a dar gracias a la Morenita del Tepeyac (caminando, la edad no da para ir de rodillas), por habernos mandado a doña Claudia.
Mire si no: ayer en su amena conferencia madrugadora, nos hizo saber una gran noticia que a nosotros, tenochcas simplex distraídos, se nos iba apasar, pero, Dios Bendito, ella nos la hizo saber (abróchese el cinturón, no diario hay noticias así):
“(…) Entonces, Banamex regresa a un empresario mexicano en una transacción legal que comienza a darse en un 25%, y yo considero que es una muy buena, una buena noticia”.
Sí, ¡aleluya!, ¡aleluya!, ¡hosanna en la alturas!, la cuarta parte de Banamex la compró un mexicano, ¡qué buena noticia!… ¿sí?… ¿de veras?… ¿nos beneficia en algo?… ¿bajarán los intereses?… ¿darán más créditos?… ¿pagarán más impuestos?… ¿subirán los sueldos de sus empleados?… ¿deberíamos organizarfiestas para celebrarlo?, digo, mínimo ¡al Zócalo!
Cuando los jefes de Estado se instalan en el optimismo oficial y hablan de todo y también de lo menos importante, póngase en guardia. La señora del segundo piso promueve chocolate, anuncia el café del Bienestar, regaña a Salinas Pliego, celebra que un señor haya comprado una parte de un banco… ¿de qué no quiere hablar?… ¿o no tiene de qué hablar?
Este junta palabras no propone que la titular del Poder Ejecutivo sea pesimista ni una fuente de malas noticias, no, pero tampoco parece prudente decir cosas como “vamos bien y vamos a ir mejor, repito: vamos bien y vamos a ir mejor”, como dijo en su discurso del 1 de septiembre con motivo de su primer informe de gobierno.
¿Vamos bien?… lea usted por su cuenta el artículo ‘No vamos bien’, de Raúl Trejo Delarbre, en la revista Nexos del 9 de septiembre, en el que con cifras del propio informe de gobierno de la señora del bastón de palo, queda muy claro que comparando con el último año de Peña Nieto, no vamos nada bien; y queda sembrada la duda de si la señora de Palacio leyó su informe.
¿Y vamos a ir mejor?… pues ojalá porque a la fecha la cosa no pinta nada bien. Mire usted, nos han dicho hasta hartar que ha crecido la Inversión Extranjera Directa (IED), en el país, gracias (por supuesto), al entusiasmo y confianza que da este gobierno transformador a los inversionistas… no es cierto; con datos oficiales, del Inegi, a tasa anual, la IED ha caído el 6.7%; perdone, usted, señora. También se regodea el gobierno diciendo que el Producto Interno Bruto, crece más de lo que decían los pronósticos… puede ser, pero sigue estando a menos de la mitad de lo que crecíamos con los neoliberales.
¿Vamos bien, señora?… ¿lo dice en serio?… en el presupuesto de este año de su gobierno de usted, señora, el gasto para el sector salud, se recortó el 12.2% (122 mil millones de pesos menos), respecto de 2024; y peor, ya a la hora de gastar efectivamente, al primer trimestre de este su primer año de gobierno,señito, el gasto en sanidad pública fue el más bajo desde 2010; ejercieron casi 152 mil millones de pesos y dejaron de gastar 45 mil 400 millones de pesos, el 23% menos de lo que pusieron en el presupuesto, ¿qué pasó?
Y se anticipa este su texto servidor a la respuesta oficial de que son necedades de los comentócratas. ‘Tá bueno. La que se lleva se aguanta: lo dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que orgullosamente pertenece nuestro país: tenemos la peor cobertura de salud entre sus miembros, que gastan en promedio 67 mil pesos por cabeza, mientras México destina sólo 10 mil pesos… y en el IMSS-Bienestar es peor: 4 mil pesos por persona (Dinamarca, se lo digo solo por moler, gasta 91 mil pesos per cápita, solo por moler).
Otro dato que no es de la comentocracia mexicana, infame, fifí, conservadora y enemiga de estos santos cuatroteros: en el reporte 2024 del Índice de la Paz (GPI, por sus siglas en inglés), México es uno de los países más inseguros y violentos del mundo, ubicado en el sitio 138 de 163 naciones, entre Camerún y Turquía, con 191,032 homicidios dolosos en el sexenio del Pejehová, mientras en el de Peña Nieto fueron 130,626 y en el del villano favorito de la 4T, Calderón, fueron 102,812 (y con Fox 53,275). ¡Qué bien vamos!
De la corrupción que ameritó que sacara su pañuelito blanco el de Macuspana, vamos para atrás: Transparencia Internacional en su informe de 2024, pone a México en el lugar 140 de 180 países, empatado con Nigeria, Uganda y otros impresentables. Es la peor calificación desde 2012. Y en la OCDE, entre sus países miembros, somos la nación más corrupta.
Por si la dama del segundo piso no le cree a esas organizaciones internacionales, ahí está el dato del Inegi, su Inegi: en 2023, el 83% de la población considera que la corrupción en México sigue siendo un problema “frecuente o muy frecuente”; y en el 29% de los hogares alguno de sus integrantes sufrió algún delito. Sí no vamos bien y si no se pone lista la señora, vamos a empeorar… y no es exageración: que alguien nos explique cómo es que el gobierno federal con todos sus recursos, no puede pacificar una ciudad: Culiacán.
Señora Sheinbaum: el optimismo como estrategia ante la realidad, es pertinacia, fomenta la pasividad colectiva, normaliza la adversidad.
Lea, señora, lea, a veces se debe ofrecer solamente sangre, sudor y lágrimas.