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Socialismo encubierto / A Estribor

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Juan Carlos Cal y Mayor

Es perversa la manera en la que el actual gobierno y la mayoría de sus ideólogos y panegiristas, comenzando por el demagogo del palacio, reniegan y rehúyen reconocerse como un gobierno “socialista”. Se dicen de “izquierda” y con ello diluyen ser etiquetados bajo ese mote porque que saben que los electores no votaron por ello, sino por acabar con la corrupción, la inseguridad y disminuir la pobreza en nuestro país. Nada que ver con la social democracia de los países europeos que se asumen de izquierda. Nuestro país se enfila hacía una economía planificada, centralizada y autoritaria, fortaleciendo el control de los monopolios de estado como PEMEX y la CFE. Tolera los monopolios privados de Slim y Salinas Pliego porque son sus aliados y subordinados.

LA DERECHA ES LA ENEMIGA
Cuando se les critica por sus loas a la revolución cubana o su afinidad ideológica con Evo Morales o la dictadura Venezolana, salen corriendo a decir que son falacias. Que México no será como Cuba ni Venezuela. Que esos son inventos de la derecha conservadora que quiere seguir viviendo con sus privilegios y corruptelas del pasado, que la culpa es de Calderón… Decir que alguien es derecha es estigmatizarlo, colgarle una letra escarlata, para que sienta vergüenza como si se tratara de un delito y una inmoralidad. Los gobiernos neoliberales son -según los igualdologos- los grandes causantes de la pobreza. La libertad del mercado es enemiga del pueblo porque privilegia las ganancias y profundiza la desigualdad.

LA IZQUIERDA ES BUENA
Y entre tantos adjetivos la gente se pierde en ese revoltijo de parámetros con que el monarca tropical ha divido a México. No hay más. La izquierda es buena, generosa y ayuda el pueblo subsidiándolo con dinero (ajeno por supuesto). La derecha son esos malévolos seres que representan el lado oscuro de la fuerza. Solo que sin esa derecha no habría dinero para que la izquierda ayude al pueblo y pague sus sueldos. Es común ver que, entre sus mas aguerridos defensores, la izquierda encuentra aliados entre quienes viven a expensas del estado, pero no saben lo que es tener un negocio, pagar rentas, salarios e impuestos. Es en buena medida lo que representa a esa clase medía hoy vilipendiada por aspiracionista en voz del presidente y que genera la mayoría de los ingresos públicos y el 80% de los empleos en el país.

LA IZQUIERDA OLIGARCA
Con ese sainete retórico se encumbra una nueva clase media emergente que escala en posiciones del poder y trabaja de engañabobos a costillas del erario. No se crea eso de que en los países socialistas todos son pobres. La clase gobernante no lo es. En Cuba, Nicaragua o Venezuela la alta burocracia no es así. Tampoco las élites militares de las que dependen para sostenerse en el poder y por eso no extraña que hoy sean los consentidos del presidente.

En Cuba, el régimen es dueño de fábricas, hoteles, bancos, hospitales y medios de comunicación. La élite revolucionaria reside en mansiones que otrora pertenecieron a quienes integraban la burguesía. Cuentan con todas las comodidades a su alcance: casas climatizadas, no pagan energía eléctrica, tienen conexión gratis a internet, cualquier cantidad y variedad de alimentos y dos o tres autos a su disposición sin límite de combustible. En Cuba existe una “libreta de abastecimiento” desde hace 50 años y es con la que se hace llegar al pueblo una miserable ración de productos básicos que el gobierno subsidia. No hay jabón ni pasta de dientes, solo arroz y frijoles.

EL FRACASO DEL SOCIALISMO
Si alguna ideología hecha gobierno ha probado su fracaso es el socialismo y en Latinoamérica no es la excepción. Por eso es que nadie emigra, ni quiere vivir en ningún país socialista. Algunos simulan vivir en democracia porque conservan mayorías a base de limosnas. Son los más grandes fabricantes de pobreza y enemigos de las libertades. Ahora China ha transitado al modelo de Mercado solo que bajo el mismo modelo de gobierno autoritario. Es hoy el país con más millonarios del mundo. Ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas, pero al igual que Rusia antes de la Perestroika, dejó una estela de decenas de millones de muertos.

Esa es la ideología de los hambreadores que hoy nos gobiernan. Solo que México se cuece aparte. Nuestra estrecha relación económica con los Estados Unidos nos ha convertido en un aliado estratégico no solo en términos económicos sino de seguridad nacional. Compartimos 3 mil kilómetros de frontera y es a través de nuestro país y desde nuestro país donde se genera el mayor flujo de migrantes ilegales. Trump era el aliado perfecto, pero ya se fue. Biden se propone ahora retomar la hegemonía política. No se puede dar el lujo de tener en sus narices a un aliado de foro de Sao Pablo que es a la vez su principal socio comercial.

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