Sr. López
Corrieron a avisarle a tío Tobías (de los de Autlán), que su hija, Eulalia, iba “pa’l carrizal”, lugar ribereño que resolvía la inexistencia de moteles en el pueblo, en aquellos lejanos años. Contaba la abuela Elena que el tío estaba en la cantina, jugando dominó y seguro de haberle ahorcado la mula de seises a su compadre y eterno rival, sin levantar la vista de sus fichas, dijo: -Primero lo primero… que igual pa’ cuando llegue yo, lo que ya está pasando, ya habrá pasado –pues sí.
Domingo, 28 de agosto de 2022, Monterrey, Nuevo León, el presidente López Obrador en su conferencia de prensa, aceptó implícitamente que los 10 mineros atrapados en la mina “El Pinabete”, Coahuila, han fallecido pues señaló que el rescate es de los cuerpos. Transcribo sus palabras:
“Hubo consultas con técnicos de Alemania y Estados Unidos y nos proponen un rescate, haciendo unos tajos y que de esa manera, podemos rescatar los cuerpos de estos mineros. Quiero pedirle al licenciado Bartlett que se aplique y que además de la mina de Pasta de Conchos, hay que rescatar a estos mineros (…) Mandamos a consultar con los familiares y se pusieron muy tristes. Es una situación muy difícil, estaban muy alterados. No querían nada y ya han aceptado y también hay un consenso”.
O sea, primero: los técnicos extranjeros no solo avalaron los trabajos de rescate que se venían ejecutando (como se informó en su momento), sino que además, propusieron excavar todo el lugar para sacar cadáveres. Haberlo dicho antes.
Segundo: la CFE se encargará de hacer el tajo a cielo abierto (que puede tardar de seis a once meses). ¿La CFE?, sí, la CFE.
Tercero: Las 10 familias ya habían aceptado el plan.
¿Sí?… pues no.
Ayer lunes, se supo que la noche de ese domingo, el mismo día que el Presidente de la república informó desde Monterrey, sobre el rescate de los cuerpos, la coordinadora Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa (licenciada en Historia del Arte), en Pinabete, Coahuila, se reunió con las esposas de los 10 mineros y las convenció de detener el rescate, aceptar una indemnización y recibir en propiedad los terrenos de la mina, según informó Juana Tijerina Amaya, hermana de uno de los mineros atrapados quien dijo que los familiares no están de acuerdo, pero sí las esposas. Esto dijo según nota de Proceso:
“Aceptaron las viudas que se va a hacer un novenario y que ya se va a parar todo, ya no va a haber bombeo, ya no va a haber nada, gracias a la señora (la licenciada en Historia del Arte), que presionó a las viudas para que decidieran, en menos de una hora, qué era lo que iban a querer (…) ya no los vamos a recuperar, porque la señora (la licenciada en Historia del Arte), ya no quiso trabajar, ella quiere que ya nos vayamos a acostar en paz, que fue lo que nos dijo”.
La señora Tijerina, hermana de Hugo, minero ahí sepultado, dijo que tanto ella como padres e hijos de los mineros, quisieron participar en la reunión de la noche del domingo, pero solo se le permitió a las esposas. Dijo que la licenciada en Historia del Arte,dijo a las viudas: “vengo por la respuesta”
El sábado 3 de septiembre será la firma del acuerdo en el que las esposas de los mineros ahí sepultados representarán al resto de la familia de cada uno. ¡Ah! y en el lugar se construirá una capilla dedicada a los fallecidos.
Juana Tijerina Amaya, mandó recado al Ejecutivo: “Gracias señor Presidente, gracias por la ayuda y gracias por haber mandado gente que no sirvió para nada (…) yo quiero que el Presidente nos dé la cara, que venga, porque él nos dijo que él nos iba a apoyar para sacar los cuerpos y ahora se para todo”.
No hay ningún razonamiento que justifique dejar los cuerpos ahí abajo para siempre. Ninguno. Sacar cadáveres no es grato ni sirve de nada desde el punto de vista práctico ni económico. Total, de inhumarlos en otro lugar a dejarlos ahí sepultados, resulta ser lo mismo: son cadáveres bajo tierra. Pero no es lo mismo. De ninguna manera es lo mismo. Desde el punto de vista de la decencia más elemental, con tantito sentido humano, con algo de respeto por la tragedia de esas familias, cueste lo que cueste, se tarde lo que se tarde, a cada familia se le entrega su difunto, para que lo lloren, lo velen, le recen sus rosarios, lo lleven a misa, lo sepulten junto a los suyos. No es lo mismo.
Menos es lo mismo cuando se contraponen tan abiertamente los hechos con los dichos. El Presidente dando órdenes y una subordinada de mucho menor nivel, haciendo exactamente lo contrario. ¿Se manda sola?… ¿lo decidió ella por su cuenta?… ¿lo sabía el Presidente?… pronto lo sabremos: si se fue por la libre la licenciada en Historia del Arte, la van a despedir y se continuará el rescate. Si no, será porque el Presidente esté de acuerdo.
Y no olvidar que hace 16 años, desde febrero de 2006, están sepultados los mineros de Pasta de Conchos y que el rescate de los cuerpos lo anunció el Presidente López Obrador en su mañanera del 1 de mayo de 2019: “Iniciaremos el rescate de los cuerpos de los 65 mineros (son 63) en el socavón de la mina de Pasta de Conchos (…) es un acto de justicia y es un compromiso que hicimos desde hace algún tiempo”. Sí, “algún tiempo”, exactamente desde el 26 de enero de 2012, en un mitin en Tepic, Nayarit. Como sea, en mayo de 2019 ordenó a la Secretaría del Trabajo y a la Comisión Federal de Electricidad, “no descansar hasta lograr el rescate”.
¿Sí?, pues tampoco.
La CFE informó el 11 de febrero de 2022, el inicio de los trabajos de rescate de los cuerpos. ¿Qué hizo la CFE de 2019 a 2022?, planear el rescate, no hay que comer ansias. La CFE informó que el resultado de esa planeación fue dividir el rescate en etapas, las dos primeras con 34 meses de duración, la tercera, con plazo indefinido. Bonita cosa: los 34 meses se cumplen en noviembre de 2024, dos meses después de terminado el gobierno del Presidente López Obrador.
Por lo visto este gobierno tiene prioridades y haceprimero lo primero, en este caso, patear el bote, sin piedad.