- El Árbol de Navidad del Cañón del Sumidero
Noé Juan Farrera Garzón
El Árbol de Navidad del Cañón del Sumidero, conocido por su bella caída de agua de más de 200 metros de altura, es uno de los atractivos naturales más emblemáticos de Chiapas. Este fenómeno, ubicado en una de las paredes de la falla tectónica, ha sido motivo de admiración y preocupación durante las últimas décadas debido a su fluctuante caudal.
Históricamente, el Árbol de Navidad ha sido un símbolo de la naturaleza y la belleza escénica de la región. Sin embargo, en 2014, durante el periodo más severo de estiaje, la caída de agua se redujo drásticamente, llegando a secarse por completo. Este evento alarmó a las autoridades y a la comunidad científica, quienes iniciaron un operativo de rescate y restauración para preservar esta maravilla natural.
Especialistas del Centro de Estudios Kársticos y del Grupo La Venta, se encargaron en ese mismo año, de los trabajos de recuperación, logrando mantener la belleza del Árbol de Navidad durante los últimos diez años. Este esfuerzo incluyó la restauración de los sumideros y la protección de su fuente de agua subterránea.
En una reciente entrevista, el ingeniero Romeo Palacios Suárez, coordinador Sur-Sureste de Profesionales en Resiliencia A. C., señaló que las medidas tomadas comienzan a quedar desfasadas. Además, advirtió sobre la contaminación del cauce del afluente subterráneo que alimenta al Árbol de Navidad. La comunidad de “Triunfo Agrarista”, en el municipio de Osumacinta, ha estado recolectando agua de los sumideros superiores, alterando así el flujo natural de agua que sustenta este atractivo, asegura.
Palacios Suárez también subrayó, que las aguas residuales vertidas al subsuelo han exacerbado la situación. Para contrarrestar a este problema, es urgente implementar opciones de abastecimiento de agua y sistemas de tratamiento de aguas residuales en la comunidad, con el objetivo de mejorar el torrente y evitar el colapso del Árbol de Navidad.
En la temporada de lluvias reciente, se ha observado un aumento significativo en las fugaces caídas de agua en las paredes del Cañón, lo que ha renovado la esperanza de que este bello espectáculo natural pueda recuperarse y seguir cautivando a visitantes y locales por muchos años más, siempre y cuando, las autoridades involucradas en esta materia, tomen cartas en el asunto y den solución de fondo al problema.