1. Home
  2. Columnas
  3. Silencio / La Feria

Silencio / La Feria

Silencio / La Feria
0

Sr. López

Allá en Guadalajara, a casa de la prima Sofía -guapa de parar relojes, de sacarle resina a los postes de telégrafos-, fue un señor joven muy bien plantado y aparte, hijo de uno que había sido Gobernador, para invitarla a cenar. Se le otorgó el permiso con el reglamentario chaperón de esos tiempos.

La noche del evento, llegó el pretendiente en un coche de esos que pagan predial, un Chrysler Limusina Imperial Crown último modelo (1958), con un chofer que parecía diplomático. Al llegar al mejor restaurante, el doncel emprendió la marcha, entró primero y para cuando Sofía y su hermanito llegaban a la mesa, él, ya sentado, ordenaba un aperitivo y entremeses, y a ella aún de pie, le dijo qué quería pedir. Y Sofía respondió: -Un taxi -media vuelta y abur.

‘Decoro’ es una palabra que adquirió el sentido que en nuestro idioma tiene, en el Siglo de Oro español, que fue de 1492 a 1659 (más o menos), por lo que deberíamos decir ‘los siglos de oro’. Da lo mismo.

Sin embargo, decoro es un concepto tratado desde el siglo IV a.C., por Aristóteles, en su ‘Retórica’ y en la ‘Ética eudemia’ (no confundir con  ‘Ética nicomáquea’; una es para Eudemo de Rodas, su mejor discípulo; y la otra para Nicómaco, su hijo, que parece que fue adoptado, no se sabe). Otra vez, da lo mismo.

Lo que importa es que Aristóteles habla de un modo de ser que suele traducirse como ‘dignidad’, pero con nuestra acepción del término, se expresar mejor como ‘decoro’.

No es palabra fácil de definir. El diccionario, el de la Academia, dice que es “honor, respeto, reverencia que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad”,y que sus sinónimos son “dignidad, honra, estimación”; pero también, que es “circunspección, gravedad, seriedad y pundonor”. Y da igual, todos decimos‘decoro’ con certero significado y sentido, sin necesidad de Aristóteles ni el diccionario.

No desvaría este menda. En la vida pública, en la política, la falta de decoro es un síntoma claro de que algo marcha mal, muy mal.

El enorme Julio Anguita, alguna vez dijo del honor, que “es la propia autoestima, es la dignidad, es el trabajo bien hecho, es el respeto hacia los demás”. A este junta palabras le parece que viene como anillo al dedo al decoro en política, que resulta ser elcomportamiento correcto en una posición de autoridad… el problema es definir “correcto”.

A veces es más fácil ajustar el significado de algo yendo a sus antónimos, y los del decoro son: deshonor, indignidad, descaro, impudicia, indecencia(hay mas). Viéndolo así, se comprende que es imposible gobernar bien sin decoro, que es condición para poder ejercer las virtudes esenciales al buen ejercicio de la política: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. Los cínicos llaman al decoro hipocresía, ni caso haga.

Además, el decoro sirve hasta para lo malo. Mire usted: se portará menos mal, por decoro, el político al que importe la deshonra de quedar ante la gente como un indigno, descarado, impúdico, indecente.

Aparte, el decoro en política y cosas de autoridad, implica el respeto a los modales, la moderación en los actos y cuidar la dignidad de lo que representa el cargo. Quien actúa sin decoro, tarde que temprano pierde primero, la confianza y luego, el respeto de la sociedad.

Piénselo y verá que es cierto. Un jefe de Estado que se atreve a decir en conferencia de prensa que a él no le vengan con el cuento de que la ley es la ley, es un indecoroso. Y su falta de decoro refleja sin lugar a dudas, lo que trae en el cerebro (o la conciencia, palabra que ya no se usa por alejarse cuanto se pueda de la religión, pecado de estos tiempos: la religión y el caldo de gallina, decía la abuela Elena, a nadie le hacen mal).

Esa misma falta de decoro permitió a un jefe de Estado tomar arbitrariamente decisiones espeluznantes y violar la ley sin pudor. Calcule usted nada más, lo que significa que el Señor de los Abrazos, haya cancelado el aeropuerto de Texcoco por capricho; haber puesto de gobernadora de Veracruz a una señora de Zacatecas (la Nahle); y haber vulnerado principios constitucionales y violado la ley electoral, 36 veces (declaró el Tribunal Electoral, muy a su pesar, por cierto, pero era inocultable). Decoro, decoro… por decoro no se va uno a vivir a Palacio Nacional.

Viene todo esto a cuento de la inocultable falta de decoro de la presidenta Sheinbaum y no solo de ella, de su equipo de trabajo que traga con complacencia y sin decoro decisiones y ocurrencias, de su movimiento-partido y si no de toda, sí de buena parte de la clase política de ogaño (si gusta póngale ‘h’). Es por esa falta de decoro que se abanican con la opinión pública y a los opositores y prensa crítica se contentan con insultarlos. 

Si alguien duda de la falta de decoro de la Presidenta, recuerde que puso en la importantísima Secretaría de Educación a uno cuidadosamente seleccionado por su falta de calificación para el cargo, al Mario Delgado; o en que aceptó y toleró al Lloroñas, como presidente del senado, al que el viernes pasado, sin ningún decoro dijo que lo apoya como si no supiera de la carrera de infamias del arribista ese, que la contradice siempre que le da la gana… y la señora, tragando de semejante tipo tan mínimo. ¡Decoro!

Y de ninguna manera es cierto que la señora hace semejantes desfiguros por la influencia amenazante y ominosa de quien la puso en La Silla, el poder presidencial da para poner en su sitio a tipos modelo Calles, que ese sí era gallo con espolones no el viejito guango de Palenque. Por decoro nadie acepta tanta indignidad impuesta.

Doña Sheinbaum sigue en su papel de indecorosa defensora de su antecesor y su pandilla. Será tarde cuando caiga en cuenta de que todos la usan,incluidos los grandes empresarios.

A ella la dejan jugar a la casita con su bastón de juguete, los demás van a lo suyo, y ella, la primera mujer en el cargo, cargará sola el desprestigio.

¡Ah!, por favor, por decoro, ya deje las mañaneras, señora. En política, por decoro, se habla solo cuando se puede mejorar el silencio.

LEAVE YOUR COMMENT

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *