* La reforma limita la participación privada en el sector energético, permitiéndola solo mediante contratos con las empresas estatales o en esquemas de inversión mixta.
La presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso de la Unión seis iniciativas de leyes secundarias derivadas de la reforma energética, con el propósito de consolidar a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como empresas públicas del Estado. Según la mandataria, estas modificaciones fortalecerán su papel en la provisión de energía y la soberanía nacional sin excluir totalmente la participación privada.
Las nuevas disposiciones establecen que Pemex y CFE dejarán de ser empresas productivas del Estado, un esquema que, según Sheinbaum, las colocaba en condiciones desiguales frente a compañías privadas. Con el cambio, ambas operarán como empresas públicas con principios de eficiencia, transparencia y austeridad republicana.
El paquete legislativo incluye la Ley de la Empresa Pública del Estado para Pemex y CFE, la Ley de Planeación y Transición Energética, la Ley del Sector Eléctrico, la Ley del Sector de Hidrocarburos y una nueva Ley de la Comisión Nacional de Energía. Esta última sustituirá a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), concentrando la regulación energética en la Secretaría de Energía.
En cuanto a la inversión privada, la reforma establece que las empresas solo podrán operar en México si son contratadas por Pemex o CFE, ya sea mediante servicios directos o en esquemas de inversión mixta. Además, se amplía la capacidad permitida para proyectos de generación distribuida y autoconsumo sin necesidad de permisos.
En el sector de hidrocarburos, se introduce el Derecho Petrolero para el Bienestar, un régimen fiscal que establece que Pemex entregará al Estado el 30 por ciento de sus ganancias en la venta de crudo y el 12 por ciento en gas natural. También se permitirá la exploración y desarrollo mediante contratos de servicio o participación mixta con la empresa estatal.
Sheinbaum afirmó que estas reformas buscan revertir los efectos de la política energética del sexenio de Enrique Peña Nieto, la cual, según dijo, favoreció la privatización. “Se recupera el sentido público de Pemex y CFE como garantes de la soberanía energética del país”, concluyó.