Daniela Alfaro
La aspirante presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, ha levantado una enérgica denuncia contra el uso de deepfake en un video generado por Inteligencia Artificial (IA) que involucra su imagen y voz. En el material manipulado, Sheinbaum aparece promocionando una plataforma financiera fraudulenta, instando a los mexicanos a invertir 4 mil pesos con la promesa de ganancias mensuales de hasta 120 mil pesos.
La candidata alertó a través de una transmisión en vivo en sus redes sociales sobre la amplia circulación del video en redes sociales y aplicaciones de mensajería, advirtiendo a la población y considerando la posibilidad de presentar una denuncia penal.
La controvertida situación resalta la creciente preocupación en torno al impacto de la inteligencia artificial generativa en el ámbito político. Tanto Meta como YouTube han implementado recientemente políticas destinadas a abordar el uso de la IA en la propaganda política.
En este contexto, la desinformación, respaldada por deepfakes y otras formas de manipulación digital, se convierte en un desafío significativo en el panorama político, especialmente en un año electoral.
El incidente subraya la necesidad urgente de abordar las amenazas emergentes relacionadas con la tecnología, ya que el video fraudulento de Sheinbaum no solo pone en peligro su imagen pública, sino que también cuestiona la integridad del proceso democrático.
Los expertos señalan que la inteligencia artificial generativa no solo se ha utilizado con fines de entretenimiento, como en el caso de políticos mexicanos que han empleado herramientas similares para crear contenido divertido.
También ha sido utilizada como arma en la denominada “guerra sucia” política, como lo evidenció el audio manipulado del gobernador de Ciudad de México, Martí Batres, en octubre pasado.
En un panorama global, donde más de 50 países se preparan para elecciones nacionales en 2024, la desinformación persiste como una herramienta poderosa para moldear la percepción pública y las narrativas políticas.